Imaginación al poder ¡Ayudar y comprometerse!
Vivimos tiempos complicados y superar una situación de crisis será posible si, de verdad, nuestro objetivo es ayudar y consecuentemente ser personas comprometidas
Si nos fijamos la meta de ayudar esto significará que las relaciones entre nosotros tendrán que cambiar. Para ayudar hay que ser creativo. La ayuda siempre nos invita a repensar lo que estamos haciendo
La ayuda conlleva el compromiso. Éste hace posible que cada persona pueda planificar una vida personal y profesional atendiendo a principios y valores que establezcan normas de convivencia
Ayudar y comprometerse se hace desde la creatividad y la imaginación. Para ello, propongo tener como referencia los principios del Bien Común
La ayuda conlleva el compromiso. Éste hace posible que cada persona pueda planificar una vida personal y profesional atendiendo a principios y valores que establezcan normas de convivencia
Ayudar y comprometerse se hace desde la creatividad y la imaginación. Para ello, propongo tener como referencia los principios del Bien Común
Desarrollar proyectos que tengan una dimensión social debería ser un objetivo prioritario entre quienes desean generar un espacio económico que sea inclusivo y no exclusivo. En mi artículo de la semana pasada les proponía, a través de este medio de comunicación, una reflexión al respecto.
Vivimos tiempos complicados. Si miramos a los países hermanos de América Latina, desde el cono sur hasta la frontera con Estados Unidos nos encontramos ante una serie de conflictos que, lejos de alejarnos de la incertidumbre, hacen que ésta haya vuelto a estar presente. Esa constatación debería entristecernos; pero, sobre todo, cuestionarnos. Algo está pasando.
Pero lo que vivimos en Europa tampoco es muy esperanzador. Si nos trasladamos a África la realidad es que se cierne sobre este continente una terrible tragedia, pobreza y movilidad migratoria. Una buena parte de Asia no está mejor ¿Qué decir de Estados Unidos? Muy pocos países parecieran que se hallan a salvo de una conflictividad que en el resto del mundo tiene tintes endémicos. No quiero trasladar pesimismo, tan solo me permito constatar una realidad. Se constata la existencia de una crisis. No miremos para otro lado. Estemos atentos.
Superar una situación de crisis será posible si, de verdad, nuestro objetivo es ayudar y consecuentemente ser personas comprometidas.
Si nos fijamos la meta de ayudar esto significará que las relaciones entre nosotros tendrán que cambiar. Ayudar significa superar el egoísmo, ya que éste conduce a construir una sociedad que basa su existencia en la anulación de los demás. Observen, por favor, qué está ocurriendo a nuestro alrededor. El egoísmo lleva a un camino en donde tan solo pueden sobrevivir quienes logran imponer sus criterios y su manera de pensar. Egoísmo y fundamentalismo se tienden la mano para hacer una cadena que genera dependencia anulando totalmente la libertad.
Por esta razón establecer en las relaciones humanas el verbo ayudar es la manera de construir una sociedad basada en el entendimiento, en la comprensión, en el respeto, en la confianza y, sobre todo, en ver en la otra persona a mi prójimo. Ayudando seremos capaces de transformar lo viejo y lo caduco en un proyecto nuevo y vivo. Un proyecto que entienda que hay que mirar al mundo respetando un principio: somos, ante todo, personas que buscan el entendimiento.
Para hacer que lo anterior fluya en la relaciones es necesario comprometerse. No se pueden cambiar determinadas formas de vida si no buscamos compromisos concretos que nos hagan más sensibles a las necesidades de los demás.
Lo que se lleva, es la confrontación y la anulación. Por esta razón se intenta destruir todo aquello que nos facilita la convivencia y el progreso. Se ignora el marco legal, y como incomoda, lo que se hace es desprestigiarlo. Esta manera de entender las relaciones siempre traerá conflicto.
Querer ayudar comporta tener un pensamiento creativo. La creatividad puede hacer posible que el conflicto se reduzca, porque ésta lo que potencia es la libertad y con la misma será factible un verdadero cambio de rumbo. Con libertad superaremos la dependencia que pretenden establecer quiénes quieren un mundo encorsetado en fundamentalismos.
Pretender un mundo solidario sin introducir cambios es imposible; pero querer cambiar el mundo con parámetros que buscan la anulación de la libertad es del todo un espacio para el conflicto.
Siguiendo a Martin Pinos Quílez podemos hacer de la creatividad el nexo de unión entre ayudar y comprometerse: "la creatividad, como actitud y capacidad que nos anima a alejarnos de lo conocido, seguro y evidente, es un proceso que nos permite generar y producir un objeto, una idea, una obra, un servicio valioso, algo novedoso y útil; y es, sin duda, uno de los grandes motores del progreso humano. Como actitud requiere curiosidad, inconformismo, motivación, iniciativa, pensamiento profundo, perseverancia y autoestima; y como capacidad solicita aptitudes muy variadas tales como la sensibilidad perceptiva, la intuición, la flexibilidad y fluidez mental, el autoconocimiento, la inventiva y la originalidad"
Para ayudar hay que ser creativo. La ayuda siempre nos invita a repensar lo que estamos haciendo, y nos propone mirar al futuro intentando organizar una sociedad que posibilite, desde el respeto, el fomento de la libertad.
La ayuda conlleva el compromiso. Éste hace posible que cada persona pueda planificar una vida personal y profesional atendiendo a principios y valores que establezcan normas de convivencia, en donde la dignificación de las personas sea el objetivo de una sociedad diferente a la que actualmente tenemos. Ayudar, comprometerse a través de la creatividad tienen un común denominador: La imaginación. Sin esta dimensión es imposible que la persona se ponga en camino para ayudar, y sin esta acción positiva, el compromiso no termina dándose, de ahí que la creatividad no exista. La imaginación hace posible que la búsqueda de la libertad sea una meta alcanzable en cada ser racional.
Martín Pinos nos relata con claridad la importancia que tiene en nuestra existencia la imaginación, me atrevo a decir que sin ésta no será posible cambiar los parámetros de nuestro mundo. Sin imaginación, lo que muchas veces ocurre en nuestra sociedad es que hacemos caso de manera exclusiva a las modas y a lo que intentan imponernos, sin percatarnos que el mundo es mucho más grande que lo que vemos a nuestro alrededor.
"La imaginación -dice Pinos- es ese motor de la creatividad que nos permite pensar sin depender de una estimulación sensorial externa, cuando trasciende el simple fantaseo y se enfoca en algo novedoso y útil, se aparta de la quimera para fecundar el pensamiento creativo. La imaginación, como la creatividad, debe ser alimentada con estímulos ricos y heterogéneos porque no creamos a partir de la nada, sino a partir de la combinación novedosa de ideas, elementos, formas, colores, herramientas, materiales, palabras, para conformar un todo hasta entonces desconocido, original, y que es algo más que la suma de las partes".
Ayudar y comprometerse se hace desde la creatividad y la imaginación. Si busco ayudar, comprometiéndome en la construcción de una sociedad más equilibrada y justa, propongo tener como referencia los principios del Bien Común. Les invito a seguir la reflexión que hago al respecto.