9 de agosto, Día de las Poblaciones Indígenas Cáritas apuesta por caminar junto a los pueblos indígenas en la defensa de la vida y de la tierra
El próximo Sínodo de la Amazonía es una ocasión histórica para escuchar sus demandas en la lucha por sus derechos, su cultura y su territorio
| Cáritas
La Confederación Cáritas quiere aprovechar la celebración, el 9 de agosto, del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas para renovar su apuesta por caminar junto a estos pueblos en la defensa de sus formas ancestrales de vida y la protección de sus derechos y sus territorios.
La Amazonia –un vasto territorio transnacional donde Cáritas Española tiene una presencia activa como miembro de la REPAM (Red Eclesial pananamazónica)— es actualmente uno de los escenarios donde se manifiesta con mayor intensidad estos desafíos. Y sus pobladores cuentan, como señaló el Papa Francisco en su encuentro con los líderes indígenas de Puerto Maldonado del año pasado, con la solidaridad de toda la Iglesia a la hora de “reafirmar juntos una opción sincera en favor de la defensa de la vida, la defensa de la tierra y la defensa de las culturas”.
La oportunidad del próximo Sínodo
El próximo Sínodo especial para la Amazonía, que se celebrará del 6 al 27 de octubre, supone una ocasión histórica para avanzar en esa alianza, abriendo nuevos caminos basado en la escucha a los pueblos. De hecho, los pueblos indígenas son los principales interlocutores del Sínodo.
Como señala Luis Ventura, miembro del CIMI (Consejo Indigenista Misionero) y colaborador de Cáritas en la REPAM, “el proceso de consulta en preparación al Sínodo de la Amazonía ha resultado en más de 260 encuentros de diálogo y reflexión, entre asambleas parroquiales y diocesanas, grupos de discusión, encuentros temáticos y otros. En esos encuentros se registró la participación de representantes de 172 pueblos indígenas de la Amazonía”.
“De esa escucha –afirma—, resuenan dos mensajes claves. El primero es un pedido a que la Iglesia continúe junto a ellos, de forma cada vez más determinada y firme, en la lucha por la tierra y por la garantía de sus derechos. Y un segundo mensaje va al corazón de la relación entre la Iglesia y los pueblos indígenas, no siempre tejida por la escucha. Hay una llamada latente al diálogo, al reconocimiento mutuo y al profundo respeto por la riqueza y densidad de la espiritualidad vivida por cada pueblo. Los nuevos caminos de la Iglesia en la Amazonía deben superar todo resquicio de colonialismo”.
Luis Ventura recuerda que “la Amazonía es uno de esos lugares donde se condensa de forma más evidente la crisis socio-ambiental de la que hablaba Francisco en la encíclica Laudato Si’. La Iglesia católica transformó su ser y estar en medio de los pueblos indígenas a partir del Concilio Vaticano II y se transformó, en este tiempo, en uno de sus principales aliados en la defensa de la tierra. Ahora, los pueblos indígenas ven cómo esa actitud de la Iglesia se fortalece en la propuesta de Francisco, en el diálogo sobre la Casa Común y en la posibilidad del Sínodo”.
Como afirman en sus conclusiones los participantes en uno de los encuentros preparatorios del Sínodo celebrado en febrero pasado en la comunidad indígena Monilla Amena de la Amazonía colombiana, “esta es la lucha por los territorios, es la lucha por la cultura y la unión de los pueblos indígenas. Nuestra continuidad es la continuidad del cuidado de la madre tierra que nos motiva ante tantos desafíos”.
“Para nosotros, pueblos indígenas, la lucha nunca fue fácil”, aseguraba Edinho, un indígena de Boa Vista-Brasil, en noviembre de 2018 durante un encuentro sobre el Sínodo. “Nuestra tierra, el trabajo, todo fue sufrido, y sufrimos juntos porque la Iglesia estaba con nosotros, y lo conseguimos juntos. Tenemos que continuar nuestro trabajo, la Casa Común, unir cada vez más nuestra fuerza, nuestra alianza”, añadía.
Acción de Cáritas ante los derrames de petróleo
Una de las acciones de referencia que Cáritas Española apoya en el corazón de la Amazonía tiene como escenario el Vicariato apostólico de Yurimaguas, en Perú, donde se apoya un proyecto de defensa de los derechos de las comunidades indígenas afectadas por derrames de petróleo del oleoducto norperuano.
La degradación medioambiental provocada por las actividades mineras extractivas y la destrucción masiva de los bosques primarios que son el hábitat de los pueblos amazónicos es uno de los caballos de batalla de estas comunidades para garantizar sus derechos y mantener sus formas de vida ancestrales.
Con un presupuesto de 502.455 euros, este proyecto cuenta con la participación de 1.823 familias de 28 comunidades y de 7 organizaciones locales. La población predominante en la zona que comprende el proyecto es indígena, perteneciente a las comunidades Kukama Kukamiria, Shawi, Wampis y Awajún, que están marcadas por la exclusión y el sentimiento de ser ignoradas en las decisiones del Gobierno, que explota los recursos naturales dejando un rastro de contaminación, analfabetismo y pobreza.
El Oleoducto Nor Peruano (ONP) es el más largo del Perú. Se construyó en 1974 para transportar crudo desde los campos petrolíferos de la región amazónica del norte del país, hasta la costa en Bayóvar, atravesando la selva y los Andes. Mide en total 1.106 kilómetros y solo en 2016 sufrió 11 derrames que afectaron a ríos y habitantes aguas abajo de la cuenca amazónica.
En la jurisdicción del Vicariato Apostólico de Yurimaguas ocurrieron 5 de esos derrames, que afectaron directamente a 28 comunidades y 5.600 personas. En un primer momento Cáritas Española apoyó a la población entregando ayuda humanitaria.
En la actualidad continuamos a su lado, pero con un enfoque fundamentado en los derechos humanos y desde el que trabajamos la defensa judicial del caso y la lucha por el reconocimiento de la titularidad de las tierras.
La Amazonía en cifras
Produce el 33% de las lluvias que alimentan la tierra.
Concentra el 20% del agua dulce no congelada del planeta.
Alberga el 34% de los bosques primarios del globo, que dan abrigo, respectivamente, al 30% y 50% de la fauna y flora del mundo.
Habitan sus tierras 2.779,478 indígenas, que pertenecen a 390 pueblos, 137 de ellos aislados o no contactados.
Se habla 240 lenguas pertenecientes a 49 familias lingüísticas.
Cuenta con cerca de 35 millones de habitantes en total.
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