Recuerda las de los beguines mendicantes Suspendida la cuatro veces centenaria procesión de los Niños de la calle san Vicente
La fiesta se celebra en la calle san Vicente mártir y está dedicada a san Vicente Ferrer recordando las que se hacían pidiendo limosna para los niños huérfanos.
Todas las procesiones de grandes conmemoraciones se realizaban por la calle san Vicente mártir desde la catedral al monasterio de La Roqueta.
| Baltasar Bueno corresponsal en Valencia
Valencia es la ciudad de las fiestas y las solemnes procesiones, barrocas y alegres todas como corresponde al espíritu mediterráneo de sus habitantes. En junio cierra el ciclo festivo vicentino una procesión en la que sólo participan niños y niñas, Els Chiquets del Carrer de sant Vicent, con sede en la parroquial de san Agustín, un precioso templo gótico del centro de Valencia.
El primer lunes del mes de junio se celebra la fiesta de Els cagonets de la calle san Vicente, que recuerda los orígenes y lugar donde estaba establecida la primera sede del Colegio de los Niños Huérfanos que fundara San Vicente Ferrer, donde destaca la procesión a la que acuden cientos de niños. A partir de la Cofradía de Les Beguines san Vicente Ferrer constituyó en 1410 una sociedad que se preocuparía de los niños huérfanos y que daría paso a la Cofradía y Colegio de los Huérfanos de san Vicente, que aún existe y que tanto servicio ha prestado a la sociedad valenciana, especialmente a las familias más desvalidas. Los primeros niños asilados eran hijos de moriscos, que sin familia ni techo, vivían en la calle. La Fiesta de los Niños de la calle san Vicente data de 1625, cuando se constituyó la asociación.
Tiene la fiesta una larga historia que pronto cumplirá 400 años. En Valencia todo es así, 300, 400, 500, 600, años. Fui pregonero de la fiesta no hace mucho y centré el relato en la calle de san Vicente, larga, dedicada al joven diácono mártir Vicente, no al Ferrer, que pasa junto al templo de san Agustín, camino del Monasterio de la Roqueta, donde fue sepultado el protomártir del cristianismo en Valencia. Conté la historia de la calle, escenario de las grandes procesiones de Valencia en otras épocas, porque las más solemnes iban siempre de la Catedral a La Roqueta, extramuros.
Y esta calle sigue teniendo la singular procesión infantil que homenajea a Vicente Ferrer en la calle de Vicente mártir. Tiene la procesión una cofradía y muchísimos niños asociados que no fallan a sus fiestas en los primeros días de junio.
Este año no podrán celebrarlas por la pandemia y sus restricciones. La junta de gobierno de la Asociación Fiesta de los Niños de la Calle San Vicente, de Valencia, ha acordado la suspensión de las fiestas de este año, con motivo de la pandemia del COVID-19, por primera vez en sus cuatro siglos de existencia, después de haberse celebrado desde 1625 de forma ininterrumpida, “incluso cuando la guerra civil”.
El principal acto de la fiesta es su tradicional procesión que este año iba a seer el lunes 1 de junio recuerda cada año las antiguas procesiones que se hacían por Valencia para recoger donativos, los pequeños acogidos en el hospicio e los beguines, antecedente del Colegio Imperial de Niños Huérfanos, fundado por San Vicente Ferrer en 1410, cuando estaba ubicado en un hospicio frente a la Iglesia de San Agustín para atender a niños de la calle, huérfanos e hijos de moriscos.
Este año las fiestas serán virtuales, recuerdos visionados de otros años a través de las redes sociales, web de la Junta Central Vicentina, facebook “Camino de San Vicente” y de la Parroquia. Además, los asociados recibirán la tradicional tarta y peladillas que se distribuyen cada año en sus domicilios.
Precisamente, a alumnos necesitado del Colegio Imperial de Niños Huérfanos de san Vicente Ferrer, la Generalidad Valenciana le negó unos tablets para que pudieran seguir las clases desde casa en el confinamiento y hubo que acudir a una recogida de firmas por change org y a publicar la noticia, lo hicimos en Religión Digital, presión con la que se consiguió hacer recular a la Consellería de Educación que no tuvo más remedio que darles el material necesario para su vida académica. Tuvo que soportar el colegio la respuesta de la Conselleria de Igualdad de que se encomendaran a Dios a través de san Vicente Ferrer para que les llegaran las tablets, cuando se acudió a ella exponiéndole el problema.