Un hogar en la Casa de Recés Shara: empezar de cero a los 19 años
Tras ocho años desde su llegada a España, Shara encontró un hogar en la Casa de Recés, centro residencial con atención socioeducativa que acoge a mujeres jóvenes en situación de vulnerabilidad. Desde este espacio de «cuidado, seguridad y confianza» gestionado por la Fundación de la Esperanza, dependiente de la Fundación ”la Caixa”, Shara, ahora con 19 años, ha empezado a construir un proyecto de futuro: estudiar para ser enfermera y disfrutar del deporte en equipo jugando al rugby
(Fundación La Caixa).- Shara llegó al centro residencial una noche de verano. Tuvo que pedir ayuda para dar el paso, pues no se veía con ánimo de volverse a enfrentar al proceso de adaptación al nuevo lugar, a las nuevas compañeras... Pero esta vez fue distinto. Se dio cuenta enseguida. «Después de cenar, íbamos todas al patio y nos contábamos nuestras historias». Esa complicidad con las otras chicas fue lo que más la ayudó, reconoce. Por primera vez sintió que no estaba sola, que tenía amigas. Había encontrado un lugar donde se sentía apoyada y no juzgada, un hogar: ese lugar tan fundamental desde el que poder construirse una vida.
Shara cuenta esta historia a través de las preguntas de Maria, su educadora de referencia. Cuando contesta, inclina el cuerpo sobre la mesa, como tratando de acortar la distancia que las separa y de ocultar el rostro y el pecho al mismo tiempo. Y a quien la observa le provoca ternura el contraste entre esas maneras tímidas, casi infantiles, y la solidez del físico de esta joven jugadora de rugby de 19 años. La voz es templada y grave, y algunas inflexiones revelan la seriedad de las personas que han tenido que madurar a edad temprana.
La Casa de Recés es un centro residencial que acoge a mujeres de entre 18 y 35 años que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad y les presta atención socioeducativa. Se trata de una institución que, como refleja su edificio en el centro de Barcelona, tiene una larga historia. Fue creada en 1744 por la Congregación de la Esperanza y, cuando esta se fusionó con ”la Caixa” en 1923, se integró en su Obra Social. Desde 2013 es gestionada por la Fundación de la Esperanza y, en sus dos siglos de existencia, ha acogido a más de 2.000 mujeres. «Actualmente acogemos a más de 70 mujeres cada año y nuestro objetivo no se limita a la acogida —explica Maria—, sino que también ofrecemos herramientas para facilitar el proceso de autonomía personal. Cada chica establece sus propios objetivos emocionales, laborales, económicos, etcétera, e inicia un trabajo de emancipación en el que nosotras la acompañamos». En ese espacio de «cuidado, seguridad y confianza», Shara pudo también empezar a proyectar un futuro. Estudia, quiere ser enfermera. Y además descubrió el rugby.
En 2023, Shara se ha proclamado campeona de Cataluña con su equipo, el CN Poble Nou, y está jugando la promoción para competir en la liga nacional. Antes había jugado al baloncesto y había practicado atletismo, pero hasta ahora le había resultado difícil integrarse. En cambio, en el rugby encontró el mismo clima de apoyo y compañerismo que había encontrado en la Casa de Recés. Es algo que se pone de manifiesto con una costumbre que tiene nombre: «En el rugby, la rivalidad se queda en el campo. Al terminar el partido, el equipo local trae comida y bebida, y comparte un rato con el equipo visitante. Eso es el tercer tiempo», explica Shara.
Por fin, las piezas antes disgregadas empezaban a encajar. Las jornadas cotidianas de Shara son hoy un frenesí de actividad: por las mañanas estudia y, después de volver a casa a comer —dice refiriéndose a la Casa de Recés—, acude a hacer prácticas de Enfermería y más tarde a entrenar. Y aunque durante el curso hay más movimiento en el centro, chicas que se marchan y otras nuevas que entran, todas siguen aún buscando y encontrando los momentos para compartir confidencias en el patio. «Cada cosa tiene su tiempo», dice con naturalidad.
Maria reconoce que acompañar a Shara en este proceso es «inspirador y motivador», y ante las protestas de Shara, añade: «Mostrarte como lo estás haciendo ahora revela mucha valentía». ¿Cómo se ve a sí misma en un futuro? Compartiendo piso con amigas y trabajando de enfermera. «Y, si la edad me lo permite, jugando al rugby», añade, con esa falta de conciencia respecto a su extraordinaria juventud tan propia de sus 19 años.
La historia de Shara forma parte del proyecto documental Vidas contadas, 14 historias de superación que dan voz a personas en riesgo de exclusión que comparten sus aprendizajes con el fin de sensibilizar a la ciudadanía.
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