El "Camino del Calvario" de Fernando Savater
Escribe Fernando Savater en Camino del Calvario (Grupo Correo): El fondo institucional del asunto, el debate sobre el crucifijo en los espacios públicos laicos, nada tiene que ver con el aprecio personal al símbolo de la cruz,el aprecio o no al símbolo, "es cosa que depende de las vivencias y sensibilidad de cada cual, de las creencias de unos en lo que puede salvarnos y de la creencia de otros en que debemos salvarnos de ciertas propuestas de salvación".
Tiene razón Savater en el argumento, pero no sé por qué tiene que dejar este punto de crítica ácida a sus detractores: "y de la creencia de otros en que debemos salvarnos de ciertas propuestas de salvación". Es como un niño malo.
Y continúa, -y de nuevo acierta-, "porque lo propiamente laico no es conceder relevancia pública a toda creencia religiosa, sino deslindar el espacio institucional público del ámbito privado de la fe o de la ausencia (y en su caso crítica) de cualquier fe". Pero le falta decir que hay un espacio público no institucional, el de la sociedad civil en todas sus manifestaciones, o la vida social con toda su diversidad, que desborda claramente el ámbito privado de la fe o de su ausencia.
Esa no privatización de la fe en una sociedad civil abierta y democrática, y que alcanza la posibilidad de que mediaciones privadas participen en la prestación de servicios públicos, siempre bajo la ley democrática soberana, es algo que la laicidad moderna de Savater tiene que integrar más explícita y directamente. Al menos, planteárselo en público y responder.
(P.D.: Un comentario previo para curarme en salud. Si lo que tenemos delante es un artículo, ¡el más modesto de los artículos!, entiendo que hay que dejar de lado la suposición de "qué intenciones" ha de tener tener el autor, a la luz de otras ideas suyas que conocemos de lejos, y decir en qué sí y en qué no, lo que se formula en esas frases, es equivocado. Yo no veo difícil hacer este ejercicio de concreción. Más aún lo veo como una gimnasia intelectual, y moral, muy recomendable).
Tiene razón Savater en el argumento, pero no sé por qué tiene que dejar este punto de crítica ácida a sus detractores: "y de la creencia de otros en que debemos salvarnos de ciertas propuestas de salvación". Es como un niño malo.
Y continúa, -y de nuevo acierta-, "porque lo propiamente laico no es conceder relevancia pública a toda creencia religiosa, sino deslindar el espacio institucional público del ámbito privado de la fe o de la ausencia (y en su caso crítica) de cualquier fe". Pero le falta decir que hay un espacio público no institucional, el de la sociedad civil en todas sus manifestaciones, o la vida social con toda su diversidad, que desborda claramente el ámbito privado de la fe o de su ausencia.
Esa no privatización de la fe en una sociedad civil abierta y democrática, y que alcanza la posibilidad de que mediaciones privadas participen en la prestación de servicios públicos, siempre bajo la ley democrática soberana, es algo que la laicidad moderna de Savater tiene que integrar más explícita y directamente. Al menos, planteárselo en público y responder.
(P.D.: Un comentario previo para curarme en salud. Si lo que tenemos delante es un artículo, ¡el más modesto de los artículos!, entiendo que hay que dejar de lado la suposición de "qué intenciones" ha de tener tener el autor, a la luz de otras ideas suyas que conocemos de lejos, y decir en qué sí y en qué no, lo que se formula en esas frases, es equivocado. Yo no veo difícil hacer este ejercicio de concreción. Más aún lo veo como una gimnasia intelectual, y moral, muy recomendable).