(L'Osservatore Romano).- La restauración de los antiguos monasterios y la ampliación del Sínodo de los Obispos, para una representación más eficaz del pueblo de Dios; la atención constante al bienestar del clero y a su nivel de educación y moralidad para que pudiera garantizar el desempeño de una recta acción pastoral; la construcción de la nueva catedral de Nicosia, dedicada al Apóstol Bernabé, fuertemente deseada desde el inicio de su mandato; la importancia del diálogo ecuménico, reafirmada hace un año (fue el 3 de diciembre de 2021) al Papa Francisco cuando lo visitó durante su viaje apostólico. Estos son solo algunos de los rasgos que caracterizaron el ministerio de Su Beatitud Crisóstomo II, arzobispo ortodoxo de Chipre, fallecido en la madrugada de hoy, 7 de noviembre, a la edad de 81 años, tras una larga enfermedad.
Chrysostomos (nacido Erodotos Demetriou) nació el 10 de abril de 1941 en Tala, en el distrito chipriota de Pafos. Tras sus estudios de teología en la Universidad de Atenas, se convirtió en abad y posteriormente en obispo metropolitano de Pafos, donde restauró antiguos lugares de culto y fundó nuevas iglesias. Elegido arzobispo ortodoxo de Chipre en noviembre de 2006, se dedicó con especial cuidado al crecimiento espiritual y moral del clero.
