#sentipensares Mi habitación interior

Mi habitación interior
Mi habitación interior

Una de estas noches te recuerdo especialmente por esa temporada de calor que no te permitía casi dormir. Cómo me acosté verdaderamente cansada después de mucho trabajar en casa, luego me había regalado un momento íntimo y necesitado qué logré alcanzar con aquellas velas encendidas, la música y todo aquello que me ubico en sintonía orante.

Entonces comprendí que yo que verdaderamente buscaba mi respiración como el sonido introductorio del encuentro conmigo misma y el encuentro de una mujer que habitando espacios interiores, era capaz de abrir las manos para orar con el Señor de su vida.

No era fácil para mí callar el murmullo interior y solo dejar que sus palabras llegaran a mi corazón, pero verdaderamente aquello era lo buscado.

Sentarme frente a ti y hablarte como la mujer que es habitada por tu amor y que, con profunda fe, partía un trozo de pan y lo comía en silencio, abrazando aquello que se daría en intacto diálogo y amor compartido. Hoy soy esa mujer, que se parte como en la eucaristía y que se comparte dialogando con el maestro, el humilde maestro que fue capaz de entregarse como ese pan, que renueva mi vida de fe cada día, a cada hora.

Hoy soy esa mujer, la que en su habitación interior busca estar con el Maestro y ponerse de manifiesto a su decisión.

Con manos abiertas, te hablo, te pido, humildemente, te agradezco, te ruego, te doy las gracias, te hablo de mis dolores… esta es la que habitó hoy.

Luego de contemplar un atardecer maravilloso bordé un paño que dejé como testimonio. Decía:” En el Señor me refugio eternamente”

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