Obispo emérito de Puerto Ayacucho y presidente de la Repam en Venezuela José Ángel Divasson: "Hasta que no se vaya Maduro y su camarilla, no habrá solución para Venezuela"

El salesiano navarro José Ángel Divasson dejó su España natal hace más de sesenta años para instalarse en Venezuela, donde durante casi veinte años fue obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, que comprende el estado de Amazonas, con 177.617 kilómetros cuadrados. Emérito desde hace tres años, ha querido quedarse en su amada Venezuela y es Presidente de la Red Eclesial Pan Amazónica en Venezuela y miembro del Consejo Presinodal del Sínodo para la Amazonía. Asegura, al igual que el episcopado del país, que "sólo habrá solucion para Venezuela, si se va Maduro y su camarilla", porque "la situación es crítica" y la "gente sufre cada vez más".

Monseñor Divasson es obispo emérito de Puerto Ayacucho (Venezuela), pero nacido en España. ¿Dónde?

Artajona, Navarra. Y de niño en viví en Madrid. Soy salesiano. Fui a Venezuela, como misionero, cuando tenía 16 años.

¿Con 16 años solamente?

Sí. A enseñar en el seminario ya, allá.

O sea, que todavía era novicio

Hice el noviciado y enseguida de acabarlo fui a Venezuela.

¿A Caracas?

Fui a Caracas. El noviciado lo hice aquí, en Guadalajara. Fui a Caracas e hice la Filosofía, los estudios. Terminé la Teología en Italia, en Turín. Volví a Venezuela y mi vida ha sido, toda, allá.

¿En qué sitio de Venezuela estuvo primero de misionero?

Ingresé en la MECAL y trabajé sobre todo en pastoral juvenil, un poco en todo Venezuela. Mis primeros años, largos, como 25, fueron así.

Dentro de la pastoral juvenil salesiana

Eso es. Y diocesana, también. Éramos un equipo de diferentes sitios que trabajamos dentro. Luego fui provincial 6 años, y después obispo de Puerto Ayacucho, lo que se traduce como 20 años en el Amazonas.

¿Cuándo presentó su renuncia?

Presenté la renuncia hace cinco años y llevo tres y medio, ya emérito. Y me encargaron allí, los obispos, si podría trabajar en el tema de la creación de la Red Eclesial Panamazónica.

La REPAM

Así es. Y yo soy el encargado de la REPAM en Venezuela.

Conocerá a Luis Miguel Modino, nuestro corresponsal en Brasil

Claro. Con Luis Miguel Modino nos hemos encontrado con bastante frecuencia. Nos hemos encontrado, sobre todo, en Manaos. Dos o tres veces. Y luego en otra reunión, que él vino, en Ecuador.

Respecto a Venezuela, ¿sigue la situación tan crítica como dicen los obispos?

Sí. La situación es cada día más crítica porque los problemas sociales aumentan. La gente sufre más y no hay solución.

En la política, los que están en el gobierno, no tienen planteado el que eso cambie. Pero hay movimiento. Es difícil, porque el poder está completo de un lado, a excepción de la asamblea que, legalmente, es otra. Pero que es la alternativa política hoy día, aunque, de hecho, se impone totalmente el Gobierno con toda la fuerza que tiene. Las cosas, sin embargo, se mueven. Y esperamos que con buen sentido.

¿Cree que Guaidó tiene posibilidades de hacerse con el poder?

Esperamos que sí. Lo importante es que eso entre en los rieles de la Constitución. Según la Constitución, el presidente de la Asamblea Legislativa tiene que ser el presidente interino hasta que haya elecciones libres, en condiciones verdaderamente viables.

El cardenal Porras suele decir que la única solución para Venezuela es que vaya Maduro y que haya elecciones

Hasta que él no se vaya no va a haber posibilidad. Él, el régimen, porque no es una persona, es una camarilla. Es una visión donde tienen muchísimo que ver los cubanos. O sea, que, si eso sigue así no hay posibilidades de cambio; de eso estamos convencidos todos. Eso es lo que vemos la Conferencia, con toda claridad.

Respecto al Sínodo, ya que está usted en la REPAM, ¿cuál sería su sueño?

Una conversión pastoral, que nace de la escucha y de la conciencia de que vivimos en una sociedad que ya no es cristiana, que nos lleve a ofrecer el cristianismo como una propuesta de sentido. La gran tarea de la Iglesia que vive y expresa su fe en la Amazonía es reconocer, contemplar, profundizar, y en algunos casos descubrir casi por completo, cuál es la vivencia religiosa de estos pueblos. Tienen una religiosidad profunda, y el Evangelio viene a ofrecer una nueva luz, a alimentar y celebrar. El Evangelio es ‘propuesta’ que ayuda a que se mantenga y fortalezca lo mejor de estas culturas, ilumine y anime los cambios que el pueblo necesita.