"El/la cristiano/a noviolento ora por la víctima y por el violento" Noviolentos*: ¿y ahora qué, en Ucrania?

El Papa y Ucrania
El Papa y Ucrania

"El incendio lo empieza un pirómano, pero desde hace décadas que se estaba jugando con fuego y calentando el ambiente"

"Si la OTAN ahora no se atreve ni a blindar el espacio aéreo es porque se da cuenta de que llegaríamos a una tercera guerra mundial ―Rusia posee 5.977 cabezas nucleares―"

"Los cristianos aprendemos de Jesús la noviolencia, una forma de lucha sin armas que se ha demostrado el doble de efectiva que la violencia en los grandes conflictos internacionales del siglo pasado"

"Finalmente, es URGENTE presionar a los gobernantes para desmilitarizar y desarmar el mundo. Tal y como estamos presenciando, las armas ni solucionan ningún conflicto ni detienen ninguna masacre"

Es difícil hablar, en lugar de callar, después de tal sangrienta catástrofe humanitaria. La atroz invasión que se está perpetrando en Ucrania, sin embargo, requiere de alguna palabra desde la fe cristiana. Se han hecho ya muchos análisis estos días. En general dibujando una figura dictatorial, Vladimir Putin, masacrando unilateralmente un país. Sin embargo, se suele olvidar la historia de la OTAN desde que se creó hasta hoy: la situación actual también es consecuencia de su desobedecia a pactos, su ampliación con países de la antigua URSS o del Pacto de Varsovia cercando cada vez más a Rusia a pesar de sus protestas, de su exigencia anual de más carrera armamentística en los presupuestos de los estados miembros...

El incendio lo empieza un pirómano, pero desde hace décadas que se estaba jugando con fuego y calentando el ambiente. Si la OTAN ahora no se atreve ni a blindar el espacio aéreo es porque se da cuenta de que llegaríamos a una tercera guerra mundial ―Rusia posee 5.977 cabezas nucleares―. Estamos evidenciando el fracaso de la seguridad armada: matar nunca resolverá ningún conflicto. La violencia siempre rebota. Lo que se gana por las armas, siempre se tendrá que mantener por más armas. Lo primero, pues, es el pacifismo de gritar este «no a la guerra, no a las armas», vengan de donde vengan.

No violencia

Pero no podemos quedarnos ahí. Los cristianos aprendemos de Jesús (2) la noviolencia, una forma de lucha sin armas que se ha demostrado el doble de efectiva que la violencia en los grandes conflictos internacionales del siglo pasado (3). Pero dado el poder de los lobbies armamentísticos y la dimensión de este lucro en muchos países (Portugal está entre los primeros 25 países exportadores, y España es el séptimo de ellos) todavía no ha habido voluntad para aplicarla. 

Entonces, cuando la casa está a punto de desplomarse por las llamas del incendio, piden a los noviolentos con cierto paternalismo: «¿qué haríais vosotros ahora?». Escribo, por tanto, este texto breve para ofrecer alternativas recogidas desde una lectura bíblica profunda, y desde experiencias de vida. Quiero diferenciar tres temas: (1) nuestros principios de noviolencia cristiana, (2) qué hacemos ahora ante esta guerra, y (3) qué preparamos para las próximas ocasiones.

(1) Nuestros principios de noviolencia cristiana

El/la cristiano/a noviolento ora por la víctima y por el violento. Busca y pide la mirada de Dios, Padre-Madre de cada víctima y de cada victimario. Pretende recuperar al malvado, y esto es realmente muy difícil. En el caso de Ucrania, este objetivo debe aplazarse debido a la ceguera actual de Putin en su violencia, y utilizar más bien métodos (4) de acción directa noviolenta para hacerlo inviable hasta la caída, a modo de jiu-jitsu (en palabras de Gene Sharp) del oponente en sus pretensiones. Jesús practica toda su vida la no-cooperación con las estructuras de injusticia, en su lucha por compartir una visión provocativa de Dios compasivo y rompedor de cadenas, que ama al enemigo y quiere recuperar al hijo pródigo. Este horizonte nunca debemos perderlo, para no volvernos monstruos, para aprender de Dios.

No violencia

(2) ¿Qué hacemos ahora ante esta guerra?

Cuando nos atacan por la calle con un cuchillo en el cuello, y nos exigen la cartera, ¿qué debemos hacer? ¿Sacar también otro cuchillo? ¡No! ¡Moriríamos! Ante todo pues, ¿qué NO debemos hacer? No debemos enviar más armas. Incluso desde posiciones no pacifistas, es de sentido común que armar al más débil en condiciones de tanta desigualdad solo perpetúa la matanza. Ucrania nunca tendrá más armas que Rusia, y si las tuviera, usarlas implicaría el fin del planeta. Es necesario cambiar las reglas de juego. Esto es la noviolencia.

¿Qué escenarios se contemplan desde la noviolencia a partir de esta situación? El primer criterio debe ser, siempre, minimizar las víctimas. ¿Eso significa aceptar las condiciones de Rusia? En un caso tan desproporcionado y feroz, no hay alternativa (como con el asaltante de la calle). Esto no es rendirse; es evitar una masacre. No obstante, debe combinarse con el fortalecimiento noviolento de la población: no-cooperación con el gobierno opresor, creación de estructuras populares paralelas, vehicular la desobediencia civil, etc.

Algunos ejemplos pueden recordarse en la resistencia finlandesa ante Rusia (1905), o en la Alemania de Weimar en 1920 cuando el general Kapp, en su intento de golpe de estado, se vio forzado a dimitir por la posterior huelga general, ostracismo hacia su gobierno, negativa de los bancos a colaborar, de tropas a recibir órdenes… O en boicots masivos de la India con Gandhi como la marcha de la sal (1930), o en Argelia con otro intento de golpe de estado fallido (1961), o en la Revolución People Power de Filipinas que destronó el general Marcos (1986), o en la Revolución Bulldozer con Otpor! contra Milošević en Yugoslavia (2000)… o en un sinfín de experiencias más. Vale la pena repasar el trabajo de Gene Sharp, investigador de la noviolencia en cientos de conflictos, cuyos libros han inspirado una multitud de revoluciones noviolentas.

Paz en Ucrania
Paz en Ucrania

(3) Qué preparamos para las próximas ocasiones

Finalmente, es URGENTE presionar a los gobernantes para desmilitarizar y desarmar el mundo. Tal y como estamos presenciando, las armas ni solucionan ningún conflicto ni detienen ninguna masacre. Por tanto, debemos abandonar de una vez por todas la carrera armamentística, que en 2018 ya hipotecó 13.000 millones de euros de la UE para el período 2021-2027. Estas exageradas cantidades constituyen un robo impune al bienestar y al progreso de la humanidad, y preparan nuevas guerras.

Y en segundo lugar, es necesario poner en práctica otro sistema mundial para garantizar la seguridad sin armas: estrategias de paz y organismos inversos a la OTAN como cuerpos noviolentos (5) a nivel internacional, nacional y local, pactos de seguridad y cooperación entre países, conversión real de fábricas de armas en otros bienes que contribuyan al desarrollo, creación de Ministerios de la Paz en los gobiernos, mejora de curriculums educativos para explicar no solo las guerras sino también las innumerables luchas por la paz en la historia con extraordinarios referentes noviolentos… La paz se construye transitando un largo camino, como el Reino de Dios, que a pesar de ser un grano de mostaza, luego crece hasta ser capaz de alojar a pájaros entre sus ramas.

Ucrania
Ucrania

    * Escribo ‘noviolencia’ como una sola palabra siguiendo el consenso internacional para acuñar en esta palabra junta un significado nuevo y distinto de la ‘no-violencia’ o la ‘no violencia’. Ver:  http://journals.openedition.org/polis/251 (castellano) o https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5117133 (inglés).

    2 En castellano: https://www.cristianismeijusticia.net/sites/default/files/pdf/es207.pdf

    3 En su estudio acerca de 313 conflictos del s.XX, María Stephan y Erica Chenoweth llegan a la conclusión que el 53% de los conflictos afrontados noviolentamente tienen éxito, frente a un 26% de éxitos violentos. Podéis leerlo en inglés: http://cup.columbia.edu/book/why-civil-resistance-works/9780231156820

   4 La población ya ha practicado espontáneamente algunos de estos métodos: bloqueos físicos, canales de
solidaridad y contrainformación, cambios de señales de tráfico, boicot de productos rusos, sátiras,... Pero se
debería entrenar masivamente a la población para negar al opresor el mayor número de fuentes de poder, de
entre las seis que Gene Sharp asegura que sostienen a un dictador: autoridad, recursos humanos, conocimientos y expertos, factores intangibles (emocionales, religiosos...), recursos materiales, y sanciones.

    5 Entrenados diligentemente como los satiagrahis de Gandhi o los Khudai Khidmatgar pastún de Abdul Ghaffar Khan.

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