Domingo 18 del tiempo ordinario, ciclo C
Lc 12,13-21
El evangelio de este domingo nos propone una escala de valores que, con frecuencia, entra en conflicto con los intereses que nos sugieren la sociedad y los diversos medios de comunicación.
Jesús habla de codicia, riqueza, bienes, andar sobrado, darse a la buena vida... Pero, la crítica no está centrada en la persona rica, sino en que el ansia de poseer sea lo central de la existencia: un afán de codicia que ciega la relación con Dios y la preocupación por el otro, por las necesidades del prójimo.
Los medios de comunicación, a través de concursos, programas, cierto tipo de periodismo sensacionalista o rosa..., nos presentan como un bien deseable el dinero y la fama fácil, a cualquier precio, normalmente sin ningún escrúpulo ético. Y, curiosamente, este tipo de programación es el que más éxito cosecha en todas las cadenas televisivas y el resto de
mass media.
Las afirmaciones de Jesús van en otra dirección: el sentido de la vida no está en ninguna de estas cosas; la vida
no depende de los bienes. La persona se define por lo que es y no por lo que tiene. Nos propone otra forma de riqueza, en la que el poseer, la riqueza, la fama no son lo que hace al ser humano más persona.
Javier Velasco-Arias