"Comprometidos con los derechos humanos, los servicios públicos, la defensa del planeta y la información y educación ciudadana" La inquietud entra en escena
En España, lo más sorprendente, significativo y se podría añadir “escandaloso” de estas elecciones al Parlamento Europeo ha sido el voto dado al ultraderechista y agitador Alvise Pérez
El crecimiento de la extrema derecha es inquietante para cualquier demócrata, pues están en peligro objetivos ya alcanzados, al igual que metas que se consideraban prioritarias para en el futuro
Otro hecho muy preocupante es la abstención en toda la UE. En nuestro país, que no fue donde más hubo ni donde menos, alcanzó el 50,78%
Otro hecho muy preocupante es la abstención en toda la UE. En nuestro país, que no fue donde más hubo ni donde menos, alcanzó el 50,78%
| José María Álvarez. Miembro del Foro de Cristianos Gaspar García Laviana
En España, lo más sorprendente, significativo y se podría añadir “escandaloso” de estas elecciones al Parlamento Europeo ha sido el voto dado al ultraderechista y agitador Alvise Pérez, que irrumpe en el Parlamento Europeo nada menos que con tres escaños, respaldados por 800.000 votos, el 4,58% de los sufragios en sus primeras elecciones, que fundamentalmente son sus seguidores en la redes sociales.
Este hecho es preocupante por varias razones: por el tipo de personaje que es el líder. Su notoriedad ha crecido a través de Telegram y X (antes Twitter), donde acumula más de medio millón de seguidores, a pesar de que los contenidos que difunde a menudo son catalogados como bulos. Esto ha llevado a la suspensión indefinida de su actividad en X y a que varias personas lo demandasen ante los tribunales de justicia, que unas veces lo condenan y otras lo absuelven. Ahora, el aforamiento como diputado europeo va a dificultar más las denuncias contra él.
Alvise preocupa también por las ideas que agitó para provocar la adhesión a él, pues su discurso ha sido antiinmigración, antifeminista y antisistema democrático, lo que lo califica como contrario a los derechos humanos fundamentales. Preocupa igualmente por lacantidad de votos que obtuvo y la edad de sus seguidores: parece que la mayoría de ellos eran hombres y jóvenes, de entre 18 y 30 años, y algunos de mediana edad.
El crecimiento de la extrema derecha es inquietante para cualquier demócrata, pues están en peligro objetivos ya alcanzados, al igual que metas que se consideraban prioritarias para en el futuro: más atención a los servicios públicos, al cambio climático, implantación o mayor uso de las energías renovables, etc. El negacionismo climático en estas formaciones es evidente, igual que su anarco capitalismo o su nacionalismo, que no disimula al querer terminar con la Unión Europea…
Otro hecho muy preocupante es la abstención en toda la UE. En nuestro país, que no fue donde más hubo ni donde menos, alcanzó el 50,78%. Un dato importante para tener en cuenta en este análisis: "Las zonas de mayor exclusión económica coinciden con las de menor participación política. Esa concentración de la pobrezacrea agujeros negros de la democraciaque no se van a movilizar en ninguna campaña electoral", explica el politólogo Braulio Gómez, uno de los principales expertos del país en participación y exclusión. Se detecta la captación de votos en los barrios marginales, atraídos por las promesas populistas que ofrecen lo que evidentemente no podrán dar.
La excusa del "son todos iguales"
Pero salta a la vista que un porcentaje tan alto de abstención no solo se alimenta de gente que vive más o menos en la marginación económica y cultural, sino que la hay en todos los tramos y categorías de ciudadanos. Hay quienes están decepcionados de los políticos y todo lo reducen a ese “son todos iguales”, los hay que pasan de todos los problemas colectivos esperando que sean otros los que los solucionen, los hay que solo se implican en las cuestiones que les afectan a ellos exclusivamente… Y otras muchas posiciones, todas válidas para cada cual, pero que tienen poco que ver con el bien común que para alcanzarlo debiéramos implicarnostodos.
Es evidente que existe una necesidad general de información, que ha de hacerse de todas las maneras posibles, sin olvidar la que se lleva a cabo a pie de calle y boca a boca para que llegue a quienes más necesitan oír un análisis correcto de la realidad social y política para motivar a la participación y luego vayan a votar a quienes obtengan su confianza para que defiendan sus intereses individuales y los colectivos.
Educar en el ver, crear una actitud crítica es absolutamente imprescindible para no dejarse embobar por tanta demagogia como hay y tanto descaro en la propagación de falsedades. Además, nos informan de lo que quieren y como quieren. Lo vemos enseguida cuando leemos u oímos a la mayoría de los comentaristas en televisiones y radios, que con frecuencia nos ofrecen análisis tendenciosos, condicionados por la ideología de los medios donde trabajan. A esto hay que añadir los bulos que intencionadamente se difunden para engañarnos o para generalizar la duda.
Además de estar bien informados y capacitados para analizar, ver y comprender mejor la realidad social también se ha de educaral hacer desde la participación ciudadana en asociaciones de vecinos, culturales, de solidaridad…, empezando por cosas tan sencillas como esa de ir a votar. En la UE los políticos que votamos hacen leyes que nos afectarán, recaudan dinero que luego distribuirán y no es lo mismo que sean unos u otros los legisladores y los ejecutivos, pues sus ideologías y los programas que defienden para la UE los distinguen y los condicionan.
Todos tenemos claro lo que hemos de exigir a los políticos: la defensa de los derechos fundamentales de las personas, que precisamente, como ya dije antes, no respetan los que son xenófobos, homófobos, misóginos, racistas… Hemos de pedirles máxima atención a los servicios públicos: que los haya, que funcionen bien y que todos puedan disfrutar de ellos; que cuiden de nuestraCasa Común, el planeta donde vivimos, para que puedan vivir todos los que en él están y quienes lleguen a él en el futuro.
Los que mejor tienen que comprender la tarea ecológica son los ganaderos, agricultores, pescadores…, todos aquellos que viven de la tierra y del mar, pues ellos son los principales gestores de la riqueza natural de la que disponemos. Hemos sido testigos de cómo algunos políticos han puesto a muchos de estos colectivos en contra de la protección del cambio climático y del cuidado de la naturaleza.
Tienen razón en decir que ello ha de ser sin menoscabo de una justa remuneración de su trabajo con precios justos de lo que producen, distorsionados con frecuencia por los intermediarios, que parece son quienes llevan la mayor parte del valor de lo que ganaderos y agricultores producen. Es desconcertante la diferencia que hay entre lo que reciben estos productores y lo que pagamos nosotros en el mercado.
Los que regulan todo el engranaje económico son los políticos votados por la población y en una medida muy importante lo hacen los de la Unión Europea. Son cuestiones en las que todos estamos implicados y de las que no podemos ausentarnos sin perjudicar a todos. Debemos exigir el buen trato de la tierra y de los productos que de ella sacamos, pero todos debemos cargar con el sobre coste de ello.
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