Un reconocimiento por la defensa de Fundasal al derecho a una vivienda digna La ONU premia a Fundasal, socio local de Manos Unidas en El Salvador
La Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (Fundasal), socio local de Manos Unidas en El Salvador, ha ganado el Premio Mundial del Hábitat de Bronce de World Habitat en asociación con ONU-Hábitat, por su proyecto de vivienda y hábitat rural
Manos Unidas apoya a Fundasal desde hace 23 años. El reconocimiento a nuestro socio local supone un gran orgullo. La ONG confía en más de 400 socios locales alrededor del mundo y aprueba más de 500 proyectos de desarrollo
Los proyectos de Fundasal ofrecen esperanza y oportunidades vitales a miles de salvadoreños que se encuentran en situación de pobreza, habitan viviendas inadecuadas, o sufren vulnerabilidad climática e inseguridad de alimentos y agua
Las condiciones de vida y el acceso a alimentos han mejorado enormemente para las 50.484 personas que viven en los cuatro municipios rurales donde se llevaron a cabo los proyectos
Los proyectos de Fundasal ofrecen esperanza y oportunidades vitales a miles de salvadoreños que se encuentran en situación de pobreza, habitan viviendas inadecuadas, o sufren vulnerabilidad climática e inseguridad de alimentos y agua
Las condiciones de vida y el acceso a alimentos han mejorado enormemente para las 50.484 personas que viven en los cuatro municipios rurales donde se llevaron a cabo los proyectos
Manos Unidas apoya a Fundasal desde hace 23 años. Junto a ellos se está llevando a cabo, desde 2017, un proyecto específico titulado: "Comunidades organizadas en resiliencia y autogestión, mejorando su tejido social y sus condiciones de hábitat”, se ejecuta en siete comunidades de San Pablo Tacachico, en el departamento de La Libertad. Éste busca contribuir a las transformaciones sostenibles, participativas, inclusivas y autogestionadas de las condiciones de vida y del hábitat físico y social de las comunidades rurales de ese municipio.
Para Manos Unidas, el reconocimiento a nuestro socio local supone un gran orgullo. La ONG confía en más de 400 socios locales alrededor del mundo y aprueba más de 500 proyectos de desarrollo. La relación que se establece con todos ellos es estrecha y de larga duración. Son cerca de 600 entidades de toda clase, desde misioneros, congregaciones y diócesis locales, hasta asociaciones civiles, rurales, indígenas o de distintas religiones. Una tupida red que nos permite trabajar con una visión y una estrategia mundial contra el hambre, pero a través de una acción directa y local.
La problemática en El Salvador
Muchas personas de El Salvador viven en casas improvisadas que ellas mismas construyen y que son vulnerables a terremotos, inundaciones y enfermedades. Ante la falta de programas y financiación del Gobierno para abordar estos problemas a largo plazo, los proyectos de Fundasal ofrecen esperanza y oportunidades vitales a miles de salvadoreños que se encuentran en situación de pobreza, habitan viviendas inadecuadas, o sufren vulnerabilidad climática e inseguridad de alimentos y agua.
Codo a codo, los residentes y Fundasal han construido o reformado más de 640 casas y centros comunitarios, e introducido baños secos, cocinas con baja huella de carbono y sistemas de captación de agua de lluvia. También se establecieron huertos orgánicos para promover la seguridad alimentaria, y los residentes reciben capacitaciones sobre construcción, agricultura y gestión del riesgo de desastres.
Las condiciones de vida y el acceso a alimentos han mejorado enormemente para las 50.484 personas que viven en los cuatro municipios rurales donde se llevaron a cabo los proyectos.
Claudia Blanco, Directora Ejecutiva de Fundasal, apunta que “el reconocimiento representa un sello de aprobación para un trabajo que garantiza el derecho humano a la vivienda y al hábitat, y pone de manifiesto que, incluso en las regiones más empobrecidas, existe una riqueza infinita: en habilidades, conocimientos ancestrales, materiales locales y construcción. Vemos esto como un apoyo sociopolítico, en un momento en el que la agresividad hacia el medioambiente en aras del desarrollo económico pone a la supervivencia de toda la humanidad en un grave riesgo”
"El reconocimiento representa un sello de aprobación para un trabajo que garantiza el derecho humano a la vivienda y al hábitat, y pone de manifiesto que, incluso en las regiones más empobrecidas, existe una riqueza infinita"
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