Entrevista con el prefecto de la Congregación para la Educación Católica Versaldi: "El Papa quiere una Iglesia sinodal, en diálogo, incluso con quienes no piensan como ella"
"La Curia ayuda al Papa, que no puede hacerlo todo. La reforma, desde el Vaticano II, es que la Curia no sea un obstáculo de la colegialidad"
"Estamos en un momento de cambio de época, en la que los valores fundamentales se están poniendo en discusión, e incluso negados"
"Es un escándalo extremo usar el poder para hacer el mal a menores, que no pueden defenderse"
"Hay que preparar estructuras que vigilen y alerten a los responsables, con transparencia y claridad, para que nadie pueda decir que no sabía"
"Es un escándalo extremo usar el poder para hacer el mal a menores, que no pueden defenderse"
"Hay que preparar estructuras que vigilen y alerten a los responsables, con transparencia y claridad, para que nadie pueda decir que no sabía"
Giuseppe Versaldi es el actual prefecto para la Congregación de la Educación Católica. En una reciente visita a Madrid, conversa con RD sobre el estado de la educación católica, el proceso de reformas en la Iglesia y la lucha contra la pederastia clerical
"No somos intermediarios entre el Papa y los obispos. Los obispos y el Papa son un único colegio, la Curia ayuda al Papa, que no puede hacerlo todo. La reforma, desde el Vaticano II, es que la Curia no sea un obstáculo de la colegialidad", sostiene Versaldi.
¿Cuál es el estado de la educación católica? ¿Qué respuesta se pueden dar, desde los valores cristianos, al reto educativo y cultural?
La educación católica se funda sobre una visión general de la persona, como ha dicho el decreto conciliar 'Gravissima Educationis'. El punto básico es el concepto de persona, como un ser que vive en cada tiempo, libre y autonómamente, aunque en relación con los otros. La educación, según la visión de la Iglesia, debe integrar los derechos de la persona a desarrollar integralmente sus capacidades, pero integrarse en el bien común.
Una persona con derechos y deberes. Este concepto de persona es opuesto al de una cultura, hoy prevalente, de tipo individualista, en la que se evidencia solamente la autonomía de los derechos, y no el bien de los otros. Este concepto de persona construye una pedagogía, un modo de educar que es acompañamiento de la persona, no impone una doctrina, pero sí ayuda a desarrollar libremente la propia capacidad. Sí ofrece a la persona un patrimonio de valores, bienes comunes, solidaridad, justicia y paz, que la persona debe integrar en su libertad.
-Unos valores que han construido la civilización occidental
Sí, aunque estamos en un cierto punto, como dice el Papa, un cambio de época, en que estos valores fundamentales se están poniendo en discusión y a veces son negados. Se pone a la Iglesia como una enemiga de la sociedad, cuando no lo es, sino como una ayuda para incluir todos los valores que niegan la dignidad de toda persona humana.
-Hablando de educación, en muchas escuelas católicas del mundo ha habido problemas de abusos a menores. ¿Qué ha de hacer la escuela y el educador católico para afrontar la crisis de abusos y la falta de confianza?
Estos abusos de poder, que inevitablemente un educador, y más si es un clérigo, aunque en las estadísticas son una mínima parte, en la Iglesia son demasiados. Es un escándalo extremo usar el poder para hacer el mal a menores, que no pueden defenderse. Quiero añadir que, al menos los dos últimos pontificados, todo esfuerzo viene dado para remediar estos abusos. En dos niveles: a represión, que es individual. Pero además, la prevención. La formación de educadores, que sean consciente de los riesgos de estos abusos. Y en el caso de los sacerdotes, una insistencia que hacemos, y se hizo en el Encuentro de febrero, una mayor severidad en el discernimiento vocacional. Evitar que personas frágiles en estos aspectos afectivos o sexuales, puedan ser ordenados sacerdotes. La pederastia se manifiesta después de ordenarse, pero los signos de fragilidad se pueden evaluar durante los años el seminario.
-¿Cómo vivieron la cumbre de febrero, escuchando los testimonios de las víctimas?
Vimos diversidad de las situaciones en distintos países. En los países occidentales, la liberalización de la sexualidad sin control puede haber llevado a estas personas a delinquir con más libertad. En otros países, este fenómeno está más contenido. Aunque algunos países donde hay menos casos, hay prevención para poder trabajar y purificar la Iglesia, y con la necesidad de una normativa que la Santa Sede está preparando, como líneas guía universales para toda la Iglesia, para la represión y la prevención
-¿Podemos asegurar que después de ese vademécum ningún obispo va a poder decir que no sabía lo que tenía que hacer?
La función del obispo o del superior es complicada, porque muchas veces no tiene contacto directo con la realidad. Hay que preparar estructuras que vigilen y alerten a los responsables, con transparencia y claridad, para que nadie pueda decir que no sabía.
-Háblenos del proceso de reforma de la Curia
La reforma de la Curia, al interior de la renovación que el Papa quiere para toda la Iglesia, como dijo en Evangelii Gaudium. El quiere una Iglesia más misionera y sinodal La curia romana es una estructura al servicio del Papa para el ministerio universal de confirmar en la fe y la caridad. No somos intermediarios entre el Papa y los obispos. Los obispos y el Papa son un único colegio, la Curia ayuda al Papa, que no puede hacerlo todo. La reforma, desde el Vaticano II, es que la Curia no sea un obstáculo de la colegialidad. La reforma tiende a optimizar el proceso de servicio de la Curia, ponemos mucha esperanza en la simplificación, el aggioarnamento, una mayor colegialidad al interior de la curia. Tengo mucha esperanza en el proceso de renovación.
-Hace seis años eligieron a Bergoglio como Papa ¿Qué pensó entonces y qué piensa ahora?
Todo Papa es mandado por el Espíritu Santo para el bien de la Iglesia, con sus características. Creo que el aspecto positivo, y arriesgado de este Papa, es esa conversión misionera que quiere para la Iglesia, una Iglesia en salida, que quiere ayudar al mundo de hoy no haciendo valer su poder, sino al servicio de la caridad, presentar y proponer al mundo el valor integral del bien común a través del diálogo, que es la vía más difícil, que escandaliza a unos y a otros.
Cuando se habla con alguno que piensa distinto, el Papa es acusado de haber aceptado la opinión del otro. El diálogo significa escucha, razonar juntos, también que uno puede llegar a unas conclusiones e integrar lo bueno que ha visto en el otro. Todas la polémicas en el interior de la Iglesia nacen de la falta de entendimiento de lo que quiere el Papa: una Iglesia sinodal, una Iglesia en diálogo, incluso con quienes no piensan como ella. Es difícil, hace sufrir, pero el mejor camino que se puede hacer es creer que el Papa está mandado por el Espíritu
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