El Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, sobre una década con Francisco al frente de la Iglesia Cardenal Farrell: "Que nadie queda excluido es lo más grande que nos ha enseñado el Papa"
Entrevista para conmemorar el décimo año del Pontificado de Francisco con el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
El prelado analiza una década transformadora, marcada por las enseñanzas del Pontífice sobre cómo vivir el Evangelio
Deja claro que, para él, el Papa vio como su misión continuar el Concilio Vaticano II, el Concilio – dice – que llamó a los laicos a ser activos, no solo participantes, sino miembros, con todos los derechos debidos al bautismo
Sobre el peso de los laicos en la Iglesia señala que hay tres sacerdotes en un total de 35 en su dicasterio. "Resulta que yo soy Prefecto, y, no lo sé, pero puedo imaginar que puedo tener el honor de ser el último clérigo en ser Prefecto de este Dicasterio"
Deja claro que, para él, el Papa vio como su misión continuar el Concilio Vaticano II, el Concilio – dice – que llamó a los laicos a ser activos, no solo participantes, sino miembros, con todos los derechos debidos al bautismo
Sobre el peso de los laicos en la Iglesia señala que hay tres sacerdotes en un total de 35 en su dicasterio. "Resulta que yo soy Prefecto, y, no lo sé, pero puedo imaginar que puedo tener el honor de ser el último clérigo en ser Prefecto de este Dicasterio"
| Deborah Castellano Lubov
(Vatican News).- “Creo que nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, ha hecho enormes progresos en la Iglesia, y ha cambiado en muchos aspectos la mentalidad de muchos, tanto clérigos como no clérigos”. Con estas palabras, el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, comenta estos 10 años del Pontificado de Bergoglio, en entrevista con Vatican News.
Francisco y el Concilio Vaticano II
También sostiene que hoy en día los laicos se sienten mucho más cómodos dentro de las estructuras de la Iglesia que hace diez años, cuando el Papa Francisco asumió.
El Purpurado deja claro que, para él, el Papa vio como su misión continuar el Concilio Vaticano II, el Concilio – dice – que llamó a los laicos a ser activos, no solo participantes, sino miembros, con todos los derechos debidos al bautismo, que toda persona en la Iglesia tiene. “Eso no era tan conocido”, añade, puntualizando que muy pocas veces los teólogos hablaban de los derechos que tienen todas las personas que son bautizadas en el nombre de Jesucristo.
Farrell recuerda que Francisco ha nombrado a laicos en distintos cargos del Vaticano y los ha animado a implicarse. “Me llamó aquí a Roma – confía – para ayudar especialmente a los laicos, y para promover a los laicos dentro de la Iglesia, y para encontrar estructuras y formas en las que los laicos puedan ser miembros activos”. “Creo que lo ha conseguido. Comenzaremos un sínodo sobre la sinodalidad, reuniendo las ideas, no solo de un grupo de teólogos, sino de la gente”.
El liderazgo de los laicos
Consultado por la participación de los laicos en el Dicasterio que preside, el Prefecto apunta que “los ministros ordenados son los menos notables”. Señala que el secretario del Dicasterio es un laico, casado y con dos hijos.
“Luego, a cargo del matrimonio y la familia y la vida humana, tenemos a la Dra. Gabriella [Gambino] – dijo – que no solo es experta en bioética, sino madre, de cinco hijos. Tenemos a la Dra. Linda Ghisone, responsable de los laicos, que ha organizado todas estas conferencias. Es madre de dos estudiantes universitarios. Ellas dirigen este dicasterio”.
Hay tres sacerdotes en un total de 35 en el dicasterio. “Resulta que yo soy Prefecto, y, no lo sé, pero puedo imaginar que puedo tener el honor de ser el último clérigo en ser Prefecto de este Dicasterio”.
¿Cómo lleva el Papa su cercanía a la gente con sus luchas y dificultades?
Para Farrell, la singularidad de Francisco es “que está en contacto con la gente” y “quiere enseñarnos cómo poner en práctica lo que aprendemos de la doctrina de Juan Pablo II y del énfasis de Benedicto en la teología del encuentro con Jesucristo”.
“Lo que está haciendo el Papa Francisco es mostrarnos cómo ponerlo en práctica cada día. Así de cerca está de la gente. De hecho, puedo decirles, por experiencia personal, que nada trae más felicidad y alegría al Papa Francisco que estar en esa plaza y encontrarse con la gente o reunirse con la gente”.
“Nos está enseñando a vivir”, dice Farrell. “Está enseñando a la Iglesia de un modo especial a comprometerse con los laicos y con el mundo de hoy. No podemos vivir separados del mundo”.
La protección de la vida, el valor de los ancianos y de los abuelos
El Cardenal Farrell también se refirió a las repetidas ocasiones en que Francisco se ha referido a la defensa de toda vida y al mensaje más profundo sobre estos temas.
“Lo que el Papa Francisco me ha inculcado sobre todo el concepto de provida es que debe nacer en nuestros propios corazones”, manifiesta, aclarando que “no es algo que una ley pueda imponernos. No es algo que pueda imponernos o no alguna constitución de algún país”.
Según Farrell, “solo conseguiremos construir una cultura de la vida cuando cambiemos las mentes y los corazones de todas las personas”. “Es una cuestión de conciencia de cada individuo – explica – que comprende el carácter sagrado de la vida humana”.
“Esto se refiere no solo a la cuestión del aborto, sino a la cuestión de las guerras injustas, de los asesinatos, de la pena de muerte. Es decir, ¿dónde estamos si pensamos que Dios nos ha creado y Dios nos ha inculcado su propia imagen y semejanza? ¿Es eso lo que estamos matando? El Papa Francisco habla de una conversión del corazón y del espíritu. Y hasta que todos entendamos ese mensaje, no iremos a ninguna parte con la creación de una cultura de la vida, porque sólo se creará una cultura de la vida cambiando a una persona a la vez”.
La gran transformación de la Iglesia en los 10 años de Pontificado
“Creo que el mayor logro del Papa Francisco ha sido mostrarnos cómo vivir el Evangelio de Jesucristo. Para mí, eso es todo. Será recordado por eso, y por enseñarnos a todos que tenemos que salir a las periferias. Eso significa que tenemos que salir de nuestra propia zona de confort y comprometernos con la gente.
El Papa Francisco es la persona más indicada para enseñarnos cómo debe vivir el mundo. ¿Le escuchamos todos? No. Pero él ha abierto los brazos de la Iglesia para abrazar a todo el mundo, no sólo a los católicos, y no sólo a los buenos católicos que van a la iglesia. A todos los católicos. A todas las personas. Nadie queda excluido. Y para mí, eso es lo más grande que nos ha enseñado el Papa Francisco en estos diez años”.
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