Entrevista al cardenal-arzobispo de Bolonia Matteo Zuppi: “En España, no se necesitan mediadores, se necesita visión de futuro”
"La tentación de una Iglesia-museo, bellísimo museo, pero museo, se va superando"
"No se puede seguir defendiendo el status quo, diciendo que siempre fue así. Tenemos que hacer ese cambio misionero pastoral"
"El Evangelio y la 'Evangelii Gaudium', que el papa Francisco nos ha presentado, nos empujan a actuar, pero es mucho más fácil quedarse en casa que salir, encerrarse que abrirse"
"Siempre habrá la tentación de poner un límite, una puerta y un portero... Salir es confundirse"
"El Evangelio y la 'Evangelii Gaudium', que el papa Francisco nos ha presentado, nos empujan a actuar, pero es mucho más fácil quedarse en casa que salir, encerrarse que abrirse"
"Siempre habrá la tentación de poner un límite, una puerta y un portero... Salir es confundirse"
En poco tiempo, Matteo Zuppi pasó de ser un simple cura (aunque ya conocido, por haber mediado, con su comunidad de San Egidio, en diversos conflictos) a arzobispo de Bolonia y cardenal de la Iglesia. Asegura que entre España y Cataluña “no se necesitan mediadores, sino visión de futuro” y, plenamente identificado con el Papa, apuesta por el “cambio misionero pastoral”, aunque reconoce que “es mucho más fácil quedarse en casa que salir”.
Un congreso como el que se acaba de celebrar en Barcelona, sobre 'La aportación del Papa a la teología y a la pastoral de la Iglesia' y en el que usted ha participado, ¿ayuda al Papa?
Ayuda a la Iglesia y ayuda al Papa porque nos invita a entender mejor su preocupación, su cuidado, su pedido. Nos ayuda a ver el plan, la continuidad de su visión de Iglesia. Porque, muchas veces, nosotros nos reducimos a pequeñas cosas y no vemos tan claro cuál es la visión con la que él ve la Iglesia y el mundo, la relación entre la Iglesia y el mundo, las prioridades. Es decir, la manera de vivir como cristianos.
¿Necesita esta ayuda? Da la sensación de que hay momentos en que así es.
Sí, también porque es un pedido, una visión que nos empuja a movernos. Él habla de una conversión misionera y pastoral. Sabe que hay muchos documentos pero lo que pide es esa conversión, no tanto las palabra, sino hechos que impliquen no dejar las cosas como están. No se puede seguir defendiendo el status quo, diciendo que siempre fue así. Tenemos que hacer ese cambio misionero pastoral.
"El Papa Francisco sabe que hay muchos documentos pero lo que pide es una conversión. Nos pide que cuidemos no solo a los que están, sino a los que no están pero deberían"
¿Parece que esta conversión pastoral le cuesta más a la jerarquía que al pueblo?
A los dos.
¿Por qué?
A la jerarquía, porque nos empuja a ser pastores. Porque nos pide que cuidemos no solo de los que están, sino de aquellos que no están y tendrían que estar. Y a las comunidades, porque estaban acostumbradas a dejar que fuesen algunos responsables los que cuidasen del pueblo. Pero la visión del Papa es que todos tenemos que vivir como una prioridad la comunicación del evangelio.
Creo que es mucho más cómodo no tener problemas. El evangelio y la 'Evangelii Gaudium', que el papa Francisco nos ha presentado, nos empujan a actuar, pero es mucho más fácil quedarse en casa que salir, encerrarse que abrirse. Es mucho más fácil hablar entre nosotros que hablar con todos. Es mucho más fácil estar entre los nuestros que hacer nuestros a los demás.
Pero, al final, parece que lo está consiguiendo. Se nota que hay ciertas cosas y determinadas dinámicas que están calando tanto en la jerarquía como en el pueblo santo de Dios.
Así es, ciertamente. El Papa tiene una preocupación de que el Evangelio expanda la misericordia que hay en los corazones de tantos samaritanos. Se está logrando abrir de nuevo un diálogo. Se ve cómo algunos puentes permiten responder nuevamente a las expectativas y a los problemas de nuestra generación.
Me parece que, como diría Juan XXIII, la tentación de una Iglesia-museo, bellísimo museo, pero museo, se va superando. Y vemos que las cosas de la Iglesia son preciosas, no porque están en el museo, sino porque están en la calle y encuentran de nuevo a la humanidad tal y como es.
¿Este proceso es irreversible, o cabe una marcha atrás?
Esto siempre va a ser un problema, porque siempre va a haber una lucha entre ser llamados y enviados. Siempre habrá la tentación de poner un límite, una puerta y un portero... Y digo que es una tentación, porque existe la Iglesia y existe el mundo. Salir es confundirse. Es no vivir para sí mismo. Porque somos ellos, estamos llamados para ser enviados, no para nosotros. Como pasa en el corazón, hay siempre una sístole y una diástole, pero si solo hay diástole...
Pero eso significa perder privilegios. ¿Está la jerarquía dispuesta?
Crea seguridades. Porque una Iglesia que sólo llama, después se vuelve a cerrar, preocupada todavía más por sus cosas internas. Y en ese sentido, siempre está sujeta a apariencias, a modas, a papeles, descuidando el contenido.
El Papa está preparando la sucesión con cardenales como usted y con hornadas de cardenales de la periferia. Con otro tipo de cardenales, digamos.
El papa Francisco siempre dijo de sí mismo que es un hombre que vive mirando al mañana. Pero también parece que confía mucho en la gracia, en el Espíritu Santo. Y además, la Iglesia no es del uno o del otro, la Iglesia es de Jesús.
¿Le ha visto últimamente con ganas de seguir remando?
Me parece que su energía, su visión y su programación son una excelente prueba de que quiere continuar plenamente en su servicio a la Iglesia.
¿Está convencido de que tiene una misión que cumplir?
Yo creo que sí. Él habló claramente al inicio de su pontificado de que tenía la misión de continuar la aplicación del Vaticano II y la implementación de una Iglesia/pueblo de Dios, misionera y pastoral. Pienso que ésa es la misión que él piensa cumplir.
Si esa misión no se cumple, la Iglesia pierde cada vez más credibilidad. Al menos en Occidente.
Creo que sí, porque, en realidad, sin la misión no defendemos a la Iglesia. Hay algunos que piensa lo contrario: que la misión es un riesgo y que el problema que tenemos hay que solucionarlo entre nosotros. Pero la secularización es un hecho evidente. Y no es de hoy. Es de hace años. Hay un libro del 39, que ya habla de los alejados, y de eso hace 80 años. Hay una secularización profundísima y, por eso, hablamos de conversión pastoral.
Usted ha mediado en numerosos conflictos. ¿Estaría dispuesto a mediar en Cataluña?
España es un gran país y tiene todas las respuestas para salir de sus dificultades.
No necesita mediadores.
No se necesitan mediadores, se necesita visión de futuro.
Hablan también de que Sant'Egidio podría hacerse cargo de la Abadía del Valle de los Caídos. ¿Le parecería bien, si se resignifica?
No he escuchado nada de eso.
¿Ha quedado satisfecho con los resultados del Sínodo de la Amazonía?
He leído muchas cosas sobre el Sínodo. Pienso que ahora el Papa necesita hacer su discernimiento. Como todo en la Iglesia, la Amazonía es particular y universal al mismo tiempo. Pero nos ha señalado a todos una serie de temas importantes: la reflexión sobre el medioambiente, la ética o la conversión ecológica. Ahora le toca el turno a Pedro.
Hay quien dice que el Papa podría ir, en la exhortación, más allá de lo que ha ido el Sínodo.
Vamos a ver.
¿El Papel que se le ha asignado a la mujer no convence a mucha gente, dentro y fuera de la Iglesia.
Hay la impresión de que Iglesia no acoge a las mujeres, y no es así. Pero estoy convencido de que la conversión misionera pastoral nos abre una responsabilidad, enorme y verdadera, de futuro para todos, y también para las mujeres.
¿Incluso el acceso al altar?
Eso es otra cosa.