William Mendoza Rodríguez nació en San Salvador, El Salvador, el 10 de mayo de 1963 y falleció en el 5 de julio de 2020.

Estudió en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), donde obtuvo el grado de ingeniero electricista. En 1991 contrajo matrimonio con Lorena Ivón Rivas, y tuvieron tres hijos.

Su compromiso humano y profesional no lo instaló en su propio mundo familiar y universitario, sino que lo impulsó a ponerse al servicio de los jóvenes excluidos de El Salvador. Su experiencia, talentos y capacidades los multiplicó sirviendo a jóvenes que no podían acceder a la educación universitaria. Así construyó un camino de esperanza para muchos.

Sirvió especialmente en la comunidad de Las Palmas de San Salvador que es un barrio pobre situado en medio de colonias habitadas por gente con muchos recursos económicos y en una zona de centros comerciales.

William Mendoza, convirtió la Universidad en la “Casa de los Jóvenes”, no solo de Las Palmas sino también de Jayaque, de la Chacra, de Arcatao, Chalatenango, etc. Las comunidades marginales de los jóvenes que conoció, fueron también su propia casa.

En esos lugares es recordado como el gran amigo y compañero de camino de los jóvenes. Por eso su vida fue el testimonio de que el compromiso con el pobre pasa primero por la amistad.

El jesuita Ignacio Ellacuría asesinado por militares en 1989, decía que no bastaba con formar buenos profesionales en la universidad de nuestro tiempo, es preciso responder a los grandes desafíos de la realidad y ponerse a resolver los grandes problemas del país.

William Mendoza sin pretenderlo y con mucha humildad y discreción hizo realidad estas palabras de Ignacio Ellacuría. William organizó con Marta Lidia Merlos, un grupo de profesores y jóvenes, asistentes para la formación y el reforzamiento escolar en distintas disciplinas.

El primer año no tuvo éxito. Pero en los años sucesivos comenzaron a asistir a la UCA un grupo numeroso de jóvenes de Las Palmas. También se convocaron jóvenes de la comunidad de Jayaque y de otras comunidades populares. En poco tiempo el grupo creció hasta ser conformado por unos 120 jóvenes.

Jacqueline Duke de Martínez, una de las lideresas de la comunidad de Las Palmas, cuenta: “Para mí es un placer platicar sobre la vida de William Mendoza, al que decíamos cariñosamente  "profesor William". Lo conocí cuando trabajé como secretaria en el consejo parroquial de nuestra comunidad. El profesor William ha sido de las pocas personas que creyeron y apostaron por nuestros jóvenes”.

William Mendoza fue una buena persona. Su cercanía y su trato directo en la vida ordinaria, hizo que todos los que le conocieron lo apreciaran por su autenticidad y veracidad.