"No conozco el camino porque el camino se está desarrollando día a día" Grech: "El Sínodo no es un proyecto de la Secretaría, sino de la Iglesia"
"Es un itinerario que refleja la voluntad del Santo Padre o, mejor aún, la naturaleza de la Iglesia, porque esto no es un sueño del Papa Francisco sino que es la enseñanza del Vaticano II: una Iglesia que es el pueblo de Dios"
"Hay mucho entusiasmo en los obispos que hemos escuchado. Algunos de ellos ya tienen experiencias de sinodalidad: por ejemplo Australia, que está celebrando un concilio plenario, pero también hay otros"
"Todos estamos dispuestos a aprender, también por el bien de la Iglesia, a modular el camino que el Espíritu nos indica"
"Todos estamos dispuestos a aprender, también por el bien de la Iglesia, a modular el camino que el Espíritu nos indica"
| Alessandro De Carolis , Vatican News
El Papa de las periferias nunca lo ha considerado de otra manera, y lo ha repetido muchas veces desde el inicio de su ministerio: la Iglesia es un pueblo en camino con sus pastores a la cabeza del rebaño, o en el centro o en la retaguardia, pero en cualquier caso un pueblo que tiene "olfato" para las cosas del Espíritu. Y esta convicción -que en realidad viene del Vaticano II- es la misma que está en la base de un itinerario que llevará, de manera nueva respecto al pasado, a preparar y luego a vivir la Asamblea Sinodal de octubre de 2023. Un camino que, como es sabido, deberá permitir en sus diversas etapas alcanzar e involucrar a los fieles de todo orden y grado.
El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, reiteró a los medios de comunicación vaticanos que los trabajos de la Secretaría de los Obispos se mueven en esta línea y que la serie de encuentros en modalidad virtual, iniciada el 14 de junio y programada hasta el 18, pretende también concretar la escucha y el debate a la base del proceso sinodal:
Cuando hicimos el nuevo itinerario, que no fue una invención nuestra, también escuchamos lo que algunos obispos ya habían comunicado al Secretariado en años anteriores. Además, es un itinerario que refleja la voluntad del Santo Padre o, mejor aún, la naturaleza de la Iglesia, porque esto no es un sueño del Papa Francisco sino que es la enseñanza del Vaticano II: una Iglesia que es el pueblo de Dios.
Así pues, con estos antecedentes presentamos la propuesta de este nuevo itinerario sinodal por el que, como dice la Episcopalis communio, el Sínodo ya no es un acontecimiento, sino un proceso. Es decir, ya no es el evento del Sínodo de los Obispos que se celebra cada tres años en Roma, sino que es un proceso. Por eso, en cuanto diseñamos el itinerario, antes de publicarlo, nos pusimos en contacto con los presidentes y secretarios generales de las asambleas continentales de las Conferencias Episcopales, precisamente para escucharlos, porque este es un proyecto que debe ser realizado también por nuestros socios, que son los obispos. Luego editamos la publicación y después nos embarcamos en esta otra experiencia: una reunión con los presidentes, los secretarios generales -y extendimos la invitación también al Consejo Permanente- de todas las Conferencias Episcopales del mundo, precisamente para programar el proceso de un sínodo sobre la sinodalidad.
¿Qué le sugieren los primeros pasos que están dando en esta dirección, en esta gestación?
Debo decir que de las reuniones que hemos tenido la reacción es sorprendente, muy positiva, y hay mucho entusiasmo en los obispos que hemos escuchado. Algunos de ellos ya tienen experiencias de sinodalidad: por ejemplo Australia, que está celebrando un concilio plenario, pero también hay otros. Por tanto, compartimos las experiencias: queremos, con el documento preparatorio que se publicará en septiembre, publicar también un vademécum con las mejores prácticas de sinodalidad, porque hay algunos que ya han empezado pero hay otros que todavía están al principio. Entonces esto nos ayudará -compartiendo esta experiencia eclesial desde toda la Iglesia, no sólo desde el centro- a emprender este camino.
Como máximo responsable de la Secretaría del Sínodo, ¿cómo ve el camino que han emprendido en la perspectiva -como ha dicho antes- no sólo del corazón del Papa Francisco sino del Vaticano II, por tanto del magisterio más amplio de la Iglesia?
Quizá la respuesta que le dé sea un poco sorprendente: sinceramente, no conozco el camino porque el camino se está desarrollando día a día. Tenemos algunas líneas generales, pero estamos abiertos. No es un proyecto ya fijado, sino que se hace escuchando a nuestros socios, porque el Sínodo no es un proyecto de la Secretaría, sino de la Iglesia. También estamos manteniendo reuniones con los distintos departamentos de la Curia, porque queremos que se sientan partícipes también de la organización, de la celebración de este proceso. Por tanto, todos estamos dispuestos a aprender, también por el bien de la Iglesia, a modular el camino que el Espíritu nos indica.
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