Hace unos días el dominico Pascual Saturio ponía en la prensa local de chupa de dómine a Benedicto XVI y a su obispo Don Antonio Ceballos. Al primero por el Motu proprio Summorum Pontificum y al segundo por haber autorizado en su diócesis el modo extraordinario de la misa.

Pues apenas apagados los ecos del rebuzno dominico nos encontramos ahora con uno secular. El párroco de Santo Tomás de Aquino, Juan Piña Batista, se descuelga con un artículo en Diario de Cádiz desautorizando a su obispo por haber permitido procesiones el Sábado Santo.

http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/555527/sabado/santo.html


Yo no tengo juicio sobre el tema. En principio pienso que todos los días son buenos para actos piadosos y no veo inconveniente grave para que el Sábado santo salga una procesión. Y menos si no perturba el solemnísimo acto de ese día que es la Vigilia Pascual. Y así ocurre que en numerosos lugares de España hay procesiones en ese día.

Respeto a quien opine que lo propio de ese sábado es el "silencio expectante" y por supuesto su derecho a exponer y fundamentar su opinión. Hasta ahí no hay nada que objetar. Lo que parece raro es que si un obispo toma una decisión al respecto uno de sus párrocos salga a criticarla en la prensa. Y muy desabridamente con su pastor.

Juan Piña es un cura de Dorado. Fue vicario episcopal de la Bahía y creo recordar que estuvo a punto de ser nombrado Ecónomo diocesano. Miembro del Consejo del Presbiterio por libre designación de Don Antonio Ceballos, claro que debía aconsejar al obispo. Pero en el despacho de éste o en las reuniones del Cnnsejo y no en la prensa.

Me dicen que como doradista insigne no simpatiza lo más mínimo con las Cofradías y que públicamente ha manifestado que "le repugna la reforma de la reforma". Creo que fue de los que más se manifestaron en su día por la desaparición de los militares de las procesiones y en la oposición a que Nuestro Padre Jesús Nazareno fuera nombrado Regidor Perpetuo de la ciudad de San Fernando. Con lo que los hijos de Dorado son iguales en Cádiz y en Málaga.

Parece que hay una serie de sacerdotes en Cádiz dispuestos a amargarle a su obispo sus últimos días episcopales. No se lo merece el prelado. Y me parece una impresentable conducta sacerdotal.

P.D.: El de la fotografía es Pascual Saturio. Creo. No he encontrado una de Piña. Aunque pueda parecerlo no debe entenderse que con los brazos esté haciendo un corte de manga a Benedicto XVI.