El cardenal Brenes mantiene una relación "microscópica" con el régimen de Daniel Ortega Nicaragua: Los obispos piden al Vaticano que “reduzca al mínimo” sus declaraciones sobre Ortega
Según La Croix, “el Vaticano, que tenía previsto enviar a Nicaragua a miembros de la Comisión Latinoamericana, así como a su presidente, el cardenal canadiense Marc Ouellet, ha suspendido este proyecto"
"Una palabra descuidada, una palabra mal interpretada puede tener consecuencias dramáticas dentro del país”, según las fuentes vaticanas consultadas por el diario francés
| José Lorenzo Agencias
La deriva anticatólica del gobierno de Daniel Ortega va en aumento, con un obispo detenido y ocho sacerdotes encarcelados, además de haber expulsado al nuncio y a numerosos sacerdotes y religiosos. La última diatriba del líder sandinista contra la Iglesia a finales de septiembre, cuando la calificó de “dictadura perfecta”, habla de la tensión que se vive, con unas relaciones prácticamente inexistentes, y que habría llevado a que el Vaticano hubiese suspendido el envío de una comisión a Managua.
Según informa el diario La Croix, “el Vaticano, que tenía previsto enviar a Nicaragua a miembros de la Comisión Latinoamericana, así como a su presidente, el cardenal canadiense Marc Ouellet, ha suspendido este proyecto. La humillación de que se les niegue la entrada al aeropuerto de Managua no es una opción, según una valoración prudente en Roma”.
Basándose en fuentes vaticanas, el diario asegura que Francisco sigue la situación "personalmente, muy de cerca", pero prefiere guardar silencio. "Una palabra descuidada, una palabra mal interpretada puede tener consecuencias dramáticas dentro del país”, le cuentan las fuentes vaticanas, que también aseguran que “los obispos del país han pedido a Roma que reduzca al mínimo las declaraciones públicas” ante el temor a que Ortega aumente la represión.
De hecho, la relación que el cardenal Leopoldo Brenes mantiene con el régimen sandinista sería “microscópica”, según el Vaticano. En esta prudencia se enmarca el silencio, tantas veces criticado, del Papa sobre los atropellos y violaciones de derechos del gobierno sandinista a miembros de la Iglesia católica, tan solo levantado por Francisco en el vuelo de regreso de Kazajistán el 15 de septiembre, cuando, a preguntas de los periodistas, señaló que "estas cosas son difíciles de entender". Apenas dos semanas después, Ortega lanzó las acusaciones más duras contra la Iglesia, a la que calificó también de "tiranía perfecta".
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