El miedo no es de ti. El miedo es de humanos, de ángeles caídos ❤️(l) ¡Jesús, sé que tú me llevas de la mano, y aunque no sé a dónde, sí sé que son tus manos y ellas no me lastimaran, sino que me cubrirán en tu presencia!
¡Te has fijado cómo te mira Jesús, pobre!
Belén viviente, tirado entre las calles y callejones de nuestras perdidas ciudades
| Alfonso Olaz (OFS)
(l) ¡Jesús, sé que tú me llevas de la mano, y aunque no sé a dónde, sí sé que son tus manos y ellas no me lastimaran, sino que me cubrirán en tu presencia!
Jesús.
De ti no puedo tener miedo
El miedo no es de ti.
El miedo es de humanos, de ángeles caídos
Pero, Jesús, tú también tuviste miedo cuando supiste lo que se te venía encima
Yo ya no debo tener miedo
Tú, hermano Jesús
Siempre estás encima de mi fatal vida
Porque por mí moriste para que perdiera todos los miedos.
¡Viendo a Jesús!
Al pobre Jesús del evangelio
A mi pobre hermano tirado entre los cubos de basura
Qué te mira como el pobre de la calle
¡Te has fijado cómo te mira Jesús, pobre!
Que lleva todo el día sentado entre cartones.
En la ciudad amurallada de nuestro egoísmo
En las farolas amarillentas de nuestro ego, con el aceite de nuestra complicidad que nunca se consume
¿El hombre ha perdido todos los sentidos e instintos, hasta no estremecer por no amar al hermano?
¡Pobre Jesús del Evangelio!
Invisibilizado por la pena negra de nuestra cobardía
Entre nuestras altivas miradas
Instalados en las almenas de nuestras altas torres
¡Pobre Jesús del Evangelio!
Que estás allí en lo más bajo de nuestro mundo
En los submundos de nuestra frágil y delicada conciencia
Donde todo campa a sus anchas
Todo lo más bajo y miserable de nuestra vida
Y hasta las ratas de las cloacas y los perros callejeros
tienen mejor vida que tú
Jesús
¡Pobre del evangelio!
Belén viviente, tirado entre las calles y callejones de nuestras perdidas ciudades
Con nuestras estructuras muy viejas de pecado, de todo te hemos desinstalado
Indefenso como niño recién nacido
Cordero, que te mira sonriendo, confiando mucho en que le trates bien
Sin tu saber, que somos carniceros despiadados
Lobos que comemos siempre sin tener hambre
¡Pobre Jesús de nuestro anti-evangelio!
¿ Qué hemos hecho de ti?
Que te conocen mejor los pájaros y las aves del cielo
La luna y las estrellas
Que las inmensas turbas de miles y miles de hermanos.
Que jamás oyeron tu nombre
Ni olieron del perfume de tu amor
Ni de las flores del jardín de tu creación: Misericordia, Esperanza, Paz y Bien
¡Pobre Jesús del Evangelio!
Niño, adolescente, Joven, Hombre, Adulto, Viejo
Madre Santa María
Ruega a Jesús Padre para que aplaque su ira contra nosotros y pronto nos convirtamos.
Del evangelio a la vida
De la vida al evangelio