Queridos amigos seguro que la mayoría estaréis ya de vacaciones o por lo menos descansando de un curso que seguro no ha sido nada fácil para la mayoría de vosotr@s.
Lo único que nos queda es soñar, eso no nos lo pueden arrebatar, ni tendremos que pagar por ello (de momento)…
Cerremos los ojos por unos instantes y situémonos frente a un maravilloso acantilado con tonos azules-verdosos…. Sintamos el sonido del viento que azota las rocas, elevando el fragor espumoso del agua marina que mansamente rocía nuestro rostro…
Atisbemos en la lejanía una gran roca rodeada por un mar bravo, cimiento de un precioso santuario, el de María, ¡Virgen del mar!, pilar materno donde cada día nos sostenemos…
¡Bendita la luz de su fe que nos guía como un faro!, la barca donde cada día peregrinamos en este mundo, hasta poder llegar a alcanzar el buen puerto de Dios…
Gracias por estar ahí, por seguir contando con ese minuto de encuentro, de compartir y vivir.
Os espero en septiembre con nuevas fuerzas, ilusión y esperanza.
¡Feliz verano y hasta pronto amigos!