"No es una 'excentricidad regional', es el Espíritu que sopla" Un rito amazónico para una Iglesia con rostro indígena: caminos de inculturación y sinodalidad

Papa Francisco
Papa Francisco

"El Concilio Vaticano II ha inspirado a muchas iglesias locales a buscar formas de liturgia que hablen el lenguaje simbólico y espiritual de sus pueblos"

"El Sínodo Pan-Amazónico de 2019 propuso algo inédito: la creación de un rito amazónico que, lejos de ser una excentricidad regional, expresa un deseo profundo de fidelidad evangélica"

"También presenta sus desafíos: Con más de 300 etnias, distintas lenguas y cosmovisiones, ¿es posible un único rito común?

"Y posibilidades inmensas: un rito amazónico permitiría a los pueblos indígenas dejar de ser meros espectadores para convertirse en protagonistas. Además, enriquecería a toda la Iglesia universal"

"El cardenal Hummes expresó: No se trata de dejar de ser romanos, sino de ser también amazónicos"

La celebración de la fe cristiana nunca ha sido uniforme ni monolítica. Desde los primeros siglos, la Iglesia ha reconocido que el Evangelio se encarna en culturas diversas, y que esa pluralidad no solo es legítima, sino fuente de riqueza. Esta convicción, afirmada con fuerza por el Concilio Vaticano II, ha inspirado a muchas iglesias locales a buscar formas de liturgia que hablen el lenguaje simbólico y espiritual de sus pueblos. En este horizonte, el Sínodo Pan-Amazónico de 2019 propuso algo inédito: la creación de un rito amazónico, es decir, una forma propia de celebrar la fe católica en comunión con Roma, pero profundamente enraizada en las culturas de los pueblos indígenas y demás habitantes de la Amazonía.

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Lejos de ser una excentricidad regional, esta propuesta expresa un deseo profundo de fidelidad evangélica: anunciar el Reino de Dios de modo significativo para los pueblos, integrando sus símbolos, lenguas, gestos y espiritualidades en la liturgia. En palabras del Papa Francisco, se trata de dar pasos hacia “una Iglesia con rostro amazónico”, que no imponga moldes culturales externos, sino que camine con los pueblos, escuche sus sabidurías y se deje interpelar por su modo de estar en el mundo.

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"En palabras del Papa Francisco, se trata de dar pasos hacia 'una Iglesia con rostro amazónico', que no imponga moldes culturales externos"

Inculturación e interculturalidad: dos claves necesarias

Para comprender esta propuesta, es fundamental distinguir entre dos conceptos complementarios: inculturación e interculturalidad.

La inculturación es un camino teológico y misionero que busca expresar el Evangelio en las categorías culturales de un pueblo concreto. No se trata de disfrazar la fe, sino de permitir que esta arraigue en el humus cultural de cada comunidad, purificando y resignificando sus elementos a la luz de Cristo. Fue una intuición presente ya en los Padres de la Iglesia y reafirmada por el Vaticano II.

"El desafío no es 'cristianizar' desde fuera, sino dialogar desde dentro"

Por su parte, la interculturalidad subraya que no existe fe “pura” o “neutra”. Toda vivencia cristiana está mediada por una cultura: la Iglesia misma nació en contextos culturales diversos (hebreo, griego, latino) y se ha desarrollado con estilos múltiples. La interculturalidad no es solo una opción pastoral, sino una condición inherente a la existencia cristiana. En el caso amazónico, esto significa que los pueblos ya tienen sus propias formas de relación con lo sagrado, sus lenguajes míticos, su arte ritual, su manera de experimentar la vida como comunión con la naturaleza y con los antepasados. El desafío no es “cristianizar” desde fuera, sino dialogar desde dentro.

Diálogo interreligioso y transreligioso: fundamentos de comunión

Este proceso se sustenta en dos formas de diálogo espiritual. El diálogo interreligioso, promovido oficialmente desde Nostra Aetate (1965), implica respeto, escucha y cooperación entre religiones distintas. En la Amazonía, esto se traduce en la convivencia entre misioneros católicos, líderes indígenas, chamanes y agentes comunitarios que trabajan juntos en defensa de los territorios, la vida y los derechos culturales.

El diálogo transreligioso va más allá: en la vida cotidiana de los pueblos, lo sagrado circula sin fronteras rígidas. Los símbolos cristianos y los indígenas conviven, se reinterpretan, se entrelazan. No como fusión confusa, sino como espacio de creatividad espiritual. Esta realidad ya ocurre en muchas comunidades donde las celebraciones incluyen elementos rituales locales —el uso del humo para purificación, las danzas sagradas, las lenguas originarias— dentro de un marco cristiano.

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Un gesto emblemático fue el ritual en los Jardines Vaticanos durante el inicio del Sínodo de 2019, donde se ofrecieron cantos y símbolos amazónicos junto con la oración del Padre Nuestro. Este evento suscitó controversia en ciertos sectores, pero fue defendido por el Papa como una expresión legítima de apertura a lo diverso. “Un símbolo indígena puede ser acogido sin ser necesariamente considerado idolátrico”, escribió Francisco, subrayando que el Evangelio no destruye culturas, sino que las eleva y transforma.

"'Un símbolo indígena puede ser acogido sin ser necesariamente considerado idolátrico', escribió Francisco, subrayando que el Evangelio no destruye culturas, sino que las eleva y transforma"

Caminos históricos: del Concilio al Sínodo Pan-Amazónico

Aunque la idea de un rito amazónico parezca novedosa, tiene raíces profundas. Desde el siglo XVI, la evangelización en la Amazonía fue realizada por misioneros europeos que, en general, impusieron el rito romano en lengua latina, sin considerar las culturas locales. Las expresiones simbólicas indígenas fueron vistas muchas veces como supersticiones o paganismo. Sin embargo, ya desde mediados del siglo XX surgieron nuevas perspectivas misioneras, más sensibles a la cultura de los pueblos.

El Concilio Vaticano II fue un punto de inflexión. Sacrosanctum Concilium abrió la posibilidad de adaptar la liturgia a las culturas locales, especialmente en “territorios de misión”. La Iglesia no pretendía imponer una forma única, sino permitir que cada pueblo encontrara modos propios de celebrar la fe, siempre que se conservara la sustancia de los sacramentos.

"Aunque la idea de un rito amazónico parezca novedosa, tiene raíces profundas"

En este espíritu, algunas experiencias inculturadas surgieron en Brasil, Perú y otros países amazónicos: cantos en lenguas nativas, uso de instrumentos locales como el maracá, rituales de bendición con agua del río o con hojas. Pero la estructura general de la liturgia seguía siendo la del rito romano.

El Sínodo de la Amazonía recogió este clamor. Durante las sesiones, se hizo evidente la desconexión entre la liturgia habitual y la espiritualidad de los pueblos. El teólogo indígena Eleazar López resumió esta inquietud: “Ya no es tiempo de relaciones asimétricas. Es hora de tratarnos como hermanos. Necesitamos ritos adecuados a nuestros pueblos”. En respuesta, el documento final del Sínodo propuso explícitamente “elaborar un rito amazónico que exprese el patrimonio litúrgico, teológico y espiritual de la región”.

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Desafíos reales, esperanzas concretas

Entre los principales desafíos se encuentra la gran diversidad interna de la Amazonía. Con más de 300 etnias, distintas lenguas y cosmovisiones, ¿es posible un único rito común? Algunos, como Paulo Suess, proponen un rito flexible, con variantes según el contexto. La clave estaría en mantener una estructura básica, pero abierta a adaptaciones locales, como se hace en el rito zaireño africano.

Otro reto es la formación de ministros. Muchas comunidades ven un sacerdote apenas una vez al año. Sin ministros locales capacitados, un rito amazónico carecería de viabilidad. Por eso el Sínodo propuso no solo ordenar viri probati (hombres casados con liderazgo moral), sino también fortalecer los ministerios laicales, incluyendo roles para mujeres indígenas como animadoras, catequistas o lectoras.

"Con más de 300 etnias, distintas lenguas y cosmovisiones, ¿es posible un único rito común?"

Las resistencias internas también existen. Algunos sectores eclesiales temen una “fragmentación” del rito romano o la introducción de prácticas que confundan la identidad cristiana. Otros ven en el rito amazónico un “caballo de Troya” para modificar la disciplina del celibato o introducir el diaconado femenino. Sin embargo, el Papa ha sido claro: no se trata de crear una Iglesia paralela, sino de ampliar los cauces de expresión católica, en fidelidad al Evangelio y a la comunión con Pedro.

Potencialidades: una Iglesia más viva y significativa

A pesar de los desafíos, las posibilidades pastorales y espirituales son inmensas. Un rito amazónico permitiría a los pueblos indígenas dejar de ser meros espectadores para convertirse en protagonistas de la liturgia. Celebrar la misa en su lengua, con sus cantos, danzas y símbolos, haría que se sintieran realmente en casa dentro de la Iglesia.

Además, el rito amazónico enriquecería a toda la Iglesia universal. Su espiritualidad ecológica, su sentido de comunión con la naturaleza y su vivencia comunitaria pueden ser un don para el mundo en tiempos de crisis ambiental y soledad individual. Elementos como un “Tiempo de la Creación” litúrgico, una “Fiesta del Río”, o una liturgia que integre los ciclos naturales pueden inspirar a otras regiones.

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"Su espiritualidad ecológica, su sentido de comunión con la naturaleza y su vivencia comunitaria pueden ser un don para el mundo en tiempos de crisis ambiental y soledad individual"

La alegría celebrativa de los pueblos amazónicos —con danzas, color, música y cuerpo— también puede ayudar a recuperar la dimensión festiva de la liturgia, a veces adormecida en contextos urbanos occidentales. Como decía Francisco Taborda, los sacramentos son también fiesta, celebración comunitaria de la vida divina que se nos dona.

Un laboratorio de sinodalidad

Finalmente, el rito amazónico representa una expresión concreta de la sinodalidad que la Iglesia está redescubriendo. No se trata solo de un cambio litúrgico, sino de una nueva forma de ser Iglesia: más horizontal, más participativa, más atenta a los clamores del pueblo. El proceso está siendo acompañado por la CEAMA, organismo eclesial que incluye obispos, religiosos, laicos e indígenas en pie de igualdad. Su metodología es escuchar, discernir y caminar juntos.

Este modelo sinodal podría inspirar otras regiones: comunidades andinas, pueblos afrodescendientes, culturas asiáticas. La catolicidad no se impone desde Roma: se construye desde la comunión de muchas voces que celebran un mismo misterio con diversidad de formas. Como decía el cardenal Hummes: “No se trata de dejar de ser romanos, sino de ser también amazónicos”.

"Cardenal Hummes: No se trata de dejar de ser romanos, sino de ser también amazónicos"

Conclusión: una Iglesia que respira con los pueblos

El rito amazónico no es una invención reciente, sino el fruto de un largo proceso de escucha, discernimiento y deseo de fidelidad al Evangelio. Nace de una deuda histórica con los pueblos originarios, muchas veces marginados dentro de la propia Iglesia. Hoy, ellos reclaman con razón el derecho de celebrar su fe con sus propias expresiones, sin dejar de ser plenamente católicos.

El Papa Francisco ha dado el impulso necesario, y ahora el proceso está en marcha. Comisiones de estudio, propuestas de adaptación litúrgica, experiencias piloto y espacios de formación ya están en curso. Cuando el rito sea aprobado, será una expresión legítima y hermosa de la fe cristiana en clave amazónica.

"La unidad no exige uniformidad; exige comunión"

No se trata de inventar una nueva religión, ni de mezclar sin criterio, sino de vivir el Evangelio con los colores, sonidos y símbolos de la selva. Como en Pentecostés, cuando cada uno escuchaba en su propia lengua las maravillas de Dios, también hoy la Iglesia debe hablar en tikuna, yanomami, nheengatu, y otras lenguas del corazón. La unidad no exige uniformidad; exige comunión.

Que el Espíritu Santo siga soplando en la Amazonía. Que María, Madre de la Amazonía, interceda por este camino. Y que un día, cuando escuchemos una misa amazónica entre cantos de pájaros, hojas agitadas por el viento y maracás rituales, podamos decir: “Aquí está Dios, celebrando con su pueblo, en la lengua de la selva”.

Iglesia amazónica - Blog CJ

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