(Vatican News).-Andréa, Ada, Lady, Odilia, Immaculéee, Joyce, Vanecia, Mélina, Saint Eude, Antony Mercia, Jessica, Franck, Daniel Beni, Gloire, Anaèlle... Algunos con una letra difícil de leer, otros con nombre y apellido o con adornos escritos pero todos los 22 niños del orfanato Foyer Nazareth, en las afueras de Brazzaville (República del Congo), firman sus nombres en la carta enviada al Papa Francisco.
Una carta fechada el 3 de octubre, escrita a mano con bolígrafo azul en tres hojas de papel cuadriculado -las mismas que se usan en la escuela- con el mensaje "Merci, Merci, Merci beaucoup" ("Gracias, gracias, muchas gracias") dirigido al Papa tras la importante donación recibida: un suministro de medicamentos para la drepanocitosis, que son difíciles de encontrar en estos lugares inaccesibles donde apenas hay agua y comida, y mucho menos medicamentos para una enfermedad genética de la sangre y que además, cuando se encuentran, son exorbitantemente caros.
En medio de las dificultades de la vida y de los escasos recursos, pero sin ceder a la desesperación, los niños del Foyer Nazaret tomaron papel y lápiz y pidieron ayuda al Papa. El Papa no esperó demasiado tiempo en dar su respuesta y, a través del limosnero apostólico, cardenal Konrad Krajewski y de la Nunciatura Apostólica, a principios de octubre, envió paquetes con medicamentos, con la inscripción en rojo "Regalo del Santo Padre", a la responsable del orfanato, la hermana Elise Vouakouanitou, congoleña de Pointe-Noire.
Un gracias "muy grade"
Precisamente fue ella la "mano" que redactó la carta a "Saint Père Pape François": "Santo Padre -se lee-, este gentil gesto que ha tenido con nosotros, enviando productos sanitarios a dos hermanas de nuestro orfanato, Odilia y Elisea, nos hace ver que la palabra de las Sagradas Escrituras es vida.
Sí, tenemos una boca tartamuda, pero nuestro corazón no puede callar alabando al Señor... Padre Santo, con estas medicinas creemos y afirmamos que el Señor nos ha visitado por medio de usted, Vicario de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A su vez, lo bendecimos e imploramos la gracias y la fuerza de Dios sobre usted.
La hermana Elise y los niños de Brazzaville expresan su "gran agradecimiento" a Dios, al Papa y a la nunciatura por esta "atención ilimitada". "Con este gesto, nos damos cuenta de que el título de su última carta encíclica (Fratelli tutti) no es en vano, sino un programa de trabajo y misión que ha aceptado en nombre de Cristo y de la Iglesia. Sí, afirmamos que somos todos hermanos".