Osoro les puso tres tareas: «vivir en la alegría porque hemos sido elegidos por Dios», «vivir en la comunión con Dios» y percibir así «la novedad tan absoluta que llega a mi existencia cuando dejo que toque mi corazón» y, por último, «salir a la misión»
A pesar de ser puente, numerosos jóvenes se reunieron el pasado viernes, 6 de diciembre, en la tradicional vigilia de oración con el arzobispo de principios de mes. Con la mirada puesta en la Inmaculada, cuya fiesta se celebra este mismo fin de semana, el cardenal Osoro les puso tres tareas: «vivir en la alegría porque hemos sido elegidos por Dios», «vivir en la comunión con Dios» y percibir así «la novedad tan absoluta que llega a mi existencia cuando dejo que toque mi corazón» y, por último, «salir a la misión».
En este sentido, el arzobispo explicó que en tiempos de «incertidumbres» y «oscuridades» el Señor pide «que mantengamos la alegría», como le pidió a la Virgen cuando el ángel le dijo: «Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo».
«Es la experiencia humana fundamental de nuestra vida. No tenemos que tener miedo. El Señor está a nuestro lado», aseveró, incidiendo en que, al percibir que «Dios nos ha elegido a cada uno de nosotros», uno siente la necesidad de compartirlo.