"Su sangre inocente grita al cielo e implora que se ponga fin a esta guerra" El Papa exhibe en la audiencia una bandera ensangrentada de Bucha y denuncia "las atrocidades" allí cometidas
"Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania en vez de aportar alivio atestiguan nuestras atrocidades, como la masacre de Bucha. Crueldad cada vez más horrendas, realizadas contra civiles, mujeres y niños inermes"
"Son víctimas cuya sangre inocente grita al cielo e implora que se ponga fin a esta guerra, que se hagan callar las armas, que se deje de sembrar muerte y destrucción"
"Estos niños han tenido que huir y llegar a una tierra en paz. Este es uno de los frutos de la guerra. No lo olvidemos y no olvidemos al pueblo ucraniano. Es duro tener que abandonar la propia tierra por una guerra"
"Estos niños han tenido que huir y llegar a una tierra en paz. Este es uno de los frutos de la guerra. No lo olvidemos y no olvidemos al pueblo ucraniano. Es duro tener que abandonar la propia tierra por una guerra"
El Papa Francisco cerró la audiencia multitudinaria de los miércoles con tres gestos made in Bergoglio, de esos que llegan al corazón y rompen el techo de cristal de los telediarios de los grandes medios: una bandera ensangrentada de la martirizada ciudad ucraniana de Bucha, un grupo de niños refugiados ucranianos a los que hizo subir a su lado al escenario de la sala de audiencias y el regalo de huevos de Pascua del Papa para las criaturas. Y su denuncia verbal contras "las atrocidades de Bucha y la crueldad cada vez más horrenda contra civiles, mujeres y niños inermes". Su "sangre inocente grita al cielo e implora que se ponga fin a esta guerra, que se hagan callar las armas, que se deje de sembrar muerte y destrucción"
Texto íntegro de las declaraciones del Papa
Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania en vez de aportar alivio atestiguan nuestras atrocidades, como la masacre de Bucha. Crueldad cada vez más horrendas, realizadas contra civiles, mujeres y niños inermes. Son víctimas cuya sangre inocente grita al cielo e implora que se ponga fin a esta guerra, que se hagan callar las armas, que se deje de sembrar muerte y destrucción.
Recemos juntos por esto.
Ayer, precisamente de Bucha me han traído esta bandera de aquella ciudad martirizada. Aquí están algunos niños ucranianos que nos acompañan, saludémosles y recemos con ellos.
Estos niños han tenido que huir y llegar a una tierra en paz. Este es uno de los frutos de la guerra. No lo olvidemos y no olvidemos al pueblo ucraniano. Es duro tener que abandonar la propia tierra por una guerra.
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