Purgatorio es una película que, tomando como base las experiencias de la polaca Fulla Horak, de Santa Faustina Kowalska y del P. Pío pretende ofrecer al espectador razones para rezar por los difuntos y las almas del Purgatorio.  Un lugar, que como se dice en la cinta, “es el porche,  la antesala al cielo, donde el alma se desarma y donde el alma sufre por no gozar de la presencia definitiva de Dios”

En su parte documental se ofrecen datos científicos de las experiencias constatadas de estados de muerte clínica y regreso a la vida. 

El purgatorio, un concepto que se fraguó en el siglo XV, no obstante ha estado presente en el cristianismo desde antes, y por otro lado esos espacios de la experiencia humana más allá de la muerte se encuentran en otras religiones. 

La película también presenta una cruda realidad “no basta ser buena persona para ir al cielo” “hay que perdonar todo durante esta vida para que se nos perdone todo después de la muerte”. No obstante la esperanza de la salvación siempre está presente “incluso para Adolf Hitler hay esperanza.”

Algunos de los expertos entrevistados reconocen que no todas las visiones relacionadas con el más allá han de tener el mismo crédito, muchas responden a cuestiones de tipo patológico. 

En un momento de la película se aborda también los temas del aborto y el suicidio y el tratamiento que desde la Iglesia se da a los mismos y a las almas de las personas afectadas. 

María Vallejo Nájera es una mujer creyente que en sus libros “Entre el cielo y la Tierra, historias curiosas del purgatorio” y “Cielo e infierno, verdades de Dios” indaga precisamente en esa antesala del cielo, o del infierno, que para algunos es un lugar de espera y expiación de los pecados no perdonados en esta vida. María ha visionado la película y nos ayuda a situar el tema de la misma en esta entrevista. 

¿María qué es el purgatorio?

Según la Iglesia católica, que no compartimos la misma interpretación con la iglesia ortodoxa ni las iglesias protestantes, es un estado del alma, no es un lugar. El alma, una vez abandonada la carcasa de este mundo que es el cuerpo, tiene su juicio con Dios, ahí es el susto de cada alma porque es en ese momento donde uno es consciente de la verdad de toda su vida y, no es Dios que castigas al Purgatorio, sino el mismo alma la que se retira para purgar sus cuentas pendientes de este mundo. Ahí el alma espera que los vivos, los que seguimos vagando por este mundo oremos por esas almas para que poco a poco pueda ir al cielo. Esto es importante, el alma del purgatorio no puede alcanzar el cielo por sí misma, precisa de la oración de los vivos. No es un alma condenada, por eso les decimos “benditas” almas del purgatorio, no “malditas” almas del purgatorio. La salvación ya la tienen lo que tienen es que esperar a purgar sus delitos antes de entrar en el cielo, y a eso se llega por la oración de los vivos. De ahí la gran importancia del funeral, algo sobre lo que existe una gran confusión. La gente piensa que el funeral es un acto social en recuerdo del difunto, pero no, un funeral no es un cóctel social sino una invitación a la oración en favor del difunto. Y esto se ha perdido por una falta de formación tanto de las personas como de los sacerdotes que tampoco tienen claras estas ideas. Este tema se aborda en la asignatura de escatología teológica y en la formación del clero no tiene mucha fuerza este tema. 

¿Tenemos alguna certeza de su existencia o solo forma parte de un imaginario tenebroso inspirado por la Iglesia para explicar que la vida espiritual tiene continuidad más allá de esta vida?

Tenemos todo tipo de pruebas. En la película la protagonista es un hecho cierto, era una persona atea. Luego tenemos toda la documentación de los santos, de gentes como el P. Pío, o Santa Faustina Kowalska que también se citan en la película. Son muchos los santos que han relatado visiones y experiencias referidas a las almas del purgatorio. A mí me ha sucedido de periodistas que me han entrevistado y que tras la entrevista me han confesado, que aún siendo ellos ateos, recuerdan haber tenido alguna experiencia inexplicable que hoy siguen recordando.

Pronto, el 10 de marzo concretamente,  llegará a las salas de cine un docudrama que precisamente ahonda en este tema, tú has podido verla ¿Qué opinión te merece esta propuesta audiovisual?

Es correctísima. Está muy bien informada. No se inventan nada y me he sentido muy reflejada y consolada. Cuando yo publiqué mis libros tuve que soportar burlas de todo tipo incluso de obispos  que posteriormente me han pedido disculpas, reconociendo que fui muy valiente en su día y que ellos no estaban bien informados y asesorados.

Además del testimonio de santos como el P. Pío o Santa Faustina Kowalska la película recoge otros testimonios, y una palabra de la ciencia, ¿Cómo crees que podemos distinguir una experiencia real de una sugestión?

Por supuesto que hay temas psiquiátricos, pero diría que son fáciles de distinguir. Hay algunos detalles que apuntan a no dar crédito a esos testimonios. Las almas no piden cosas raras solo demandan oraciones. No piden hacer cosas extrañas. La Iglesia es muy cauta y además esta sociedad cada vez sufre más de dolencias mentales. La depresión es la enfermedad de hoy.

La película presenta un panorama un poco “crudo” para quienes transitamos por este valle de lágrimas, se nos dice que no basta con ser buenos, que hay que perdonar todos los pecados y que hasta Adolf Hitler tiene garantizada la Esperanza. ¿No es muy fuerte pensar que alguien como Vladimir Putin pueda seguir actuando y seguir con su guerra y aun así en el más allá pueda tener una mínima esperanza de salvación?

Sí, es una cosa muy difícil de entender, pero así es. No sabemos si la madre de Putin, si vive esa mujer, pueda estar orando, o un convento ortodoxo orando por Putin, y Dios acoge todas las oraciones, su misericordia es infinita, pero también Dios es  infinitamente justo y eso puede implicar que el alma pase miles de años en el Purgatorio. Yo pienso que Hitler se condenó, pero tampoco se puede afirmar con rotundidad. De Judas siempre se ha dicho que se pudo salvar al final de su vida. 

¿Qué difícil es poner palabras a algo tan intangible como el purgatorio? Me decías al principio que no es un lugar pero todo el vocabulario que usas refiere a una localización física. 

Es muy difícil porque es algo que no vemos. Con los libros he ido entendiendo que el alma no puede ir a ningún lugar sino que es un “estado del alma” al que llamamos cielo, purgatorio o infierno. En el purgatorio el alma ya ha visto a Dios, es decir, ya ha conocido lo que es estar en la presencia de Dios, pero esta presencia se le ve privada mientras su estado sea el del purgatorio, y ese deseo de alcanzar la presencia definitiva de Dios es el que debe ser insufrible. Es un dolor del alma y en esta vida algo sí podemos haber experimentado, por ejemplo cuando se muere una persona muy cercana, no es tanto el cuerpo sino el alma la que sufre esa pérdida.

Tu has estudiado el tema del purgatorio y lo abordas en tus  libros donde, el primero,  recoge historias curiosas sobre el purgatorio, cuéntanos brevemente alguna que pueda servir también como preludio para ir luego a ver esta película. 

Me ha conmovido mucho ver en la película el museo de las almas del purgatorio. A ese lugar llegué gracias a Paloma Gómez Borrero. Yo desconocía su existencia, y cuando lo saqué en el libro me dijeron que me lo había inventado y ahora se puede ver que es real y que existe en la película. Paloma creía en las almas del Purgatorio y ella misma tuvo la experiencia de cruzarse con el fraile que deambula por la embajada española, el P. Piccolo, y que, no solo Paloma sino más personas se lo han cruzado. La anécdota de Paloma la cuento en mi libro.

¿Crees que es difícil ganarse el cielo, que la mayoría estamos abocados a pasarnos una temporada al menos en el purgatorio?

Sí, esa también es mi opinión. Me temo que es difícil entrar de golpe. Creo que lo consiguen los grandes santos. Los demás tendremos que confiar que los que se queden oren por nosotros tras nuestra marcha.

¿Pero como encaja eso con la imagen de un Dios Padre Todo Misericordia? 

Yo creo que encaja a la perfección. De no haber purgatorio nos condenaríamos todos o la inmensa mayoría. La misericordia de Dios está precisamente en la existencia del purgatorio como tiempo de gracia para alcanzar todos el cielo, con la colaboración de los vivos. Aquí es donde encaja la expresión la “comunión de los santos” que es precisamente eso: hombres y mujeres vivos orando por el Purgatorio y los santos orando por todos.

¿Cómo podemos saber cuánto falta para que tus seres queridos, si están en el purgatorio lleguen al cielo?

Mucha gente se pregunta eso. No podemos saberlo. Dios y la Virgen recogen todas las oraciones y las que ya no sean precisas para almas concretas servirán para aquellas de las que nadie se acuerde. Esa sería la explicación y el consuelo de no desfallecer en la oración por las almas del Purgatorio. La oración nunca se desperdicia. Sobre todo una oración humilde. 

Non solum sed etiam 

Para empezar decir que esta propuesta audiovisual la veo como un producto más para la televisión que para la gran pantalla, aunque ya estamos acostumbrados a visionar documentales en el cine. Y quizá lo ideal es que a su proyección pudiese seguir un forum en el que compartir impresiones y visiones de algo tan complejo como desconocido como es el Purgatorio. 

En todo caso el trabajo creo que es bueno y merece la pena verlo y que da pie a debates sobre muchos de los temas que se tratan en la cinta, como las posibles manifestaciones de los muertos pidiendo plegarias por su salvación y salida del purgatorio; el destino de las personas abortadas o las que se suicidan, o la verdadera esperanza para asesinos y personas que han cometido las mayores atrocidades de las que puede ser capaz el ser humano. Hay temas y la película puede poner las cartas sobre la mesa. 

Tras la conversación con María Vallejo Nájera y el visionado de la película sí que es cierto que se le queda a uno el cuerpo un poco raro. Con la sensación de que del Purgatorio no nos libramos tan fácil. Pero … por otro lado uno siente que tantas personas inocentes que pierden o se les arrebata la vida, qué Purgatorio pueden merecerse algunas que no han tenido tiempo ni de pecar casi; o quienes en su vida, por muchos y pequeños fallos, pero su vida ha sido entregada a los demás, o a cuidar de un pariente enfermo, o a una obra social y benéfica, o a su trabajo en cuerpo y alma, ¿de verdad que a esas también les espera el Purgatorio porque un día se pusieron de mala leche y dieron un puñetazo en la mesa?  Prefiero ser más optimista que María, pensar que la Misericordia divina entiende de la condición humana, la que te lleva a faltar un día a misa por pereza, a robar una manzana por capricho, a soltar una mentira como única salida, a desear a la vecina de enfrente y quedarte con las ganas, en fin a tantos y tantos comportamientos que …no están bien, no son sanos ni correctos, pero son condición humana, y esa también es obra de Dios.