"La cultura del descarte se llega a aplicar a los ancianos sin el menor reproche" El obispo de Astorga denuncia "el utilitarismo grosero" y la "ideología intransigente" que promueve el aborto y la eutanasia
Por desgracia, esta misma cultura del descarte se llega a aplicar en el caso de los ancianos sin que muchas veces reciba el menor reproche
También en el campo pastoral se puede decir que la ancianidad es un tiempo fecundo
Además de no abandonarlo, aprovechamos su sabiduría, su experiencia, su consejo
Frente a esta injusticia clama, no sólo la sospecha de que un día nuestros sucesores repitan con nosotros las malas prácticas que ahora realizamos con ellos, sino también la voz de Dios: "Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras viva"
Además de no abandonarlo, aprovechamos su sabiduría, su experiencia, su consejo
Frente a esta injusticia clama, no sólo la sospecha de que un día nuestros sucesores repitan con nosotros las malas prácticas que ahora realizamos con ellos, sino también la voz de Dios: "Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras viva"
| Alfonso del Río, corresponsal en Astorga corresponsal en Astorga
El Obispo de Astorga, Jesús Fernández, ha hecho una reflexión certera y profunda sobre los ancianos, en nuestra sociedad actual, que muchas veces se le considera como un estorbo y un trasto viejo que ya no sirve para nada.
Jesús Fernández, escribe esta reflexión en el semanario "Día 7" y lo hace precisamente cuando hace muy pocos días la Iglesia celebraba el Día de la Sagrada Familia.
Por su interés, destacamos algunos párrafos, en que entre otros dice el Obispo "...Los ancianos, tesoro de la Iglesia y de la sociedad". A nadie se le oculta su intencionalidad: nos encontramos en un momento en que el utilitarismo grosero y una ideología intransigente están aniquilando la memoria agradecida y menospreciando la vida frágil. No es infrecuente encontrar en las ciudades animales abandonados en su vejez que buscan desesperadamente una mano amiga que les dé un trozo de pan o simplemente les haga una caricia. Afortunadamente, estas situaciones encuentran eco en los medios en forma de denuncia: "no hay derecho a hacer esto a un animal que ha sido fiel acompañante de su amo", se dice.
"...Por desgracia, esta misma cultura del descarte se llega a aplicar en el caso de los ancianos sin que muchas veces reciba el menor reproche. A muchos de ellos se les niega la pal y la sal justamente cuando empiezan a flaquear sus fuerzas, su mente se vuelve lenta y olvidadiza, su salud sufre quebrantos. Aquellos que han dado literalmente su vida para sacar adelante a sus hijos y mejorar la sociedad, que se han privado de multitud de cosas para darles una carrera y una vida mejor, que les han transmitido una sabiduria de la vida y unos valores culturales, morales, espirituales y religiosos, en el momento de debilidad, se ven abandonados por sus herederos...".
Continúa más adelante , D. Jesus Fernández, con sus reflexiones diciendo:..." Frente a esta injusticia clama, no sólo la sospecha de que un día nuestros sucesores repitan con nosotros las malas prácticas que ahora realizamos con ellos, sino también la voz de Dios:: "Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras viva". Además de no abandonarlo, aprovechemos su sabiduría, su experiencia, su consejo... El Papa Francisco ha recordado que los abuelos son un tesoro en la familia. Y añade: Por favor, ¡cuidad a los abuelos! Haced hablar a los abuelos. Acariciad a los abuelos, no los alejéis de la familia porque son molestos.
También en el campo pastoral se puede decir que la ancianidad es un tiempo fecundo. En efecto, el plan de la salvación de Dios también se lleva a cabo en la pobreza de los cuerpos débiles, estériles e impotentes. Los ancianos, dice también el Papa Francisco, "son el eslabón indispensable para educar a los niños y a los jóvenes en la fe... pueden ser actores de una pastoral evangelizadora, testigos privilegiados del amor fiel de Dios".