El fundador de Schoenstatt, acusado de abusos sexuales y de poder Sale a la luz una carta de Ratzinger que demuestra que el padre Kentenich nunca fue rehabilitado
"Ninguna de las decisiones anteriores del Santo Oficio relativas a la doctrina, la actividad y la persona del Padre Kentenich han sido anuladas", decía la misiva, tras haber apartado al sacerdote fundador de su movimiento y haberle exiliado en EE.UU.
A su vez una carta del cardenal Errázuriz denota que, tras el impacto de las acusaciones contra Kentenich, Ratzinger quiso rectificar el juicio de Doctrina de la Fe pero no lo hizo
El equipo de Schoenstatt ha publicado en su web una respuesta a las afirmaciones sobre el caso Kentenich, asegurando que la carta de Ratzinger "es auténtica pero no es la última"
La causa para beatificar a Kentenich va a ser especialmente examinada a la luz de los acontecimientos, habiéndose establecido una segunda Comisión Histórica para investigar las acusaciones
El equipo de Schoenstatt ha publicado en su web una respuesta a las afirmaciones sobre el caso Kentenich, asegurando que la carta de Ratzinger "es auténtica pero no es la última"
La causa para beatificar a Kentenich va a ser especialmente examinada a la luz de los acontecimientos, habiéndose establecido una segunda Comisión Histórica para investigar las acusaciones
El Padre José Kentenich, sospechoso de abusos, nunca fue oficialmente rehabilitado. Esto se deduce de una carta enviada por el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, al Rector General de los Padres Palotinos en 1982. "Ninguna de las decisiones anteriores del Santo Oficio relativas a la doctrina, la actividad y la persona del Padre Kentenich han sido anuladas", dice la misiva, publicada entonces en acta y sacada a la luz recientemente por la historiadora Alexandra von Teuffenbach.
Como ha publicado katholisch.de, ya en julio las investigaciones de Teuffenbach alertaron sobre la información que puede hallarse en los archivos sobre el fundador de Schoenstatt, quien en vida recibió acusaciones de abuso espiritual y de un caso de abuso sexual a una de las monjas de su movimiento y en la actualidad se encuentra en proceso de beatificación.
Tras más de una década de exilio impuesto por el Vaticano, en 1965 se creía que el antiguo Santo Oficio (después Congregación para la Doctrina de la Fe) habría aceptado su regreso a Alemania. Algo que queda en entredicho con el descubrimiento de la carta de Ratzinger, al que se añade el de otra del cardenal Errázuriz, entonces presidente del Consejo Internacional de la Familia de Schoenstatt.
La carta de Errázuriz explica su reunión con Ratzinger, y especifica que éste habrá manifestado su voluntad de desdecirse en su juicio negativo sobre Kentenich. "Me dijo: lo haré después de las vacaciones. Pero no lo hizo, porque se lo impidió el Arzobispo Secretario de la Congregación, diciéndole que la Congregación para la Doctrina de la Fe, nunca se contradecía", declara Errázuriz sobre el que tiempo después sería nombrado Papa.
Afrontando estas informaciones que perjudican la reputación de su fundador, la asociación de Schoenstatt ha publicado en su web una respuesta oficiosa a las afirmaciones sobre el caso Kentenich, asegurando que la carta de Ratzinger "es auténtica pero no es la última carta en el asunto".
La causa para beatificar a Kentenich, de la misma manera, va a ser especialmente examinada a la luz de los acontecimientos, habiéndose establecido una segunda Comisión Histórica para investigar las acusaciones.
Carta de la Sacra Congregación para la Doctrina de la Fe
Rev. P. General,
Después de nuestro encuentro personal del 26 de marzo del año en curso, en el que hablamos del caso del antiguo Pallottino P. Kentenich, así como de la relación de este caso con el anterior Santo Oficio y con la actual Congregación para la Doctrina de la Fe, nuestro dicasterio, siguiendo nuestras declaraciones en la carta del 25-5-1981, quiere exponer explícitamente los siguientes puntos para aclarar posibles incertidumbres históricas:
1. La Congregación no opina que las objeciones que el Visitador Apostólico hizo en ese momento a la doctrina y actividad del Padre Kentenich fueran un error desafortunado y estuvieran basadas en información errónea.
2. En la sesión del Santo Oficio del 29 de octubre de 1965, no se anuló ninguna de las decisiones anteriores del Santo Oficio relativas a la doctrina, la actividad y la persona del Padre Kentenich; simplemente no se insistió en que el Padre Kentenich, habiendo regresado a Roma desde los EE.UU. sin el permiso de la Congregación, sino sólo sobre la base de un telegrama erróneamente interpretado, regresara allí.
3. La Congregación dio su permiso cuando la Congregación de Religiosos dispensó al Padre Kentenich de sus promesas hechas en la sociedad de los palotinos y le dio permiso para ser incardinado en la diócesis de Münster, pero con la condición de que el Padre Kentenich no entrara en el instituto secular de los sacerdotes de Schönstatt y no asumiera la dirección de la obra de Schönstatt.
Con estas aclaraciones, que con gusto ponemos a su disposición, esperamos servir al juicio objetivo de la verdad histórica.
Con cordiales saludos sigo siendo tuyo en Cristo
Joseph Card. Ratzinger
Carta del cardenal Javier Errázuriz
“Queridos Padres,
Ha sido publicada la carta en la cual el Cardenal Joseph Ratzinger se refería a las decisiones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, contrarias al P. José Kentenich. La carta se las reenvío como documento adjunto.
Cuando fue conocida esa carta, dirigida al Superior General de los Padres Palotinos, viajé a Roma para tratar el tema con el Cardenal
Ratzinger. En ese entonces yo era presidente del Consejo Internacional de la Familia de Schoenstatt.
Le manifesté que le había hecho un gran daño a Schoenstatt con la carta que le había escrito al Superior General de los Padres Palotinos.
Él se extrañó, y me relató la razón por la cual había firmado esa carta. Me dijo que el General de los Palotinos se había quejado, porque los schoenstattianos decían que ellos habían tratado mal al P. Kentenich durante sus años en Milwaukee y que ese rumor había hecho disminuir las vocaciones que recibían los Padres Palotinos. Me dijo el Cardenal: seguramente Ud. también piensa que no fue así; asentí a ello.
De esto - y de otras cosas - había hablado el Padre General con la sección de la Congregación Romana. El Cardenal Ratzinger me manifestó había estado dispuesto a escribir una carta sobre esta materia, y le había pedido a la sección que le presentara el texto, y lo había firmado.
Yo le manifesté al Cardenal que su carta no trata este tema. Me respondió que como no había sabido el motivo de la audiencia, no tenía consigo una copia de la carta. Continuó: ¿La tiene Ud.? ¿Me la podría pasar?
Cuando la leyó, me dijo: En realidad no aparece clara mi intención. Tendré que modificarla. Le manifesté que no se trataba sólo de una modificación. Tendría que rectificarla totalmente. Me dijo: lo haré después de las vacaciones. Pero no lo hizo, porque se lo impidió el Arzobispo Secretario de la Congregación, diciéndole que la Congregación para la Doctrina de la Fe, nunca se contradecía.
En esa oportunidad me dió a leer una carta del Cardenal Alfredo Ottaviani, en la cual él se defendía de una acusación de inconsecuente que le había hecho uno de los oficiales de la Congregación, por tener ahora un juicio positivo sobre el P. Kentenich, después de haber actuado contra él. El Cardenal escribió: "errare humanum est, sed perseverare in errore diabolicum dicendum est".
Esto que les escribo, Uds. pueden darlo a conocer en la comunidad y en las demás ramas de la Familia.
Me despido con un cordial saludo, recordando que Dios hace redundar todas las cosas para el bien de quienes lo aman"
Publicación en la web de Schoenstatt
“El fundador de Schoenstatt jamás fue rehabilitado. Esta carta de Ratzinger lo prueba”, grita en grandes letras un nuevo artículo de Sandro Magister, escrito desde el material entregado a él por Alexandra von Teuffenbach. Esta carta del entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del año 1982, y dirigida al Rector General de los Pallottinos, es auténtica – pero no es la última carta en el asunto, cosa que no sabían u olvidaron a tomar en cuenta von Teuffenbach y Magister.
En la carta de 1982, firmada por el Cardenal Ratzinger, se dice (usamos la traducción encontrada en la nota de Magister):
- La Congregación no es de la opinión que las contestaciones que el visitador hizo entonces a la doctrina y a la actividad del padre Kentenich, han sido un desagradable error y se han basado en informaciones erróneas.
- En la sesión del Santo Oficio del 29 de octubre de 1965 no se anuló ninguna de las anteriores decisiones del Santo Oficio que se referían a la doctrina, la actividad y la persona del padre Kentenich; simplemente no se insistió para que el padre Kentenich, al haber regresado a Roma desde Estados Unidos sin el permiso de la Congregación, sino sólo sobre la base de un telegrama interpretado en forma errónea, tuviera que retornar.
- La Congregación dio su permiso cuando la Congregación de los Religiosos dispensó al padre Kentenich de sus promesas hechas en la Sociedad de Vida Apostólica de los palotinos y le dio el permiso de incardinarse en la diócesis de Münster, pero con la condición de que el padre Kentenich no ingresara al Instituto Secular de los sacerdotes de Schoenstatt y no asumiera la dirección de la obra de Schoenstatt.
Se sabe que, en 1983, a raíz de esa carta y de los revuelos causadas por ella, la Presidencia General de Schoenstatt escribió al cardenal Ratzinger pidiendo clarificación del asunto. Hay que tomar en cuenta que, en ese entonces, Schoenstatt se estaba preparando al centenario del nacimiento del P. Kentenich, cuyo proceso de beatificación ya se encontraba en su 10° año.
Lo que se sabe de la respuesta del cardenal Ratzinger es que, después de la misma, se calmaron las aguas. Sabemos, también, que nunca hubo un decreto formal de rehabilitación, y lo confirmó el P. Ángel Strada en sus recientes entrevistas.
El Nihil Obstat para el proceso, mencionado ampliamente por el cardenal Ratzinger en su respuesta a la Presidencia General (como también el desarrollo bendecido de la obra y el obrar de tantos miembros de Schoenstatt, no explicable por mero actuar humano), se entiende, según esta carta, aparentemente, como un tipo de “rehabilitación de facto”.
¿No es esto lo que más nos debe y puede inspirar en este momento?
“Buenos días, hermanos en la alianza, yo creo que más que discutir y escudriñar en tantas teorías de que si o que no, empeñémonos mejor en profundizar y renovar nuestra alianza con la Mater y el padre Kentenich y plasmarlo en acciones concretas que entreguen la teoría de Schoenstatt en todos los ámbitos de la vida”, leí hoy en un grupo de WhatsApp de schoenstattianos chilenos.
Tal vez no fue pura casualidad que, justo estos días, publicamos toda una serie de artículos sobre obras sociales de Schoenstatt como Dequeni, Casa Madre de Tupãrenda, Maria Ayuda, Shema, Reinvéntate CDE …
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