Qué fácil y a la vez qué difícil nos resulta pronunciar palabras como “te quiero” o “perdón”. Algunos podréis decirme que sí entran dentro de vuestro vocabulario cotidiano y eso ¡es una maravilla!, pero no todo el mundo es capaz de pronunciarlas con facilidad y solo cuando no tenemos a la persona delante, es cuando nos arrepentimos de no haberlo hecho antes, por eso no dudes en compartir lo que piensas o sientes ahora que puedes…
No creas que lo que puedas sentir no es importante para los demás, al contrario, las personas que tienes cerca, necesitan saber cómo piensas o sientes, por eso no dudes en hacerlo con toda la libertad que te permite tu corazón, aunque eso te lleve a meter la pata, también es necesario aprender a “meter la pata”, pero no decir las cosas a la cara es de cobardes y callar no te lleva a ningún sitio, tan solo a que puedan tener una opinión equivocada de ti.
Hay personas que les cuesta hablar a la cara y se refugian en los demás o en el silencio, pero eso nunca nos conducirá a buen puerto…
Cuando tengas algo que decir… “Ve donde están tus hermanos y diles…” ¿no nos decía eso Jesús?, ¿no denunciaba la injusticia, no gritaba la palabra libertad, no hablaba de amor?...
Pero si no eres capaz de actuar así, mejor es que guardes silencio, un silencio que lo único que expresa es miedo y cobardía porque su mensaje fue: “Id y anunciad”. Pero de ti depende, tu libertad es sólo tuya…