Ejemplo práctico del poder de Internet.

Hablábamos hace unos días del escándalo de la monja dominica, de una de las ramas dominicanas, que acompañaba a las mujeres a abortar. El caso de Donna Quinn gracias a Internet alcanzó ecos mundiales de asombrada indignación.

Pues bien, ya se ha hecho público que el cardenal de Chicago y los obispos de Jolliet y Madison se han reunido el pasado día 4 para estudiar las medidas a adoptar y la congregación de Dominicas de Sinsinawa ha desautorizado la conducta de la monja.

Hace unos años esto era impensable. Todos hubieran hecho la vista gorda. Hoy es imposible. Gracias a Dios. Y a Internet.

Yo personalmente creo que la única salida que cabe es poner a la monja de patitas en la calle y tal vez se llegue a eso pero la absoluta impunidad en la que se vivía parece que comienza a agotarse.

Os traslado un artículo en inglés para quien, conociendo ese idioma, quiera saber más detalles. Al tiempo que agradezco su atención a la persona que me lo ha enviado.

http://www.ncregister.com/daily/sinsinawa_dominicans_issue_apology/

La monja Quinn es la de la izquierda.
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