Política y economía ¿es posible vivirlo en cristiano?
Está el ambiente caldeadito en el mundo y, en particular, en España. Asistimos a una crisis de modelos políticos y económicos pero, en realidad, creo que hay que ahondar un poquito más y darnos cuenta que lo que está en crisis es el modelo de humanidad, lo que está en crisis son los valores y los derechos humanos.
Yo no soy ni economista ni politólogo, soy un simple cura religioso que a mis 42 años he vuelto a estudiar consciente que siempre es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos.
Cuando contemplo la situación actual, cuando dialogo con amigos o conocidos e incluso, en alguna ocasión, cuando veo que la disparidad de opiniones políticas e ideológicas han hecho que algunas personas cierren toda relación contigo a pesar de compartir lo que teóricamente debería ser lo más esencial: la Fe. No puedo evitar preguntarme:
¿Cómo vive la realidad política y socioeconómica un cristiano, un católico?
Ya es antiguo aquello de que vivimos en una sociedad fragmentada donde nuestra realidad está dividida como en compartimentos independientes unos de otros. Es decir, que una persona es capaz de ser totalmente diferente según el ambiente o la situación. Esto siempre lleva a encontrarnos con personas que van a misa el domingo pero luego llevan una vida inmoral en el campo de la sexualidad, o de los negocios, o del trabajo; o que luego vive con fanatismo e incluso violencia su afición deportiva o su ideología política.
O sea que uno puede encontrarse con una persona totalmente diferente según dónde me conozcas: en el fútbol, conduciendo, en la iglesia, en el bar o en la familia.
Esto, cuando menos, acaba con una “esquizofrenia conductual”, si se me permite la expresión, que acaba desquiciando a uno y a los que le rodean.
Volviendo a la pregunta que me hacía:
¿Cómo vive la realidad política y socioeconómica un cristiano, un católico?
Y me vienen a la cabeza una batería de dudas… ¿Puede un cristiano votar a partidos que se opongan radicalmente a los valores cristianos? Claro que antes surge otra… ¿Hay valores que deben preservarse por encima de toda ideología política? ¿Qué debe prevalecer a la hora de dar tu confianza como cristiano a un partido?
Personalmente creo en la persona equilibrada como un todo no fragmentado sino coherente en todos los aspectos y realidades de su vida. También la política, las ideologías, las costumbres y hábitos cotidianos, mi modo de divertirme, etc… todo integrado en lo que soy.
En un ambiente caldeadito como el que estamos viviendo creo que los cristianos tenemos mucho que ofrecer de bueno a la sociedad y deberíamos aportar, entre otras cosas, serenidad y cordura.
Los fanatismos tanto de derechas como de izquierdas no son evangélicos. El fanatismo divide, enfrenta y condena. El cristiano en todo caso debe unir, conciliar y respetar.
Yo no soy ni economista ni politólogo, soy un simple cura religioso que a mis 42 años he vuelto a estudiar consciente que siempre es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos.
Cuando contemplo la situación actual, cuando dialogo con amigos o conocidos e incluso, en alguna ocasión, cuando veo que la disparidad de opiniones políticas e ideológicas han hecho que algunas personas cierren toda relación contigo a pesar de compartir lo que teóricamente debería ser lo más esencial: la Fe. No puedo evitar preguntarme:
¿Cómo vive la realidad política y socioeconómica un cristiano, un católico?
Ya es antiguo aquello de que vivimos en una sociedad fragmentada donde nuestra realidad está dividida como en compartimentos independientes unos de otros. Es decir, que una persona es capaz de ser totalmente diferente según el ambiente o la situación. Esto siempre lleva a encontrarnos con personas que van a misa el domingo pero luego llevan una vida inmoral en el campo de la sexualidad, o de los negocios, o del trabajo; o que luego vive con fanatismo e incluso violencia su afición deportiva o su ideología política.
O sea que uno puede encontrarse con una persona totalmente diferente según dónde me conozcas: en el fútbol, conduciendo, en la iglesia, en el bar o en la familia.
Esto, cuando menos, acaba con una “esquizofrenia conductual”, si se me permite la expresión, que acaba desquiciando a uno y a los que le rodean.
Volviendo a la pregunta que me hacía:
¿Cómo vive la realidad política y socioeconómica un cristiano, un católico?
Y me vienen a la cabeza una batería de dudas… ¿Puede un cristiano votar a partidos que se opongan radicalmente a los valores cristianos? Claro que antes surge otra… ¿Hay valores que deben preservarse por encima de toda ideología política? ¿Qué debe prevalecer a la hora de dar tu confianza como cristiano a un partido?
Personalmente creo en la persona equilibrada como un todo no fragmentado sino coherente en todos los aspectos y realidades de su vida. También la política, las ideologías, las costumbres y hábitos cotidianos, mi modo de divertirme, etc… todo integrado en lo que soy.
En un ambiente caldeadito como el que estamos viviendo creo que los cristianos tenemos mucho que ofrecer de bueno a la sociedad y deberíamos aportar, entre otras cosas, serenidad y cordura.
Los fanatismos tanto de derechas como de izquierdas no son evangélicos. El fanatismo divide, enfrenta y condena. El cristiano en todo caso debe unir, conciliar y respetar.