¿Por qué nos cuesta tanto?

Su alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. (Dalai Lama)

¡Que sabiduría la de este hombre! Pero ¿Cuántas veces actuamos así en nuestro día?, La mayoría de la veces solo sabemos devolver con la misma moneda que nos dieron. ¿Quién regala una sonrisa frente a una mala contestación? Nos puede nuestro ego, nuestro honor… y al final, nos convertimos en el resultado de lo que pensamos y sentimos influenciados por nuestro interior…
Seguro que todos conocemos a personas que no han aprendido a sonreír, o por lo menos a hacerlo desde el corazón. Es verdad que en estos momentos de dificultad, es complicado esbozar una sonrisa, pero quizá es ahora cuando más se necesita, cuando la preocupación y el sinsentido afloran por doquier.
Son personas que no saben afrontar la vida y sus dificultades, sintiéndose en el fondo unos pobres desgraciados.
Aprendamos a dar lo mejor de nosotros mismos, no cuesta nada tender una mano a quien más lo necesita o dar unos buenos días acompañado de una sonrisa. ¿Os acordáis de la película “La vida es bella”? Si en nuestras manos está el poder hacer la vida algo más agradable a los demás ¿por qué no intentarlo?, ¡no seamos egoístas! La forma de ser y vivir está dentro de cada uno, transmitamos nuestra mejor energía a quienes están cerca. Ahora es el momento, no esperemos a mañana, si actuamos así, seguro que nos sentiremos mejor cuando demos por finalizada nuestra jornada y la pongamos en manos de Dios, ¿lo intentamos?
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