"Lo más importante es cómo nos ayudamos unos a otros" El inspirador mensaje de un sacerdote español en Nicaragua "el día después" de Eta
Nacido en Albacete hace 57 años, y actual vicario de la Mosquitia Parroquia San Pedro de Bilwi, en el Caribe norte de Nicaragua, Francisco Javier Plá relató lo ocurrido el pasado día 3, y llamó a los fieles a no desanimarse por los efectos
"Los daños materiales son muy grandes, especialmente en las comunidades de litoral sur. Allí han desaparecido la mayoría de las casas", relató por WhatsApp
"Llega ahora el tiempo de la reconstrucción y de la solidaridad. Igual que esos palos de coco (palmeras) que mirábamos inclinarse hasta casi tocar el suelo y luego se levantaban, igual nos levantaremos y seguiremos dando fruto"
"Llega ahora el tiempo de la reconstrucción y de la solidaridad. Igual que esos palos de coco (palmeras) que mirábamos inclinarse hasta casi tocar el suelo y luego se levantaban, igual nos levantaremos y seguiremos dando fruto"
| RD/Efe
Un día después de que el huracán Eta golpeó la costa Caribe de Nicaragua con vientos de 240 kilómetros por hora, los fieles católicos no solamente tenían dañadas sus casas, sino también los ánimos. Al notarlo, el párroco español Francisco Javier Plá tomó su teléfono móvil y escribió un mensaje que, según la feligresía, resultó inspirador para la comunidad católica de la zona afectada.
En su mensaje, Plá, nacido en Albacete hace 57 años, y actual vicario de la Mosquitia Parroquia San Pedro de Bilwi, en el Caribe norte de Nicaragua, relató lo ocurrido el pasado día 3, y llamó a los fieles a no desanimarse por los efectos de Eta, que golpeó la zona con categoría 4 escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5.
"Llegó el día de después y empezábamos a ver los efectos. Agradecidos a Dios que prácticamente no hay muertos ni golpeados. Nos cuidó el Señor. Aún no tenemos noticias de si alguien perdió la vida", dijo Plá, en un mensaje de WhatsApp enviado a sus cercanos, y que accedió a que fuera reenviado a Efe.
Este domingo todavía no se conocían los daños, pero un informe preliminar de la ONG Centro Humboldt indicó que en Bilwi unas 5.000 personas resultaron afectadas, y dos murieron en un municipio vecino.
"Los daños materiales son muy grandes, especialmente en las comunidades de litoral sur. Allí han desaparecido la mayoría de las casas. En Bilwi vamos conociendo los efectos y yo, por lo que voy conociendo: hay un 30 % con afectación total o severa. Otro 30 % con graves desperfectos y un 40% con mínimos. El tiempo nos hará ver la realidad", según narró Plá. El Centro Humboldt contó unas 800 casas con distintos niveles de daño en Bilwi.
El religioso afirmó que el templo católico "quedó severamente afectado", así como la casa de las Hermanas Lumen Christi, y en menor medida Camelitas, antes de brindar sus palabras de ánimo. "Llega ahora el tiempo de la reconstrucción y de la solidaridad. Lo más importante es cómo nos ayudamos unos a otros. Vendrá también la responsabilidad del Estado y de la cooperación internacional (…). Igual que esos palos de coco (palmeras) que mirábamos inclinarse hasta casi tocar el suelo y luego se levantaban, igual nos levantaremos y seguiremos dando fruto", destacó.
La misma mañana del miércoles, relató Plá, los fieles empezaron a “hacer ayudas de alimentación en los albergues y con algunas comunidades más afectadas”, también gestionaron la entrega de techo para las familias más pobres, y anunciaron una campaña para reconstruir la parroquia.
"Gracias sean dadas a Dios y a la Virgen, que nos han acompañado y no nos dejarán (fuera) de su mano (…). Echemos fuera el miedo y la tristeza que tenemos. Sintamos el brazo poderoso de nuestro Dios y unámonos para ayudarnos a levantar", concluyó. Un gran conocedor de la idiosincrasia centroamericana, producto de una estadía de más de nueve años en Guatemala a partir de 2003, y los últimos cuatro en Nicaragua, Plá es uno de los líderes espirituales más importantes de la diócesis de Siuna, zona donde impactó Eta.
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