Entrevista al arzobispo de Santiago de Compostela Julián Barrio: "Santiago, para mí, es un apóstol, amigo del Señor, que nos trajo el mensaje cristiano hasta el Finisterre"
"El Año Santo es tiempo para rezar, amar, salir al encuentro de los demás con obras de misericordia, revitalizando la fraternidad que “permite reconocer, valorar y amar más allá de la cercanía física”"
"Hay que volver al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es el modo más fascinante de vivir la propia humanidad. Un cristiano es consciente de ser amado sin haber hecho nada para merecerlo"
"Pido al Apóstol una Iglesia atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil y una sociedad civil atenta a la propuesta de la Iglesia, y que los católicos manifestemos en nosotros la vida de Jesús"
"Pido al Apóstol una Iglesia atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil y una sociedad civil atenta a la propuesta de la Iglesia, y que los católicos manifestemos en nosotros la vida de Jesús"
"Santiago, para mí, es un apóstol, amigo del Señor, que presenció los grandes acontecimientos de la vida de Jesús, que nos trajo el mensaje cristiano llegando hasta el Finisterre siendo el primero de los apóstoles en beber su cáliz, en participar de su suerte". El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, se prepara para celebrar el día culmen de este extraño Año Xacobeo: el día de Santiago Apóstol.
"Compostela aporta acogida y espiritualidad", apunta Barrio, quien insiste en que "la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago durante el Año Santo ayudará a volver al hecho cristiano fundamental". Este domingo, el arzobispo de Compostela pedirá al Apóstol "una Iglesia atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil y una sociedad civil atenta a la propuesta de la Iglesia, y que los católicos manifestemos en nosotros la vida de Jesús".
¿Cómo está viviendo este Año Xacobeo marcado por el coronavirus y por la recuperación?
Con la inquietud de acompañar a los peregrinos, y peregrinos son los desean participar en las gracias Jubilares, y sentirme acompañado por ellos. El Año Santo no es una huida espiritualista sino un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica, espiritual, sanitaria y cultural en la que se han visto radicalmente sacudidas las certezas fundamentales que conforman la vida de los seres humanos. Hacer presente a Dios es un bien para la sociedad. El Año Santo es tiempo para rezar, amar, salir al encuentro de los demás con obras de misericordia, revitalizando la fraternidad que “permite reconocer, valorar y amar más allá de la cercanía física”, y comprometiéndose a que las personas pobres y las más vulnerables tengan siempre la preferencia.
¿Qué aporta Compostela y la peregrinación a la Tumba del Apóstol, al mundo de hoy?
Compostela, “ciudad de innumerables referencias para innumerables pueblos”, aporta acogida y hospitalidad. Por su parte la peregrinación ofrece la posibilidad de ver con los ojos de Dios encontrándose consigo mismo, con los demás y con Dios, sabiendo que “a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” (Rom. 8, 28) y recordando en estos tiempos de pandemia que “los cabellos de vuestra cabeza tenéis contados” (Mt 10,30) para que no enferme y se debilite nuestro espíritu. Esto ayudará a fortalecer la espiritualidad, viviendo el sentido penitencial y la conversión a Dios, característica propia de la peregrinación jacobea. La peregrinación a la tumba del apóstol Santiago durante el Año Santo ayudará a volver al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es un modo fascinante de vivir la propia existencia a la hora de dar sentido a la vida.
¿Cómo será la celebración del próximo 25 de julio?
Trataremos de celebrarla con la mayor solemnidad en las circunstancias en que nos encontramos, renovando en esta fiesta la conciencia de los orígenes históricos y fundamentos apostólicos de nuestra fe. Toda fiesta popular -y la de Santiago es una de ellas- nos hace recordar nuestra historia, y esto abre caminos nuevos de esperanza. En la actitud orante de la Iglesia, nos dirigiremos al apóstol Santiago pidiendo que interceda por nosotros y teniéndole como referencia a la hora de ir conformando nuestra vida cristiana en el ámbito individual y comunitario. Hay que volver al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es el modo más fascinante de vivir la propia humanidad. Un cristiano es consciente de ser amado sin haber hecho nada para merecerlo.
¿Quién es Santiago para Julián Barrio?
Un apóstol, amigo del Señor, que presenció los grandes acontecimientos de la vida de Jesús, que nos trajo el mensaje cristiano llegando hasta el Finisterre siendo el primero de los apóstoles en beber su cáliz, en participar de su suerte.
¿Qué le pediría hoy al Apóstol Santiago?
Lo que en su momento ya le pidió Dante: “Haz que desde aquí resuene la esperanza”, conformando una Iglesia atenta a cuanto se mueve en la sociedad civil y una sociedad civil atenta a la propuesta de la Iglesia, y que los católicos manifestemos en nosotros la vida de Jesús.
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