"Peor que esta crisis es sólo el drama de desperdiciarla" Francisco reclama "una gobernanza global para la salud" que evite las nuevas pandemias para el futuro
"Cada año se producen en el mundo millones de muertes evitables debido a las malas condiciones sanitarias. Si comparamos esta situación con la preocupación causada por la pandemia de Covid-19, vemos que la percepción de la gravedad del problema y la correspondiente movilización de energía y recursos es muy diferente"
En muchos países "no sólo faltan vacunas, sino también agua potable y pan de cada día"
Bergoglio defendió el derecho "primario" a la vida "desde la concepción hasta su final", y advirtió contra "la cultura del descarte" frente "a los más vulnerables, como los ancianos, los discapacitados y los jóvenes"
Bergoglio defendió el derecho "primario" a la vida "desde la concepción hasta su final", y advirtió contra "la cultura del descarte" frente "a los más vulnerables, como los ancianos, los discapacitados y los jóvenes"
El Papa Francisco reclamó la creación de "una gobernanza global para la salud" de todos los habitantes del planeta, que contenga "un conjunto de normas claras y concertadas a nivel internacional que respeten la dignidad humana", durante su discurso a la plenaria de la Academia de la Vida. "De hecho, el riesgo de nuevas pandemias seguirá siendo una amenaza en el futuro", señaló el Papa.
Poniendo la mirada en el tema abordado por la asamblea, 'La salud pública en el horizonte de la globalización', el Papa clamó por "hacer resonar con más fuerza el grito de la tierra y el grito de los pobres". "No podemos ser sordos a este doble grito, debemos escucharlo bien", subrayó.
"Examinar los numerosos y graves problemas que han surgido en los dos últimos años no es una tarea fácil", admitió. Por un lado, "estamos agotados por la pandemia de Covid-19 y la inflación del discurso que se ha generado: apenas queremos oír hablar de ello y tenemos prisa por pasar a otros temas", destacó. Pero, por el otro, "es imprescindible reflexionar con calma para examinar en profundidad lo que ha ocurrido y ver el camino hacia un futuro mejor para todos".
Estamos interconectados
Porque "peor que esta crisis es sólo el drama de desperdiciarla", el Papa pidió a la Academia de la Vida "escuchar atentamente la situación, para poder favorecer una verdadera y propia conversión y llegar a decisiones concretas para salir mejor de la crisis".
"La crisis pandémica -añadió el Papa- ha puesto de manifiesto lo profunda que es la interdependencia tanto entre nosotros como entre la familia humana y la casa común". "Nuestras sociedades, especialmente en Occidente, han tendido a olvidar esta interconexión. Y las amargas consecuencias están ante nuestros ojos".
Frente a eso, Francisco abogó por "una sinergia de disciplinas: biología e higiene, medicina y epidemiología, pero también economía y sociología, antropología y ecología" para "comprender los fenómenos" y encontrar soluciones.
"Cada año se producen en el mundo millones de muertes evitables debido a las malas condiciones sanitarias", denunció Bergoglio. "Si comparamos esta situación con la preocupación causada por la pandemia de Covid-19, vemos que la percepción de la gravedad del problema y la correspondiente movilización de energía y recursos es muy diferente", insistió.
Justicia y equidad
"También podremos responsabilizarnos de las graves condiciones en las que viven los demás y por las que hasta ahora nos hemos interesado poco o nada. Así aprenderemos a no proyectar nuestras prioridades sobre las personas que viven en otros continentes, donde otras necesidades son más urgentes; donde, por ejemplo, no sólo faltan vacunas, sino también agua potable y pan de cada día" reclamó, invitando al "compromiso de una distribución justa y universal de las vacunas", pero también "al ámbito más amplio en el que se requieren los mismos criterios de justicia para las necesidades de salud y de promoción de la vida".
"Considerar la salud en sus múltiples dimensiones y a nivel global ayuda a comprender y responsabilizarse de la interconexión de los fenómenos. Y así podemos observar mejor cómo las condiciones de vida, que son el resultado de opciones políticas, sociales y medioambientales, también tienen un impacto en la salud de los seres humanos", glosó el Papa, quien lamentó las "grandes desigualdades" en torno a la esperanza de vida.
"Afirmamos que la vida y la salud son valores igualmente fundamentales para todos, basados en la dignidad inalienable de la persona humana. Pero si esta afirmación no va seguida de un compromiso adecuado para superar las desigualdades, estamos aceptando de hecho la dolorosa realidad de que no todas las vidas son iguales y la salud no está protegida para todos de la misma manera", insistió.
Junto a ello, defendió el derecho "primario" a la vida "desde la concepción hasta su final", y advirtió contra "la cultura del descarte" frente "a los más vulnerables, como los ancianos, los discapacitados y los jóvenes".