Vivencias 88
| Andrés Ortiz-Osés
--- Nuestra vida es devastadora: se devasta a sí misma.
--- En hermenéutica funciona el principio de relación suficiente (P. Lanceros, Diccionario interdisciplinar de hermenéutica, «Antropología hermenéutica»).
--- Escribir: para tomar conciencia.
--- No nos damos cuenta de lo bien que estamos sino en pasado: cuando ya estamos mal (contraste).
--- La clave de la interpretación bachiana del mundo: la concertación o consonancia simultánea, el ensamblaje de los sonidos dispersos.
--- La antropología como tropología: sic J. W. Fernández.
--- Nadie me entiende/atiende: así que me acecha la locura. El día que me entiendan comprenderán que estamos todos locos: pero la diferencia está en saberlo el cuerdo.
--- Vivimos de folletinaje: que es el follaje existencial elevado a folletín inesencial.
--- En la vida, uno cada vez se conforma con menos: y al final, con nada.
--- El simbolismo tiende al idealismo: por eso le contrapongo la realidad del mal.
--- Confundieron mi obra El matriarcalismo vasco con un matriarcado imposible: y al descubrir su confusión, avergonzados, la proyectaron agresivamente contra mi libro.
--- En España se puede llegar a ser un gran intelectual sin dar clavo: Sabiendo que se sabe.
--- Nos parece mentira estar tan solos después de haber querido tanto: pero para evitar la soledad tendríamos que haber querido políticamente.
--- En la lucha psicológica interhumana se trata de no quedar mutilados, sino íntegros.
--- Cuando la vida pierde sentido también lo pierde la muerte: es una ventaja y un consuelo.
--- La vida no tiene ningún sentido (absoluto) y, en consecuencia, no conviene buscarlo: sino sentido de relación que ya hemos encontrado (relativamente).
--- La música como armonía que no encontramos en el mundo: pero que procede de él fragmentariamente. Ahora bien, apreciamos la cadencia de la música por contraste con el mundo en conjunto: así que si éste fuera musical no habría música.
--- Cuando estoy bien no hago aforismos: no los necesito. Así que hago aforismos para estar bien: aforadamente (la excepción confirma la regla).
--- Quizá más exactamente hago aforismos cuando estoy desequilibrado por defecto o exceso: para equilibrarme. Pues cuando el aforista está equilibrado, hacer aforismos sería desequilibrante: a no ser que se hagan entonces para dinamizarse.