"Cada uno la cumpla a su modo" La dimensión misionera de nuestro amor
![El amor es esencial](/2025/01/24/opinion/Mision_2746235402_17527723_660x371.png)
"En su cuarta encíclica, titulada Dilexit Nos, hacia el final del documento, el papa Francisco establece una conexión entre la devoción al Sagrado Corazón y el compromiso misionero"
"Subraya la importancia de los actos dentro del testimonio misionero y no se limita a la comunidad cercana, sino que extiende este amor 'especialmente a los más pobres, despreciados y abandonados de la sociedad' (n. 213)"
"Esta invitación subraya el punto esencial de todo el documento: salir a anunciar el amor de Dios e intentar comunicar el amor de Cristo a los demás… Sin embargo, Francisco amplía esta invitación al incluir a toda la Iglesia en la tarea"
"Expresa con contundencia: 'La Iglesia también [necesita corazón]'para no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades"
"Esta invitación subraya el punto esencial de todo el documento: salir a anunciar el amor de Dios e intentar comunicar el amor de Cristo a los demás… Sin embargo, Francisco amplía esta invitación al incluir a toda la Iglesia en la tarea"
"Expresa con contundencia: 'La Iglesia también [necesita corazón]'para no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades"
| Marco Enrique Salas Laure/ @soymarcosalas
Introducción
El 24 de octubre de 2024, el papa Francisco publicó su cuarta encíclica, titulada Dilexit Nos (Él nos ha amado), con el subtítulo: “Carta encíclica sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”. Este documento está enteramente dedicado al culto del Sagrado Corazón de Jesús. Llega después de Lumen fidei (29 de junio de 2013), sobre la fe; Laudato si' (24 de mayo de 2015), sobre la crisis medioambiental y la necesidad de cuidar la Creación; y Fratelli tutti (3 de octubre de 2020), sobre la fraternidad humana.
Dilexit Nos contiene reflexiones sobre el amor del Señor que buscan iluminar«el camino de la renovación eclesial; pero también decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón», según afirmó el papa Francisco.
![DILEXIT NOS - Editorial San Pablo](https://editorial.sanpablo.es/wp-content/uploads/2024/10/9788428572385.jpg)
El documento, en palabras del subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, Antonio Spadaro, «pone de relieve la espiritualidad del papa Francisco». Desde esta perspectiva, añade Spadaro, «escribir una encíclica sobre el corazón significa que entrar en el corazón de Cristo nos permite sentirnos amados por un corazón humano lleno de afectos y sentimientos como los nuestros. La espiritualidad de Francisco, en este sentido, se aleja de las formas desencarnadas y rigoristas. Él cree que la espiritualidad implica profundamente el alma humana, los sentimientos y la dimensión física del ser humano».
Hacia el final del documento, el papa Francisco establece una conexión entre la devoción al Sagrado Corazón y el compromiso misionero. Esta conexión está en continuidad con otros documentos de su magisterio. Por ejemplo, en Evangelii Gaudium advertía sobre «el riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora» (n. 176) y, por ello, dedicaba parte del documento a reflexionar sobre la dimensión social de la evangelización. De manera similar, en Dilexit Nos, el obispo de Roma reserva una sección para reflexionar sobre «la dimensión comunitaria, social y misionera de toda auténtica devoción al Corazón de Cristo» (n. 163), precisando que «el Corazón de Cristo nos lleva al Padre y nos envía a los hermanos» (ibíd.). Estas dimensiones muestran una preocupación constante en el magisterio del papa Francisco: «una mirada más integral e integradora» (Laudato si', n. 141) de la espiritualidad, la evangelización y la ecología.
Por lo tanto, subyace en Dilexit Nos, de manera coherente con todo su magisterio, una espiritualidad integradora —misionera, encarnada y realista—, en palabras de Víctor Manuel Fernández. Al respecto, resulta útil recordar las palabras de la teóloga argentina Virginia Azcuy: «Las dimensiones comunitaria y social de la espiritualidad cristiana están implicadas mutuamente, porque la Iglesia-comunidad peregrina en medio de los pueblos para anunciar el reino de Dios, cuya realidad salvífica es inseparable de la promoción humana integral». Esta espiritualidad se traduce en «los frutos de servicio, fraternidad y misión que el Corazón de Cristo produce a través de nosotros» (n. 163). En consecuencia, escribe Francisco: «Lo expresado en este documento nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si’ y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común» (n. 217).
En coherencia con esto, Francisco desarrolla en Dilexit Nos «la dimensión misionera de nuestro amor» (n. 205). Su exposición se puede articular al menos en cuatro partes: a) el objetivo de la misión (n. 208); b) el sujeto de la misión (n. 209); c) el testimonio misionero (n. 210); y d) el anuncio misionero (n. 216).
![Recursos CM: 9 Dibujos Fano: " CORAZÓN DE JESÚS"](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr6oofJ1iWuGAmeN_WmyxJ04HnxGjWgOR4RuehJqpSyG0rIkq2w__phnrh4YQ70BuleYcnqOwNAX_odBby16y5hwzSQ8t0RU7H627G5uISKsk11vX6zXRF-95BY-v3xY7lsP5z-LLCXFbW/s1600/cORAZONCITOS.jpg)
La misión es una cuestión de amor
«A la luz del Sagrado Corazón, la misión se convierte en una cuestión de amor», se lee en el numeral 208 de Dilexit Nos. Así, si la salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia, esta se cualifica por el amor que busca «dilatar en este mundo sus oleadas de infinita ternura» (n. 197). Al beber del amor de Jesús, la misión evita el riesgo de que «se digan y se hagan muchas cosas, pero no se logre provocar el feliz encuentro con ese amor de Cristo que abraza y que salva» (n. 208). La misión es una cuestión de amor en cuanto provoca el encuentro con ese amor de Jesús.
Un eco relevante de esta comprensión se encuentra en las palabras de Benedicto XVI: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Deus caritas est, n. 217). Finalmente, «sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad», como sostuvo Francisco en Evangelii Gaudium (n. 8).
El sujeto de la misión: los enamorados y enamoradas
Tras describir que la misión es una cuestión de amor, Dilexit Nos ofrece un breve perfil de la persona que lleva a cabo esa misión, es decir, de aquella que busca provocar el encuentro con el amor de Jesús. El numeral 209 expresa que la misión, entendida desde la perspectiva del amor, «exige misioneros enamorados, que se dejan cautivar todavía por Cristo y que inevitablemente transmiten ese amor que les ha cambiado la vida». Estas palabras permiten retomar y precisar dos aspectos fundamentales en la misionología de Francisco.
En primer lugar, aquello que ya expresó en Evangelii Gaudium: «la primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido» (n. 264). Poco más vale la pena comentar respecto a esto. El punto de partida para la salidad misionera y para la evangelización es el amor del maestro de Nazaret.
En segundo lugar, si la centralidad de la misión es el amor y compartirlo—o, en otras palabras, provocar un encuentro con él—, los misioneros y misioneras enamorados se duelen «de perder el tiempo discutiendo cuestiones secundarias o imponiendo verdades y normas» (n. 209). Dicho de otro modo, la misión «no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia» (Evangelii Gaudium, n. 35), sino que concentra su anuncio «en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y, al mismo tiempo, lo más necesario» (ibíd.).
Siguiendo Dilexit Nos, la mayor preocupación del misionero y la misionera «es comunicar lo que ellos viven y, sobre todo, que los demás puedan percibir la bondad y la belleza del Amado a través de sus pobres intentos» (n. 209). En definitiva, el mensaje que proclama el misionero no debe estar cargado de aspectos secundarios que no expresen el corazón del Evangelio. Por el contrario, debe tomar muy en serio la advertencia del papa Francisco: «conviene ser realistas y no dar por supuesto que nuestros interlocutores conocen el trasfondo completo de lo que decimos o que pueden conectar nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio que le otorga sentido, hermosura y atractivo» (Evangelii Gaudium, n. 34).
![Seguir a Jesús](https://mensajerodelapalabra.com/site/wp-content/uploads/LABERINTO-2.jpg)
El testimonio misionero
En continuidad con el punto anterior, el Obispo de Roma recuerda que el mayor deseo de un misionero es «hablar de Cristo, con el testimonio o la palabra, de tal manera que los demás no tengan que hacer un gran esfuerzo para quererlo» (n. 209). En la dinámica del amor, las palabras que articulan el anuncio «son las palabras del enamorado que no molestan, que no imponen, que no obligan, solo mueven a los otros a preguntarse cómo es posible tal amor» (n. 210). Así, se anuncia a Jesús y su amor, «no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable» (Evangelii Gaudium, n. 14). Además, «con el máximo respeto ante la libertad y la dignidad del otro, el enamorado sencillamente espera que le permitan narrar esa amistad que le llena la vida» (n. 210).
Dilexit Nos también subraya la importancia de los actos dentro del testimonio misionero. Al respecto, señala: «los actos de amor a los hermanos de comunidad pueden ser el mejor o, a veces, el único modo posible de expresar ante los demás el amor de Jesucristo» (n. 212). Sin embargo, no se limita a la comunidad cercana, sino que extiende este amor «a cada hermano y a cada hermana, especialmente a los más pobres, despreciados y abandonados de la sociedad» (n. 213). De este modo, en cada acto «es su amor el que se manifiesta a través de nuestro servicio; él mismo le habla al mundo con ese lenguaje que a veces no puede tener palabras» (n. 214).
Conclusión e invitación final
El papa Francisco reflexiona sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo dejando una invitación significativa:
«De alguna manera tienes que ser misionero, como lo fueron los apóstoles de Jesús y los primeros discípulos, que salieron a anunciar el amor de Dios, salieron a contar que Cristo está vivo y que vale la pena conocerlo. Cada uno la cumple a su modo, y tú verás cómo podrás ser misionero. No importa si puedes ver algún resultado; eso déjaselo al Señor, que trabaja en lo secreto de los corazones. Pero no dejes de vivir la alegría de intentar comunicar el amor de Cristo a los demás» (n. 216).
Esta invitación, en coherencia con la llamada a la salida y conversión misionera de la Iglesia, subraya el punto esencial de todo el documento: salir a anunciar el amor de Dios e intentar comunicar el amor de Cristo a los demás. Sin embargo, Francisco amplía esta invitación al incluir a toda la Iglesia en la tarea. Al respecto, expresa con contundencia: «La Iglesia también [necesita corazón] para no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades» (n. 219).
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