Vicente Blasco Ibáñez daba cuenta de ella La Semana Santa Marinera, una semana de novela y cine
Las tres parroquias de los poblados marítimos rivalizan en procesiones todas las tardes y noches, desde hoy, Viernes de Dolo, hasta el Domingo de Resurrección.
La espectacularidad y el barroquismo mediterráneo, características de la Semana Santa callejera en la ciudad de Valencia.
Vicente Blasco Ibáñez describió muy cinematográficamente nuestra Semana Santa, que en Valencia es marinera, en su novela “Flor de Mayo”. La vió y escribió en su chalet de la Malvarrosa como la invasión de un ejército sobre los pueblos del Cabanyal, Canyamelar y el Grau, con sus uniformes y tambores de guerra, sus romanos pertrechados de lanzas y escudos dispuestos al amanecer para la batalla, como los guerreros de las Termópilas, para escoltar en sus desfiles procesionales a los protagonistas de la gran película de la Mort i Passió en su tradicional memorial que enlaza con el inicio de la primavera. Curiosa la fórmula lingüística, tan teológica, que utilizamos en esta parte del Mediterráneo, Mort i Passió, colocando la muerte en primer lugar del lead de la noticia, y la Passió lo primero en la cronología, después, señalando la gravedad del hecho, la muerte, la dramática muerte de Jesús.
El viernes anterior al Domingo de Ramos, Viernes de Dolor, la Semana Santa Marinera abre en orden de parada religiosa-militar con los cortejos de la Virgen Dolorosa. Sale a la calle “la ·Señora del Grau”, flanqueada por sus Granaderos, un marco de pompa y circunstancias, de solemnidad y emotividad, que irá “in crescendo” hasta el desfile de Resurrección, última etapa del Vía Cucis callejero, tumultuoso, vibrante, de las hermandades, cofradías y corporaciones que tejen primorosamente todos los años los días sacros de esta semana, cual si estuvieran poniendo a punto las redes, acariciados por la cercana brisa del mar. La mar y sus gentes que son la enorme singularidad de la Semana Santa de Valencia, barroca y mediterránea, marinera pues la ciudad mastodóntica urbe no tiene Semana Santa que la caracterice y distinga como le ocurre a Sevilla o a Málaga.
Abdicó de ella, con lo festera que es, y tomaron las riendas y responsabilidad los pescadores, los marineros, aquellos que expulsamos del centro y enviamos a las marismas de la playa. Ellos se fueron, pero se llevaron al Cristo del Salvador consigo y los del Grau recibieron por mar otro Cristo. La Semana Santa Marinera se extiende por el territorio que cuelga de ambos Cristos, de punta a punta. Los dos Cristos, alfa y omega, la sostienen por los dos extremos, ayudados por los pescadores, las gentes de la mar. Qué curioso, Valencia no tiene Semana Santa y en favor de ella acuden, y le salva las vergüenzas, quienes viven iluminados por el mar, un mar amplio, libre, grande, extenso, abierto al muro, Un mar que vivifica la Semana Santa valenciana y le da color, brío, vitalidad. Pescadores y marineros, estibadores y portuarios son quienes la han impulsado y animado siempre. Simbólico, bíblico, evangélico, pues pescadores fueron los que liaron todo lo del cristianismo a las órdenes de Jesús.
Quien quiera saber cómo era antes la Semana Santa Marinera puede acudir a las fuentes, una de ellas Vicente Blasco Ibáñez quien la testimonia, aunque con el tinte de su ferviente y militante anticlericalismo, de poco amigo de las cosas de la Iglesia en algunas pinceladas de su novela, retrato antropológico de sus paisanos de entonces metidos a figurantes bíblicos. Notario de la realidad, no podía sustraerse a ella. Le salió la pasta base de un guión de película, que si Fellini, Berlusconi, Zefirelli o Pasolini lo hubieran leído o conocido, seguro que hubieran hecho una película al uso. En una interesante novela, “La otra orilla de la droga”, Premio Nadal 1985, del valenciano José Luís de Tomás, aparece también la Semana Santa Marinera, la cual serviría para hacer una película.
El concepto de la Semana Santa Marinera si lo entendió la histórica concejala del Marítimo en el Ayuntamiento de Valencia, Pepita Ahumada, toda una institución, cuando se marchó a Madrid y logró de una productora que acaba de rodar una superpoducción bíblica le dejara elementos de la película y hasta cuadrigas romanas para integrarlas en los desfiles procesionales. No hacía falta más, pues los actores y actrices están ahí de todos los años
A partir de hoy, en todas las calles del Marítimo se multiplican los actos religiosos, procesiones y desfiles especialmente. Aunque uno no tenga a mano el programa de actos, por las tardes y noches, si el tiempo no lo impide, Deo volente, encontrará actos semanasanteros, aunque es aconsejable conocer el apretado y abundante programa oficial para elegir qué, dónde y hora. O consultar el digital Eos Semana Santa Marinera de Paco Celdrán, un romántico frekee perpetuo de la Semana Santa Marinera, a la que no olvida ni en pleno ferragosto.
Hoy, por ejemplo, tiene su importancia y protagonismo la Virgen Dolorosa en Santa María del Mar y en Nuestra Señora de los Ángeles, con la escolta y desfile de sus marciales Granaderos.No se lo pierdan.
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