Vamos a hablar claro de la Pontificia de Salamanca.
En teoría, la Universidad del Episcopado de España. En la práctica, un cuasi cadáver. Me refiero a los estudios eclesiásticos. En los civiles no entro ni sé como van. ¿Son por lo menos católicos o no hay ninguna diferencia con los de cualquier otra universidad pública o privada no confesional? Porque si en la práctica es lo mismo pues maldita la falta que hace para enseñar veterinaria, arquitectura o derecho. Se va a la otra y sale más barato.
Un Blog colega, el de Jóvenes Cristianos en acción acaba de publicar un ranking de las Universidades españolas en la que la Pontificia no queda nada bien. Pero ya digo que no quiero entrar a juzgar sobre sus méritos o deméritos en los estudios civiles.
En los estudios eclesiásticos la "Ponti" se convirtió en el vivero, o en uno de los viveros, del progresismo eclesial. Creo que algo se ha corregido, tal vez al comprobar que eso ya no se llevaba y que ya no atraía a nadie, pero desde luego no es una referencia de eclesialidad, como lo había sido.
Los obispos, al ver lo que había y lo que no habían evitado, hicieron una cosa muy episcopal: mirar para otro lado. Y se desentendieron de "su" Universidad. Mandando a sus sacerdotes a Roma, a Navarra, a San Dámaso... Con la que condenaron a muerte a la Pontificia. Pero sin atreverse a rematarla o a resucitarla. Que se muera sola. Y en eso está. Agonizando.
Creo que la imagen más exacta que está dando es la de su rector. Ese Fray Marceliano disfrazado de Don Marceliano. Y he sido muy benévolo con la fotografía de ayer o anteayer. Le saqué muy favorecido. Hay un viejo chiste que aplicaban a los oficiales de caballería y a los caballos. No lo voy a reproducir dada mi proverbial caridad pero siempre que veo al Marceliano me acuerdo del chiste.
Eso es una ruina y se desmorona. Dado a lo que llegó es como para felicitarnos pero es muy triste que acabe así.