Adveniat goza de buena salud, dice su director, tras dos años a los mandos y miles de proyectos Martin Maier sj, director de Adveniat: "Nuestra brújula es la opción por los pobres, el cuidado de nuestra casa común en la Amazonia y de los pueblos indígenas"
"Ya pasaron dos años de mi nombramiento y creo que no solamente he podido tomar el pulso de Adveniat sino también de nuestros socios en América Latina y el Caribe"
"Adveniat goza de buena salud. Nuestra brújula es la opción por los pobres. Damos una atención especial también al cuidado de nuestra casa común en la Amazonía y de los pueblos indígenas"
"En el último año hemos podido apoyar unos 1.500 proyectos con más de 32 millones de euros. Pero también sufrimos las consecuencias de la pandemia del COVID, la guerra de Ucrania y nos afecta la crisis de confianza como consecuencia de los casos de violencia sexual en la iglesia"
"Sí espero cambios sustanciales y concretos en el sínodo. Francisco tiene que enfrentarse con las resistencias de grupos conservadores en la iglesia que no quieren que haya cambios"
"En el último año hemos podido apoyar unos 1.500 proyectos con más de 32 millones de euros. Pero también sufrimos las consecuencias de la pandemia del COVID, la guerra de Ucrania y nos afecta la crisis de confianza como consecuencia de los casos de violencia sexual en la iglesia"
"Sí espero cambios sustanciales y concretos en el sínodo. Francisco tiene que enfrentarse con las resistencias de grupos conservadores en la iglesia que no quieren que haya cambios"
El padre Martin Maier SJ fue nombrado director general de Adveniat, la organización de ayuda para América Latina de la Iglesia católica en Alemania, hace dos años. Es doctor en Teología con una tesis sobre la Teología de la Liberación de Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino. De hecho, fue compañero de Ignacio Ellacuría y demás mártires de la UCA. Y se salvó por los pelos.
Asegura, en estos dos últimos años, haberle tomado el pulso no solo a Adveniat, sino también a "sus partenarios en América Latina y el Caribe". "Juntos con nuestras contrapartes podemos construir biotopos de esperanza en medio de un mar de problemas".
Nos habla de Adveniat y sus proyectos, sus dificultades y sus objetivos. De la situación del clero alemán, de la feligresía alemana, tocada en su confianza. Y de su expectativa de que el sínodo traiga cambios sustanciales para la Iglesia, y no solo porque el Papa se haya empeñado, sino porque el Espíritu santo, en quien confía, también lo quiere.
-¿Estos meses han sido suficientes para que le haya tomado el pulso a Adveniat?
-Ya pasaron dos años y creo que no solamente he podido tomar el pulso de Adveniat sino también de nuestros socios en América Latina y el Caribe. En mis viajes de oficio he podido visitar proyectos de Adveniat en Colombia, Argentina, El Salvador, Paraguay, Guatemala, Honduras, Venezuela y Cuba. He visto que juntos con nuestras contrapartes podemos construir biotopos de esperanza en medio de un mar de problemas. Adveniat es puente de solidaridad y de apoyo entre la iglesia alemana y las iglesias de América Latina y el Caribe. Puentes que siempre funcionan en las dos direcciones y así también recibimos inspiración y testimonio de fe de nuestros hermanos al otro lado del atlántico.
-¿Goza de buena salud? O preguntado de otra forma: ¿La solidaridad de los católicos alemanes con la Iglesia latinoamericana se mantiene en el tiempo y en la cuantía?
-Adveniat goza de buena salud. En el último año hemos podido apoyar unos 1.500 proyectos con más de 32 millones de euros. Pero también sufrimos las consecuencias de la pandemia del COVID que ha reducido la colecta navideña, que constituye la parte más grande de los donativos de Adveniat. Y además, sentimos el impacto de la guerra de Ucrania que ha despertado en Alemania una gran solidaridad hacia las víctimas y los refugiados. Finalmente nos afecta la crisis de confianza como consecuencia de los casos de violencia sexual en la iglesia.
-¿Cuáles son sus objetivos principales al frente de Adveniat?
Mi objetivo principal es poner junto con nuestros socios en América Latina y el Caribe semillas del Reino de Dios. Nuestra brújula es la opción por los pobres. Damos una atención especial también al cuidado de nuestra casa común en la Amazonía y de los pueblos indígenas.
-¿Cuánto dinero invierten en los diversos proyectos que mantienen?
-En total hemos invertido en el último año 32,6 millones de euros. El promedio del monto de un proyecto es más o menos 21.800 euros.
-¿Las ayudas de Adveniat se supeditan a la prevención de violencia/abusos en los ámbitos eclesiales?
-Damos mucha importancia a la prevención de violencia en el marco de nuestros proyectos. Desde septiembre pedimos a nuestros socios un protocolo institucional de protección y el nombre de una persona a donde pueden acudir posibles víctimas. También financiamos el puesto de una colaboradora en Argentina que se ocupa de la concientización y de la formación en el área de prevención de violencia.
-Usted fue compañero de Ellacuría y demás mártires de la UCA. Y, de hecho, parece que se salvó por los pelos. ¿Qué sigue recordando de aquella masacre?
-En el momento de los asesinatos en El Salvador yo estuve en una casa a 15 minutos a pie de la UCA. Elba Ramos, que fue asesinada junto con su hija Celina, fue cocinera en nuestra casa y la recuerdo como una mujer alegre y valiente. A Ignacio Ellacuría lo recuerdo como fraterno en los encuentros personales y como desafiante y hasta provocador en sus clases y sus intervenciones públicas. Con Ignacio Martín Baró colaboré en la parroquia de Jayaque en el campo. Después del entierro en la UCA la gente que había venido de Jayaque me nombraron párroco como sucesor del padre Nacho.
-¿Qué siente al saber que sus compañeros van camino de los altares?
-Para mí por un lado los recuerdo como 'compañeros normales'. Por otro lado, los veo como verdaderos mártires, porque ellos sabían que los podrían matar por su compromiso por la fe y la justicia y no se fueron.
-¿Le gustaría volver a El Salvador?
-Considero El Salvador como la patria de mi corazón y siempre siento una gran alegría cuando puedo volver. En 2022 celebré Navidad en Jayaque y en 2024 vuelvo para la semana santa.
-¿Espera cambios concretos en el proceso sinodal que se está celebrando en Roma?
-Sí espero cambios sustanciales y concretos. La iglesia se encuentra en una gran crisis y necesita conversión y renovación.
¿Cómo y en qué va a cuajar el proceso sinodal alemán?
-El camino sinodal alemán fue una reacción a una investigación exhaustiva en 2019 que se ha hecho sobre abusos sexuales por clérigos en las últimas décadas. Fue evidente que había que analizar las causas. Así el camino sinodal determinó cuatro ejes principales:
- el tema del poder en la iglesia,
- la vida sacerdotal,
- el rol de las mujeres en la iglesia y
- la moral sexual.
Junto con un grupo de laicos los obispos han reflexionado y discernido sobre estos temas y también hicieron propuestas de cambio. Ahora el camino sinodal alemán confluye en el sínodo universal que puede aprovechar del camino que se ha hecho en Alemania.
-¿Le dejarán activar sus reformas al Papa Francisco?
-El Papa Francisco evidentemente quiere cambios y reformas en la iglesia y en parte ya los ha puesto en marcha. Una de sus preocupaciones es el clericalismo y con la reforma de la curia romana también laicos y mujeres pueden liderar los dicasterios. Pero Francisco tiene que enfrentarse con las resistencias de grupos conservadores en la iglesia que no quieren que haya cambios. Yo confío en el Espíritu santo, que no solamente quiere renovar la faz de la tierra sino también de la iglesia.
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