"Jamás se puede volver a confiar en un abusador"
"Aunque te arrepientas, si has abusado debes ir a la cárcel", advierte el arzobispo anglicano de Canterbury
Justin Welby propone revisiones periódicas de obispos para evitar el clericalismo
La Biblia es "total y crudamente contundente sobre la diferencia entre el perdón y las consecuencias del pecado. Cuando se ha hecho algo mal, habrá consecuencias". Con esta exégesis el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, ha defendido su particular "tolerancia cero" con los abusos cometidos por clérigos, advirtiendo además de que si has abusado, "aunque te arrepientas, debes ir a la cárcel".
"Sabemos que la conducta abusiva tiende a repetirse. Si alguien ha sido un abusador, nunca jamás se puede volver a fiar de él. Nunca puedes volver a darle una oportunidad", dijo Welby en el último día de testimonios de una comisión de investigación independiente sobre abusos en la Iglesia de Inglaterra, según lo recogido por el Guardian.
"Tenemos que llegar a un punto en el que si se ve algo inapropiado, la gente dice que no está bien y voy a denunciarlo", continuó el arzobispo, explicando que el cambio cultural es, desde su perspectiva, el desafío más grande para la Iglesia en cuanto a la protección de menores. El prelado añadió que la Iglesia de Inglaterra -de la que es la máxima autoridad- está en el proceso de formar alrededor de 30.000 encargados de velar por la seguridad de los niños, y eso como parte de su convicción de que "es al nivel parroquial donde lo cambiaremos todo". Para dicha formación y seguridad, dijo Welby, la Iglesia de Inglaterra gasta alrededor de siete millones de libras anuales.
Aunque gran parte de la protección de menores en la Iglesia se confía así a los laicos, al nivel parroquial, Welby afirmó que es de vital importancia que los obispos también reciban formación en estas cuestiones, ya que confiar en el buen juicio de un obispo simplemente por el cargo que ostenta -la famosa actitud del "clericalismo"- no es nada menos que una "locura".
Es más, para combatir el clericalismo, Welby reveló que la Iglesia de Inglaterra ya lleva a cabo evaluaciones de cómo los obispos desempeñan sus tareas. Una revisión de la que ni él mismo -aún siendo la máxima autoridad de la comunidad anglicana mundial- se ha escapado, ya que actualmente se encuentra inmerso en un proceso en el que 43 miembros del episcopado han sido invitados a comentar sobre el trabajo que ha realizado en sus cinco años como arzobispo de Canterbury.
Ya por otra parte, y al ser preguntado sobre qué ha aprendido en las tres semanas que ha durado la comisión de investigación hasta aquí, Welby afirmó que "he aprendido a sentirme avergonzado de nuevo" por el alcance de los abusos en la Iglesia. El prelado también defendió su decisión de publicar recientemente una acusación histórica de abusos contra el otrora obispo de Chicester y grande de la Iglesia de Inglaterra, George Bell, quien falleció en 1958.
"La tragedia más grande de todos estos casos es que la gente haya confiado de estas figuras titánicas para luego descubrir que no estaban a la altura de esta confianza", sentenció Welby. "Las víctimas deben ser tratadas con la misma consideración que la persona acusada de abusos", finalizó.
Justin Welby propone revisiones periódicas de obispos para evitar el clericalismo
La Biblia es "total y crudamente contundente sobre la diferencia entre el perdón y las consecuencias del pecado. Cuando se ha hecho algo mal, habrá consecuencias". Con esta exégesis el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, ha defendido su particular "tolerancia cero" con los abusos cometidos por clérigos, advirtiendo además de que si has abusado, "aunque te arrepientas, debes ir a la cárcel".
"Sabemos que la conducta abusiva tiende a repetirse. Si alguien ha sido un abusador, nunca jamás se puede volver a fiar de él. Nunca puedes volver a darle una oportunidad", dijo Welby en el último día de testimonios de una comisión de investigación independiente sobre abusos en la Iglesia de Inglaterra, según lo recogido por el Guardian.
"Tenemos que llegar a un punto en el que si se ve algo inapropiado, la gente dice que no está bien y voy a denunciarlo", continuó el arzobispo, explicando que el cambio cultural es, desde su perspectiva, el desafío más grande para la Iglesia en cuanto a la protección de menores. El prelado añadió que la Iglesia de Inglaterra -de la que es la máxima autoridad- está en el proceso de formar alrededor de 30.000 encargados de velar por la seguridad de los niños, y eso como parte de su convicción de que "es al nivel parroquial donde lo cambiaremos todo". Para dicha formación y seguridad, dijo Welby, la Iglesia de Inglaterra gasta alrededor de siete millones de libras anuales.
Aunque gran parte de la protección de menores en la Iglesia se confía así a los laicos, al nivel parroquial, Welby afirmó que es de vital importancia que los obispos también reciban formación en estas cuestiones, ya que confiar en el buen juicio de un obispo simplemente por el cargo que ostenta -la famosa actitud del "clericalismo"- no es nada menos que una "locura".
Es más, para combatir el clericalismo, Welby reveló que la Iglesia de Inglaterra ya lleva a cabo evaluaciones de cómo los obispos desempeñan sus tareas. Una revisión de la que ni él mismo -aún siendo la máxima autoridad de la comunidad anglicana mundial- se ha escapado, ya que actualmente se encuentra inmerso en un proceso en el que 43 miembros del episcopado han sido invitados a comentar sobre el trabajo que ha realizado en sus cinco años como arzobispo de Canterbury.
Ya por otra parte, y al ser preguntado sobre qué ha aprendido en las tres semanas que ha durado la comisión de investigación hasta aquí, Welby afirmó que "he aprendido a sentirme avergonzado de nuevo" por el alcance de los abusos en la Iglesia. El prelado también defendió su decisión de publicar recientemente una acusación histórica de abusos contra el otrora obispo de Chicester y grande de la Iglesia de Inglaterra, George Bell, quien falleció en 1958.
"La tragedia más grande de todos estos casos es que la gente haya confiado de estas figuras titánicas para luego descubrir que no estaban a la altura de esta confianza", sentenció Welby. "Las víctimas deben ser tratadas con la misma consideración que la persona acusada de abusos", finalizó.