Declaración conjunta católico-judía Migrantes y refugiados, ¿amenaza u oportunidad?
(Agencia Sic).- La Comisión Bilateral de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo ha celebrado el 16 y el 17 de diciembre su decimotercera reunión en Jerusalén en las oficinas de la Fundación Konrad Adenauer sobre el tema "Migrantes y refugiados: ¿amenaza u oportunidad?".
Al final de la misma, la Comisión difundió una declaración conjunta que comienza con el recuerdo del cardenal Jorge Mejía, fallecido recientemente y primer copresidente de ese organismo y el deseo de pronta recuperación del rabino jefe Shear Yashuv Cohen.
La delegación judía aprovechó la oportunidad para expresar su satisfacción por el nuevo documento "Los dones y la llamada de Dios son irrevocables" de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo con motivo del quincuagésimo aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II "Nostra Aetate", escrito para los fieles católicos como una reflexión teológica sobre la relación de la Iglesia con el pueblo judío.
La reunión, encabezada por el rabino Rasson Arousi y por el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, se centró ante todo en la crisis humanitaria que plantea al mundo actual el éxodo de cientos de miles de refugiados que buscan asilo, y se abordaron una serie de cuestiones relacionadas con este tema: la tensión entre la obligación de acoger y "amar al forastero como a sí mismo" y las responsabilidades propias de la identidad, la sociedad, la comunidad y la misión religiosa específica; el desafío de la emigración, que plantea un interrogante sobre la plenitud y autenticidad de la existencia y la experiencia humanas, así como exigencias morales de respeto a la dignidad de la persona que no pueden ser ignoradas.
Durante el encuentro se reiteró que los judíos y los cristianos están llamados a enfrentar estos retos y a hacer todo lo posible para garantizar que la imagen divina, a cuya semejanza está creada toda la humanidad, sea respetada y fomentada entre las poblaciones de migrantes y refugiados.
Asimismo, judíos y cristianos, deben ver en los inmigrantes un recurso bendito que debe ser acogido y respetado por su dignidad humana, y como potencial para contribuir al crecimiento positivo y al desarrollo de la sociedad, y contribuir a que la opinión pública y las legislaturas regulen y apliquen de manera más eficaz los protocolos de inmigración, conscientes de los destinos preferidos de los propios migrantes.
Por último se invitó a la Comisión Bilateral a una presentación de las iniciativas israelíes para hacer frente a la difícil situación de los refugiados y las víctimas de los conflictos.