Este martes, el Congreso decide si admite a trámite la propuesta de comisión parlamentaria Los obispos lamentan el "uso político y mediático" de la pederastia clerical, pero sólo nueve diócesis investigan el informe de El País

"Estamos asistiendo también a un uso de esta situación: un uso mediático, un uso político en estas últimas horas y eso nos preocupa. No solo por lo que afecta a la vida de la Iglesia y sin abordar la problemática de los abusos en el conjunto de la sociedad; sino, sobre todo, porque nos parece especialmente doloroso que se pudiera utilizar, incluso, la situación de las víctimas en la disputa política, en la confrontación propia del Parlamento o de la vida social y política española”. Esta ha sido, hasta la fecha, la única respuesta (indirecta) de la Conferencia Episcopal a la petición de una comisión de investigación en el Congreso sobre la pederastia clerical. 

Fue el secretario general de la CEE, Luis Argüello, quien en una entrevista con los medios vaticanos después de su encuentro con el Papa Francisco, el pasado viernes, quien alertó de la utilización política y mediática de los abusos a menores en la Iglesia española, especialmente tras la publicación del informe de El País y la propuesta de comisión de investigación parlamentaria, que habrá de ser admitida a trámite, o no, por la Mesa del Congreso este martes.

Del mismo modo, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, se encontrará en los próximos días con el escritor Alejandro Palomas y con algunas víctimas de abusos a menores en la Iglesia católica

¿Una 'campaña' contra la Iglesia?

Y es que en buena parte del episcopado se ha asentado la idea de 'campaña' contra la Iglesia, que hunde sus raíces en la pederastia, pero que también ha tenido su capítulo especial a cuenta de las inmatriculaciones. La visita de Pedro Sánchez a Añastro, convenientemente aireada desde Moncloa, no produjo los efectos deseados. Es más: fue utilizada por la Iglesia para dejar en ridículo algunas de las prácticas del Ejecutivo. 

Pero en lo tocante a la pederastia clerical, y por muchas 'campañas' que se quieran denunciar, el sol no se puede tapar con un dedo. Aunque eso hayan pretendido, según denuncia El País, buena parte de los obispos. Y es que sólo nueve de las 31 diócesis implicadas en su informe: Madrid, Cartagena, Bilbao, Zamora, Barcelona, Ávila, Orihuela-Alicante, Santiago de Compostela y Teruel, se han puesto en contacto con el diario de PRISA para recabar toda la información referente a los abusos en sus territorios. 

Una realidad muy distinta a la de las congregaciones religiosas, que ya la semana pasada tuvieron un encuentro de superiores mayores y que, en su práctica totalidad, ya se han puesto manos a la obra: "Nuestra primera reacción, y por respeto a las víctimas de estos abusos, queremos pedir perdón por no haber obrado correctamente en algo que, como entidades de Iglesia, deberíamos haber cuidado, como son los espacios seguros y de confianza para nuestros niños, jóvenes y adultos vulnerables", subrayaba su secretario general, Jesús María Zamora. Los religiosos se comprometían a investigar: "Es nuestro compromiso con el Evangelio y queremos hacerlo bien, aunque cueste y sea doloroso".

Los obispos, duros contra el informe

Por contra, la Conferencia Episcopal considera que los abusos denunciados por El País son poco fiables. O, al menos, eso se lee en la carta que el episcopado adjunta a los Obispados junto con el informe de PRISA, y que dice lo siguiente: “El informe mezcla denuncias muy creíbles y rigurosas con otras sin rigor ni forma de investigar. Eso daña a las víctimas verdaderas, que aparecen entremezcladas con situaciones que hacen dudar de todo el informe”.

Del mismo modo, el escrito lamenta que sea la Iglesia quien deba moverse para comunicarse con las víctimas y escucharlas: “El PAÍS debería enviar las acusaciones a las congregaciones y a las diócesis correspondientes, señalando también el nombre y el contacto de quien acusa, para que puedan hacer una investigación preliminar y enviar el caso a Roma. En caso de prescripción, la diócesis decide si solicita levantar la prescripción y si podría ser verosímil. De no entender esto, se podría pensar que el interés no está en sanar a las víctimas sino en atacar a la Iglesia”.