Condenada en el Vatileaks 2, podría haber armado falsos testimonios Giro en el proceso contra Becciu: ¿Qué pinta en las acusaciones contra el cardenal Francesca Chaouqui?
Nuevas pruebas debilitan la versión del principal testigo contra un Becciu en la mira por grabar al Papa. La entrada en escena de una de las condenadas en el Vatileaks 2 complica a monseñor Alberto Perlasca. El purpurado, de todos modos, se anota un autogol en la opinión pública al conocerse que grabó al pontífice sin su consentimiento
El nombre de Francesca Chaouqui, no se sabe por qué aún en la órbita de la Santa Sede, emergió como el de la posible autora intelectual de uno de los documentos centrales en el juicio contra el cardenal Angelo Becciu: la declaración incriminatoria de Perlasca, ex mano derecha del purpurado italiano
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
En la audiencia número 40 del ya complicado juicio, el Tribunal del Vaticano que lleva adelante el proceso contra Becciu desde mediados de 2021 por supuesta malversación de fondos durante su paso por la secretaría de Estado, anunció que interrogará a inicios del año que viene a dos mujeres para investigar si armaron con acusaciones falsas el testimonio de un monseñor que se convirtió en la principal prueba del proceso. Una de ellas, en un deja vu novelesco, es Chaouqui.
¿Cómo se llegó a esta situación? El presidente del Tribunal, Giuseppe Pignatone, anunció este jueves que las italianas Genoveffa Ciferri y Chaouqui serán interrogadas a inicios de 2023 para descifrar qué rol tuvieron en la acusación que formuló el exayudante de Becciu y que se convirtió en la principal arma de la fiscalía contra el purpurado acusado de irregularidades financieras junto a otras nueve personas.
Temas sugeridos por Chaouqui
"Hay una serie de mensajes de Ciferri que afirma que ella sugirió el memorial producido por Perlasca y que, a su vez, los temas le fueron sugeridos por Chaouqui", planteó Pignatone, en referencia al escrito con el que el monseñor italiano incriminó a Becciu el 31 de agosto de 2020 y le valió para convertirse en informante de la Justicia y evadir los cargos por malversación.
En un principio, Perlasca había afirmado haber redactado las memorias de forma independiente; sin embargo, en la última vista dijo no recordar quién le había ayudado a escribir estas páginas ambientadas en el inédito formato de preguntas y respuestas, en las que también trataba temas no relacionados con el juicio.
Pignatone también interrogó a Perlasca sobre el supuesto rol del actual sustituto de la secretaría de Estado en la operación que buscaba cerrar definitivamente la operación de Londres. Y Perlasca, en un nuevo giro, planteó que efectivamente Edgar Peña Parra estaba al tanto de sus movimientos.
La grabación de Becciu al Papa
La decisión del Vaticano de abrir una nueva línea de investigación se da, además, horas después de que se conociera que Becciu grabó una conversación privada que había tenido el año pasado con el papa Francisco para buscar que el Pontífice lo apoyara en su línea sobre uno de los temas que se deciden en juicio, la posible malversación de fondos vaticanos en el pago del rescate de monjas en Malí.
En septiembre de 2020, al inicio de una investigación en la que también están imputadas otras nueve personas por supuestas irregularidades, Becciu renunció al cargo que tenía como responsable de la Congregación para las Causas de los Santos y, además, "a los derechos relacionados con el cardenalato", en una decisión sin precedentes modernos, y que incluso excluye al cardenal de los derechos de participar de un futuro cónclave.
Desde julio de 2021, Becciu es juzgado por "peculado y abuso de poder", junto a otras nueve personas y cuatro empresas, en la causa que investiga supuestos fraudes con la compra de un edificio en Londres por casi 200 millones de euros, en el primer juicio vaticano de la historia con un purpurado en el banquillo.
"Escándalo sin precedentes"
En una de las audiencias de este año, Becciu rechazó haber malversado fondos vaticanos a favor de su familia. "Durante más de un año y medio me ha atormentado una pregunta: ¿por qué estaban denunciado estas falsas acusaciones al Santo Padre? ¿Con qué propósito?", planteó Becciu al criticar las denuncias por peculado que, en 2020, derivaron en su renuncia tras una audiencia en la que el papa Francisco le planteó su preocupación por un supuesto desvío de fondos.
"¿Cómo puede ser que se haya explotado la persona del Santo Padre, creando un escándalo sin precedentes en la Iglesia", agregó en mayo el cardenal que, tras la acusación de que su hermano Tonino había manipulado más de 100.000 euros destinados a caridad, fue despojado de sus derechos como cardenal y alejado de su cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Según la acusación, el inmueble en Londres fue adquirido en 2014 con fondos reservados mientras el purpurado se desempeñó como "número 3" de la Santa Sede, entre 2011 y 2018, que según la justicia vaticana causó pérdidas de más de 200 millones de euros al fondo de caridad papal.
En julio pasado, el Vaticano reveló que vendió en 214 millones de euros el edificio de Londres "con ingresos totales de 186 millones de libras". Según la Santa Sede, la venta se hizo tras recibir 16 ofertas y recién "en los últimos meses" se concretó la operación, sin dar una fecha concreta.
Un cardenal ante la justicia vaticana
Becciu fue interrogado por primera vez, en un hecho inédito para la justicia vaticana, el pasado 17 de marzo, cuando fue preguntado exclusivamente sobre esta línea de la investigación, que busca esclarecer si fondos del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco vaticano, y de la Conferencia Episcopal italiana acabaron en manos de entidades y personas relacionadas con el cardenal enjuiciado.
Al elevar la investigación a juicio, dentro de las 73 páginas dedicadas a analizar la labor del purpurado, la fiscalía vaticana consideró que "también surgieron elementos contra el cardenal Giovanni Angelo Becciu, contra quien procedemos, como exige la ley, por los delitos de malversación y abuso de funciones también en concurso, así como soborno".
A fines de marzo, Francisco había liberado a Becciu del secreto pontificio para que explicara su relación con la supuesta espía italiana Cecilia Marogna, una laica que cobró miles de euros de la Santa Sede por supuestas intermediaciones y que también es juzgada por el Vaticano en el proceso iniciado en julio pasado.
Según el acta de envío a juicio, la investigación mostró "una red de relaciones con los operadores del mercado financiero que generó pérdidas sustanciales para las finanzas del Vaticano, habiendo recurrido también a recursos destinados a las obras de caridad personal del Santo Padre", dentro de un mega-esquema de fraudes.
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