¡Nada hay imposible!
Posiblemente a cada uno de los que lo leáis os llevará a una reflexión muy diferente a la que yo pueda compartir con vosotr@s, pero en la diversidad, está la riqueza.
Lo que sí estaréis de acuerdo conmigo, es que tarde o temprano de todo se sale, por supuesto siempre con esfuerzo y tesón.
Todos tenemos la fuerza suficiente para luchar, también la debilidad, es cierto, pero somos capaces de enfrentar situaciones adversas que se nos presentan y que no hubiéramos imaginado, pareciéndonos insuperables en un principio.
Cuando creemos en nuestras posibilidades, en nosotr@s, entonces es cuando empezamos a afrontarlo, porque sabemos, que lo más importante no es la meta, sino el camino que nos hemos propuesto y que hemos sido capaces de recorrer.
Aunque sea difícil comprender esto, pero creo que los obstáculos que la vida nos pone son un don y una necesidad para crecer y entender el amor. ¿Cuántas personas no creen pero sin embargo se agarran a Dios como ultimo recurso? Quizá si todo fuera maravilloso, egoístamente, como somos los seres humanos, no le necesitaríamos ni nos acordaríamos de Él. Como bien dice el refrán, siempre nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena ¿o no es verdad? Pues algo parecido…
Creo que es importante saber enfrentarnos a situaciones nuevas para poder sacar a la luz todos los dones que llevamos dentro. El ser humano tiende a lo fácil, a lo conocido, a lo que nos proporciona más estabilidad, pero esos momentos son ocasiones para crecer, y darnos cuenta de que somos más fuertes de lo que imaginábamos abriendo nuestra vida y nuestro espíritu al exterior.
No dejemos de caminar y luchar en medio de la dificultad. Recordad que después de las espinas siempre vienen las rosas, aunque éstas tarden en llegar…