Los prelados se posicionan ante iniciativa de Matrimonio Igualitario Obispos del Estado de México: "No es cuestión de discriminación, sino de distinción"
"Es nuestro deber y derecho y no existe en el ejercerlo ninguna descriminación, sino sólo una clara distinción entre el matrimonio natural varón-mujer y las uniones entre personas del mismo sexo. Entre ambas realidades no existen analogías ni siquiera remotas: ¡son realidades distintas que reclaman planteamientos legales distintos!"
"Nadie que crea en Dios debe permanecer indiferente a esta pretensión: ¡todos debemos manifestarnos en contra! No debemos callar, no más silencio de parte nuestra. Existen razones de orden racional, biológico, antropológico, social y jurídico que justifican completamente este rechazo"
| Jimena Guadalupe Hernández López, corresponsal en México
Los Obispos, obispos eméritos y auxiliares del Estado de México, han lanzado un mensaje sobre el Matrimonio Natural a raíz de las recientes intenciones que han manifestado los legisladores del Partido Revolucionario Institucional para legalizar el matrimonio igualitario en la entidad, una propuesta que ha sido impulsada desde su ideario político desde hace décadas.
A través de la Conferencia del Episcopado Mexicano, es que los 14 Obispos del Estado de México, dieron a conocer este lunes 11 de octubre, un pronunciamiento ante la propuesta de reforma del Código Civil para redefinir el matrimonio natural entre el varón y mujer, y que han dirigido al pueblo católico, a quienes profesan por otras creencias religiosa y todas aquellas personas de buena voluntad para invitarlos a unirse en una estrategia común para defender la verdad originaria del matrimonio.
Un llamado urgente
El mensaje hace una extrañamiento sobre las diversas iniciativas contra la sacralidad de la vida, el matrimonio entre hombre y mujer y la familia que en el resto del país, durante las últimas semanas se han presentado, ante lo cual afirman contundentemente a no endurecer el corazón ante el proyecto divino sobre el ser humano y el matrimonio. Para ello convocan a "que juntos levantemos nuestra voz, nos organicemos y defendamos en todos los foros la verdad sobre la dignidad del ser humano, la sacralidad de la vida y el matrimonio entre un varón y mujer de donde nace la familia, célula fundamental de la sociedad".
"Esto es una acción en contra del estatuto antropológico natural, fruto de una ideología que niega la realidad de dicho estatuto. Lo natural expresa y confirma la voluntad del Creador desde el principio. ¡Este principio es esencial y no negociable! . Hacemos un llamado a todos a defenderlo en todas las formas, espacios y momentos adecuados, respetuosos del orden legal, sin agredir a nadie, pero siempre firmes y exigentes en la verdad. Es nuestro deber y derecho y no existe en el ejercerlo ninguna descriminación, sino sólo una clara distinción entre el matrimonio natural varón-mujer y las uniones entre personas del mismo sexo.Entre ambas realidades no existen analogías ni siquiera remotas: ¡son realidades distintas que reclaman planteamientos legales distintos! "
Derecho humano a la libertad religiosa
"Partiendo de la fe- expresan los obispos en su pronunciamiento- tenemos derecho a enseñar, expresar y defender la verdad originaria de la realidad natural del matrimonio creado por Dios, exigiendo que se respete en lo jurídico y no se pretenda redefinir lo que Dios ha establecido".
Este llamamiento es planteado desde el ejercicio de unos de los principales derechos humanos que tienen cualquier persona, como el de la libertad religiosa y de conciencia. Éste consiste en la libertad que toda persona posee para decidir sobre sus convicciones de conciencia en materia del significado último de la vida sin coacción alguna y pudiendo vivir de acuerdo a ellas en lo público y en lo privado, de manera individual o asociada, con el único límite del respeto al derecho de terceros y al orden público.
Bajo éste principio, los obispos piden a los legisladores que promueven ésta iniciativa, ser respetados en su posicionamiento y a tomar consciencia de que su propuesta es insostenible y atenta contra el bien social. "No es cuestión de discriminación sino de distinción". Por otra parte, sostienen que quienes difieren de esta verdad y prefieren otra opción, son una minoría frente a una mayoría y la legislación debe proteger en primer lugar al interés de la mayoría, sin que eso signifique una discriminación, ataque o menosprecio a nadie, pues la ley protege a todos.
Para los legisladores quienes comparten la fe, el llamado es a proteger y garantizar el matrimonio entre hombre y mujer, recordándoles el deber moral de expresar su desacuerdo, clara y públicamente, así como sus principios de fe y moral deben estar s por encima de consignas de ideologías.
Sin discriminación a las minorías
En la parte final del mensaje, los obispos dejan en claro como no puede considerarse justo que las minorías no respeten la verdad en la que la mayoría cree y pretendan modificar legalmente en favor de sus creencias, siendo esto hasta arbitrario. Solicitan el fortalecimiento de la democracia legislativa, sobre su representatividad de las mayoría, y en el caso de las minorías, buscar sus garantías jurídicas, si es que en algo les faltaran.
"Y esto no es desamparar jurídicamente a esas personas pues evidentemente existen otras figuras en el derecho común para recurrir a ellas en situación. Es un hecho que no tienen ni necesidad ni “derecho” a reclamar esta equiparación en lo jurídico. Por tanto, exigimos que respeten la realidad del matrimonio entre varón y mujer, al cual eligen privadamente renunciar. Insistimos: no está en nuestro ánimo discriminar sino distinguir elementalmente lo uno del lo otro, en orden al bien social y esto no es promover una injusticia."
No debemos callar, no más silencio por nuestra parte
Los obispos concluyen con una contundente y urgente invitación a todos aquellos que en la fe, y que comparten la visión fundamentaba del Matrimonio como la unión entre hombre y mujer, a unirse para apoyar la defensa de la verdadera dignidad humana, y del matrimonio natural, así como a oponerse ante las autoridades civiles, de manera clara, incisiva y contundente a dicha iniciativa, incluso usando el derecho a la objeción de conciencia.
"Nadie que crea en Dios debe permanecer indiferente a esta pretensión: ¡todos debemos manifestarnos en contra! No debemos callar, no más silencio de parte nuestra. Existen razones de orden racional, biológico, antropológico, social y jurídico que justifican completamente este rechazo."
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