El arzobispo emérito de Zaragoza quiere que el Sínodo dé "voz a todo el Pueblo de Dios" Jiménez Zamora: "Hay que conseguir que (en la Iglesia) no se decida desde arriba, sino desde la base"
"Queremos que la consulta sea participativa. De todos. También de los alejados o los no creyentes, que son la mayoría"
"La Iglesia, constitutivamente, es sinodal. Jesús estaba con el pueblo, con la multitud, y luego también estaban los apóstoles, los pastores", subrayó el emérito de Zaragoza. "Todo el que quiera será escuchado"
"Esta es una gran oportunidad para entrar en esta dinámica y superar resistencias, no quedarnos solo con los de dentro y los de siempre, sino abrir el círculo para que llegue a todos. Todos somos pueblo de Dios" subrayó Jiménez Zamora, quien asumió que "habrá resistencias, costará. Pero ojalá que un fruto de este Sínodo sea que caminemos mejor todos juntos, que nos escuchemos más"
"Hay cierto clericalismo, cierta cabeza... hace falta la pirámide invertida: los que están arriba están para servir al pueblo, y todos somos pueblo. Aunque en la teoría se entiende, en la práctica no lo vivimos"
"Esta es una gran oportunidad para entrar en esta dinámica y superar resistencias, no quedarnos solo con los de dentro y los de siempre, sino abrir el círculo para que llegue a todos. Todos somos pueblo de Dios" subrayó Jiménez Zamora, quien asumió que "habrá resistencias, costará. Pero ojalá que un fruto de este Sínodo sea que caminemos mejor todos juntos, que nos escuchemos más"
"Hay cierto clericalismo, cierta cabeza... hace falta la pirámide invertida: los que están arriba están para servir al pueblo, y todos somos pueblo. Aunque en la teoría se entiende, en la práctica no lo vivimos"
Acaba de recibir la tercera dosis, "el día 23, en la residencia donde vivo", pero sigue al pie del cañón. Y, como tal, es uno de los responsables del 'Camino Sinodal' que está emprendiendo la Iglesia católica, y que arrancará el próximo 9-10 de octubre en Roma. Vicente Jiménez Zamora, arzobispo emérito de Zaragoza, compartió un distendido encuentro con los medios para hablar de los retos del proceso que, auspiciado por el Papa, pretende "dar voz a todo el Pueblo de Dios".
De ahí que el proceso (con distintas fases, la diocesana arranca el 17 de octubre), busque vertebrarse en tres ejes, en tres conceptos: "Comunión, con la participación de todos y para una Iglesia en salida". Y, en el caso de la Iglesia española con un equipo, compuesto por dos obispos (él mismo y Argüello), dos sacerdotes y tres laicos, que busca coordinar la consulta y la escucha que, insistió Zamora, "queremos que sea participativa. De todos. También de los alejados o los no creyentes, que son la mayoría", admitió.
"La Iglesia, constitutivamente, es sinodal. Jesús estaba con el pueblo, con la multitud, y luego también estaban los apóstoles, los pastores", subrayó el emérito de Zaragoza. "Todo el que quiera será escuchado", prometió. "El Papa quiere remover y llamarnos a todos a una conversión". Y no sólo a los de dentro: "Hay que dar entrada a aquellos que no se sienten Iglesia".
Resistencias al cambio
"Esta es una gran oportunidad para entrar en esta dinámica y superar resistencias, no quedarnos solo con los de dentro y los de siempre, sino abrir el círculo para que llegue a todos. Todos somos pueblo de Dios" subrayó Jiménez Zamora, quien asumió que "habrá resistencias, costará. Pero ojalá que un fruto de este Sínodo sea que caminemos mejor todos juntos, que nos escuchemos más".
"Queremos llegar a todos, que todos se sienten en un corro para escucharnos, y no discutir tanto y rebatirnos.Queremos que haya una cultura de ‘sínodo’ en la Iglesia", porque "todo el Pueblo de Dios puede ser sinodal, si es escuchado. La sinodalidad es un estilo de ser y de vivir la Iglesia. Aunque haya estructuras, lo importante es que entremos en este estilo de caminar juntos".
Pirámide invertida frente al clericalismo
"Éste no es un proceso que se cierra con un documento que firma el Papa y metemos en una estantería. Tenemos que aprender a vivir y actuar sinodalmente", confesó Jiménez Zamora, quien apuntó que es necesario volver a la dinámica de los primeros cristianos. "Hay cierto clericalismo, cierta cabeza... hace falta la pirámide invertida: los que están arriba están para servir al pueblo, y todos somos pueblo. Aunque en la teoría se entiende, en la práctica no lo vivimos".
"Queremos que sea una consulta amplia y real, porque si no no crecemos", propuso el prelado, quien incidió en que la consulta "no es parlamentarismo ni asamblea al uso", aunque animó a "hablar de todo. Es importante que nadie se escandalice ni se sorprenda. No hay que ocultar nada, ni tener miedo".
Voz y voto para laicos y mujeres
"También los de fuera y los que están en los márgenes nos evangelizan", apuntó, llamando a "no rasgarnos las vestiduras, también ahí está el señor y las semillas del verbo". Sobre la participación, con voz y voto, de laicos y mujeres en el Sínodo final, el prelado admitió que "todo está abierto", aunque añadió que "la forma de participar no es solo mediante el voto, que a veces es dirigido y manipulado. Hace falta que la participación sea real".
"El camino es la participación, si no no será posible. No hay que cerrar ningún camino, no sabemos lo que va a salir (...). Hay que conseguir que no se decida desde arriba, sino desde la base. Todos los bautizados y los que quieran entrar", finalizó.
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