"Un talante como el suyo jamás debería ser enterrado" Burriana recuerda al cardenal Tarancón por su obra literaria y reivindica la apertura de su museo

Jordi Bort, en Burriana
Jordi Bort, en Burriana

El cardenal Tarancón no es una personalidad que un día surgió de la nada, de una manera totalmente imprevista. Ciertamente que la época de la Transición le otorgó una relevancia importante, y la ocasión para dar a conocer, todavía más, su personalidad. Los grandes personajes no se improvisan

En sus memorias, libros y documentos se refleja el relato de los años de la Segunda República, el clima de posguerra, el gobierno de Franco, el Concilio Vaticano II, la Transición,  apertura a la democracia y las relaciones de la Iglesia con el Estado y la política

El pasado jueves 8 de junio, se impartió una conferencia sobre la obra escrita del cardenal Tarancón en su ciudad natal, en los salones del edificio social Caixa Rural Burriana. El ponente, Jordi Bort, hizo un exhaustivo repaso por la vida literaria y pública del prelado.

A lo largo de su dilatada vida y debido a la gran inmensidad de facetas que presenta el personaje, nos encontramos con el Tarancón escritor en la publicación de libros, el Tarancón periodista en Cartas Cristianas y Cartas a un Cristiano publicadas en el semanario Iglesia en Madrid y en la revista Vida Nueva, el Tarancón pastoral con su magisterio episcopal donde se percibe un cambio de evolución antes y después del Concilio, su trabajo como consiliario de Acción Católica y sacerdote de pueblo, obispo de Solsona, padre conciliar y arzobispo en Astúrias, miembro del Sínodo de los Obispos, miembro de la Real Academia Española o el Tarancón institucional como presidente de la Conferencia Episcopal Española y máximo jerarca de la Iglesia Católica española, siendo cardenal en Toledo y Madrid.

Jordi Bort, sobre Tarancón
Jordi Bort, sobre Tarancón

Ya en su etapa jubilar fue miembro del Consell Valencià de Cultura. Dejó escrita una inmensa producción literaria en libros, documentos, revistas, boletines, hojas diocesanas, cartas pastorales, discursos, conferencias o cartas dirigidas a destacadas personalidades.

El cardenal Tarancón no es una personalidad que un día surgió de la nada, de una manera totalmente imprevista. Ciertamente que la época de la Transición le otorgó una relevancia importante, y la ocasión para dar a conocer, todavía más, su personalidad. Los grandes personajes no se improvisan. Las circunstancias del tiempo y el lugar son su marco, porque su identidad se formó y creció con el paso de los años y se manifestó de diferentes maneras.

La palabra del cardenal, posiblemente habrá sido ignorada, pero no olvidada. Es de justicia mantener viva su memoria, ya que si en el momento de ser pronunciada fue profética, actualmente está muy viva y es muy elocuente. Si se conoce bien gran parte de su aportación al bien común y en favor de todos, fue gracias a la intensa labor que dejó escrita a las generaciones futuras para iluminar ese espacio de la historia que le tocó vivir. En sus memorias, libros y documentos se refleja el relato de los años de la Segunda República, el clima de posguerra, el gobierno de Franco, el Concilio Vaticano II, la Transición,  apertura a la democracia y las relaciones de la Iglesia con el Estado y la política.  Desde la parte íntima y personal, el cardenal relató con hechos y personajes la trama de su vida, explicando las razones de su conducta sin juzgar la de los otros. El destino puso a Tarancón en un lugar clave de la Iglesia española, y le tocó intervenir personalmente en problemas graves de orden eclesial y repercusiones sociopolíticas.  

Tarancon, el cardenal de la Rconcilición
Tarancon, el cardenal de la Rconcilición

Bort, culminó la conferencia reivindicando una vez más la apertura del Museo Cardenal Tarancón, que lleva ya una larga espera de 27 años esperando abrir sus puertas. Así culminaba su intervención: “Deseo fírmemente, que hoy, en pleno siglo XXI, la memoria del cardenal Tarancón continúe iluminando y abriendo caminos de esperanza en la sociedad. Abrir las puertas del museo seria una luz enmedio de la noche que nos guía, un faro que orienta y un estímulo para la esperanza. Abrir el Museo Cardenal Tarancón es estar a la altura de las circunstancias porque la sociedad lo necesita y el cardenal se lo merece. Un talante como el suyo jamás debería ser enterrado”.

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