"La doctrina puede desarrollarse como resultado del acompañamiento" Cupich: Amoris Laetitia es "un cambio de paradigma revolucionario" en la Iglesia
(Cameron Doody).- La tesis de que Amoris laetitia representa "un "cambio de paradigma" en la Iglesia cobra cada vez más fuerza. El cardenal de Chicago, Blase Cupich, ha sido el último en apoyar esta lectura del escrito papal, calificando el documento como "un importante cambio en nuestro enfoque ministerial que es nada menos que revolucionario".
Según informaAmerica, el cardenal Cupich intervino este viernes en un foro de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, ocasión que aprovechó para recordar que en la Alegría del amor el Papa anima a los líderes de la Iglesia a escuchar a la experiencia vivida de las familias, lo que "representa un enorme cambio de enfoque" que simplemente repetir la misma doctrina de siempre: "un cambio de paradigma basado holísticamente en las Escrituras, la tradición y la experiencia humana".
Aunque el purpurado no se refirió directamente a la cuestión de si los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil pueden volver a la disciplina de los sacramentos, sí apuntó que "la doctrina puede desarrollarse como resultado del acompañamiento misericordioso de la Iglesia de las familias, porque Dios ha elegido a la familia como un lugar privilegiado para revelar todo lo que el Dios de la misericordia está haciendo en nuestra época". Basándose en lo afirmado por el Papa en Amoris laetitia, el cardenal norteamericano añadió que los desarrollos de la doctrina católica suponen el "mantenerse abierto a la invitación de ver nuestras enseñanzas sobre el matrimonio y la familia a través de la lente de la misericordia omnipotente de Dios".
El arzobispo de Chicago se mostró contundente, además, con los ultraconservadores que afirman que el Papa ha socavado el Magisterio de la Iglesia con su apertura a que los fieles divorciados puedan volver a comulgar. Los críticos con Francisco, explicó, "malinterpretan y malentienden Amoris simplemente porque no pueden o no quieren tomar en cuenta la realidad actual [de la familia] en toda su complejidad", y también porque "limitan su mirada a una noción idealista sobre el matrimonio y la familia".
"Como resultado", continuó Cupich, los censores de la exhortación apostólica "reducen sus opciones a la hora de responder a las realidades vividas de las vidas de las personas, ya que su conocimiento [sobre estas situaciones] está fragmentada e incompleta". Y eso cuando en tratar de acompañar a la gente de forma más estrecha el Papa no está inventándose ninguna idea nueva, sino "recuperando una manera de pensar sobre la doctrina y praxis de la Iglesia que tiene raíces en nuestra tradición".