Sería sin duda una gran noticia si se confirmara lo que hoy aventura Tornielli como posible. Que el nuncio en España se fuera de Secretario a la Congregación para los obispos. Yo sólo puedo añadir que eso circula también por la nunciatura madrileña. Ayer precisamente, en una gratísima cena en un pueblo de las afueras de Madrid yo le decía a un querido amigo que me aseguraba se iba a esa Congregación romana que no le veía hueco. Y le añadía: No se va a ir de Secretario.
Pues de eso es de lo que dicen que se va. ¡Vaya promoción!
Descendeatur ut removeatur. Iba a probar su propia medicina. Y dado su proverbial amor al trabajo cada nombramiento episcopal sería un verdadero milagro de Dios. Habrá muchísimos obispos que pese a ser ya nonagenarios todavía no les habrán encontrado sustituto. Guadix y San Sebastián caerán seguramente sobre el 2020. Y el cardenal Rouco, si Dios le da larga vida como deseo, será arzobispo de Madrid hasta el 2030 o el 2035.
El día en que eso llegue a ser oficial, si llega a serlo, yo le pondré un telegrama felicitándole por tan extraordinaria promoción. Como uno que él puso. ¿Se acuerdan? Si es que arrieritos somos.
Y que poco se valora ya la nunciatura madrileña. El paso por ella era capelo seguro. Hoy, como mucho, vale sólo un secretariado.